Diario de León

Tesoros de papel que ‘volaron’ de León

Códices y libros únicos leoneses fueron expoliados o vendidos y hoy son la ‘joya de la corona’ de bibliotecas de todo el mundo

DF26P2F2-20-05-12-7

DF26P2F2-20-05-12-7

León

Creado:

Actualizado:

Desaparecieron de León en la misma época que otros tesoros artísticos. Expoliados o vendidos por marchantes que forman ya parte de la ‘historia negra’ de esta provincia, se encuentran ahora en grandes bibliotecas y museos de Europa y América. Otros están en colecciones particulares, mientras que el destino de algunos sigue siendo un misterio. Códices, manuscritos y libros raros de un valor incalculable salieron de abadías y monasterios leoneses para convertirse en las joyas de los museos que los exhiben ahora. Como el Beato de Escalada, uno de los tesoros de la Pierpont Morgan Library de Nueva York. Otros no viajaron tan lejos. La Biblioteca del Palacio Real atesora desde manuscritos de los Quiñones sobre su hacienda de Luna y Babia del siglo XVI a una Crónica del Monasterio de San Benito el Real de Sahagún del siglo XVII.

También en Madrid, la Biblioteca Nacional custodia el Beato de Fernando I y Sancha. Se trata de uno de los códices más enigmáticos. El escritor Umberto Eco, autor de El nombre de la rosa, dijo de este manuscrito leonés: «Sus fastuosas imágenes han dado lugar al mayor acontecimiento iconográfico de la historia de la humanidad». Pertenecía a San Isidoro, hasta que Felipe V lo requisó y envió a la Biblioteca Real y, finalmente, pasó a formar parte de los fondos de la Biblioteca Nacional. Esconde mensajes secretos en sus páginas. Conocido también como el Beato de Facundo —por el monje que lo escribió— y fechado en 1047, fue declarado Memoria del Mundo por la Unesco en 2015, el mismo título otorgado a los Decreta que acreditan a León como la cuna del parlamentarismo.

Arriba, una bella miniatura del Beato de Fernando I y Sancha, que pertenecía a San Isidoro y fue a parar a la Biblioteca Nacional. Debajo, la ‘Disputa de Elena y María’, vendido en 2017 por la Casa de Alba a la Biblioteca Nacional.

 

UN CÓDICE MALTRATADO

Esta ‘joya’ bibliográfica fue prestada en el año 2000 por el Gobierno de Aznar para una exposición en el Palazzo Venezia de Roma. A los pocos días, una comisión de expertos españoles fue enviada urgentemente a la capital italiana para que retiraran de inmediato el códice, debido a que estaba entrando en un proceso irreversible de deterioro, causado por el alto grado de humedad del lugar donde se exponía y las pobres medidas de preservación.

En 2005 el editor catalán Manuel Moleiro, de cuyas prensas han salido algunos de los facsímiles más valiosos para las principales bibliotecas del mundo —incluido el beato de Fernando I y Sancha— denunció públicamente que la Biblioteca Nacional había estado haciendo negocio con este manuscrito leonés. También acusó a la institución de dar un trato de favor a determinada editorial española para facsimilar el códice, mientras que él había tenido que pagar en 1992 a la misma institución 392.660 euros. Coincidencia o no, tras el ‘escándalo’ del códice leonés tanto la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, como la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, fueron relevadas de sus cargos.

Cuando el Códice Calixtino fue robado en 2011 de la Catedral de Santiago se tasó su valor en 100 millones de euros. Algunos códices leoneses superarían esa cifra.

En 2011 el Códice Calixtino se tasó en 100 millones de euros. Algunos códices leoneses son más valiosos

A la Biblioteca Nacional también fueron a parar obras de Lucas de Tuy, cronista del Reino de León, así como el Códice del Libro Juzgo, de 1058; el Códice exposición de la carta del apóstol Santiago; e Historia silense, en latín, del siglo XV.

Hasta la British Library llegó el libro de cartas del abad Zúñiga de San Isidoro, del siglo XVI, o el Códice Sacramentario, del siglo XIII. El códice medieval de los Sermones, que fue robado de la colegiata isidoriana por las tropas francesas durante la invasión napoleónica, fue visto por última vez en Burdeos. El códice de las obras de Casiodoro está en paradero desconocido.

La Biblioteca Nacional de París conserva un códice leonés del siglo XII, de autor desconocido, iluminado con 69 miniaturas. Los Milagros de San Isidoro se conservó en la Colegiata hasta el reinado de Juan II, que se lo llevó para leerlo y nunca lo devolvió. Lo heredó su hija, Isabel la Católica, y terminó en manos del regente, el Cardenal Cisneros.

La historia del Cid Campeador en versión leonesa, el conocido Incipiunt Gesta Roderici, atribuida al canónigo Pedro Fernández de Castro en los albores del siglo XIII, también abandonó León. Esta joya fue vendida a Francia en 1846 y finalmente acabó en la Real Academia de la Historia. La Crónica Najerense está también en la Real Academia de la Historia. Fue descubierta por el padre Risco a finales del siglo XVIII en la biblioteca de San Isidoro y, tras numerosos avatares, llegó a la biblioteca madrileña. La Universidad de Salamanca custodia el códice medieval leonés de las obras de Pedro Lombardo; y la Complutense de Madrid, las Epístolas de San Pablo, códice leonés del siglo XIII.

Según la Memoria de los códices notables conservados en los archivos eclesiásticos de España, escrita por José María de Eguren en 1859, el Archivo de Toledo preserva las actas de los concilios y Cortes de León: y la Biblioteca del Escorial tendría las actas del concilio de Coyanza, celebrado ante Fernando I y Sancha.

PATRIMONIO MUNDIAL

El Beato de Escalada o Beato Magio o Magius, que toma el nombre del monje que lo escribió, salió del scriptorium del monasterio de San Miguel de Escalada en el siglo X. Está decorado con 89 miniaturas. El arzobispo de Valencia, Martín Pérez de Ayala, a su muerte en 1566, legó el Beato de Escalada a la orden militar de Santiago, en su residencia maestral de Uclés. Allí continuó hasta la desamortización de Mendizábal. En 1840 el comerciante Roberto Frasineli lo cambia por un reloj de plata. En 1847, lo vende Francique Michel por 1.040 francos. Lo compra el coleccionista Guillermo Libri y lo vende en 1852 al conde de Ashburnham. En 1897 lo adquirió el coleccionista Henry Yates Thompson. En 1919 es adquirido por la Morgan Library de Nueva York.

Los beatos son códices que contienen comentarios sobre el Apocalipsis de San Juan y están espléndidamente iluminados. Entre los once declarados Patrimonio Mundial por la Unesco hay tres leoneses: el de Fernando I y Sancha (que se conserva en la Biblioteca Nacional y procedía de San Isidoro), el de Sahagún (en la Real Cancillería de Valladolid) y el de Tábara (en el Archivo Nacional), un códice que a principios de siglo vendió el leonés Ramón Álvarez de la Braña, escrito en la Edad Media por el monje leonés Emeterio.

En 2015 la Unesco incluía en su lista la monumental obra del leonés Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), misionero, filólogo, investigador y compilador, natural de la villa del Cea y considerado el primer padre de la antropología americana. La candidatura de Fray Bernardino había sido respaldada por las instituciones donde se encuentran los documentos que ahora son patrimonio de la Humanidad: la Real Biblioteca de Madrid, la Real Academia de la Historia y la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia.

El que quizá sea el primer texto literario leonés en romance del que hay constancia, la Disputa de Elena y María, se conserva en un único manuscrito incompleto de poco más de 400 versos. Es un minúsculo códice de 65 por 55 milímetros, que la Biblioteca del Ducado de Alba vendió en 2017 a la BNE. Ramón Menéndez Pidal supuso que la obra fue escrita hacia 1280, pero hay autores que lo consideran algunas décadas más antiguo.

tracking