El súbito contacto con lo extraño
josé enrique martínez
Me atrae lo distinto más que lo esperable. Por eso leo con gusto Mecánica, que se desvía de lo previsible. Su autor es Vicente Luis Mora, en cuyo haber, además de poesía, hay ensayos, monografías, critica cultural, escritura digital y algunas otras variedades. La mecánica es una parte de la física y mecánico o mecánica es persona dedicada al manejo y arreglo de las máquinas. Las dos acepciones nos interesan, así como las citas que encabezan el poemario, una de ellas de Valéry, que define la poesía como «mecánica ondulatoria». Cabe decir que estamos ante una poesía que participa de la ciencia. No es algo raro, aunque sí infrecuente. Podría citar casos en los que la poesía tiene en cuanta los avances científicos, el ser de las cosas y de nosotros mismos que la ciencia ha indagado y puede que descubierto: «Conforman mi cuerpo / 37 billones / de células», comienza un poema que habla de esa mecánica ciega de nuestro cuerpo, de la que no somos conscientes: «Soy la incertidumbre / de mi propio sistema». No se trata de repetir en verso lo que la ciencia ha explicado en prosa, sino de interiorizarlo y de ofrecer otros sentidos, de ponerse en contacto con las cosas y de saber que bajo la superficie anidan misterios desvelados o no por la ciencia. «El súbito contacto con lo extraño» nos hace prestarle atención y reflexionar. Pensar, por ejemplo, «cuán diminutos somos» si nos vemos como entidades aisladas, cuando en la naturaleza y en el cosmos «los sistemas se entreveran» para poder perdurar, porque tal es el fin de todo lo viviente y, en nuestro caso, «caminar unidos contra el tiempo». Pensar la realidad, lo que es y lo que puede ser obliga a hacerse preguntas: el poema «De naturae rebus», por ejemplo, es una sucesión de interrogaciones, inquietantes algunas, como la que alude a la posibilidad de que los hombres del futuro se burlen de nuestra ignorancia. Pensar es también conocer nuestros límites, a los que aluden determinados poemas. «Procedimientos» es una serie de poemas o artefactos, como le gusta decir a Mestre, sobre el que versa el curioso poema «A la fotocopia de un poema de Juan Carlos Mestre». Nos aclara el poeta-mecánico que uno de los artefactos proviene de otro de Breton sometido a un programa de traducción automática; otro yuxtapone frases de distintos autores; el poema Mecánica suma datos de aquí y de allá… «Al ras» y «Alucinaciones» son otras partes del poemario que no puedo más que nombrar.