Diario de León

Seguridad en el deporte

VÍDEO | Cápsula de seguridad

Un agente del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de León participa en el dispositivo preparado para la Vuelta Ciclista a España

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El cabo 1º de la Guardia Civil Roberto Rivas García siempre quiso, desde que era un niño, ejercer esta profesión. Otra cuestión que en todo momento tuvo muy clara es que su especialidad favorita era la de Tráfico, y con el paso de los años lo consiguió.

Al agente Rivas García le gusta trabajar en los dispositivos de carácter deportivo y es habitual que vea las retransmisiones de la Vuelta Ciclista a España. Su inquietud en este sentido le animó a participar en distintas ediciones de la Vuelta Ciclista a León y Castilla y León. Su siguiente paso fue solicitar formar parte del operativo de tráfico de la Vuelta Ciclista a España, objetivo que cumplió en la edición de 2018 y con el que se ha comprometido hasta la prueba de 2020. La edición de este año tendrá mayor carácter internacional, puesto que la salida se realizará en la ciudad holandesa de Utrecht el 14 de agosto. En este país se celebrarán las tres primeras etapas de la ronda española y los agentes de la Guardia Civil se encargarán de la seguridad de la prueba. Cuando concluyan estas etapas el operativo se desplazará a España para finalizar la prueba deportiva el 6 de septiembre en Madrid tras discurrir por varias provincias.

Ser un integrante del dispositivo de tráfico de la Vuelta Ciclista a España es difícil por el gran número de solicitantes que hay y por los requisitos que deben cumplir los aspirantes. El cabo 1º Rivas se siente un «afortunado», puesto que su primera solicitud para participar como integrante del operativo de seguridad de la Vuelta fue aprobada y su selección se hizo realidad en 2018.

Los agentes que forman parte del dispositivo de la Vuelta Ciclista a España tienen una preparación específica. MARCIANO PÉREZ

Los aspirantes deben solicitar formar parte del organigrama de la Vuelta Ciclista a España y el jefe de cada unidad redacta un informe que lo remite al responsable de Tráfico de la competición ciclista, quien decide los agentes que pasarán a formar parte de este selecto grupo después de haber superado unas pruebas.

Una vez admitidos los agentes tienen que completar una formación específica en la academia de Tráfico cuya sede está en la localidad extremeña de Mérida. Fruto de esta preparación deben superar cuestiones teóricas así como distintos exámenes de conducción. Si el profesional saca adelante estas pruebas desempeñará su cometido en una de las tres pruebas ciclistas más importantes del mundo, la Vuelta a España.

El trabajo se desarrolla durante tres semanas y si es muy duro para los protagonistas principales, los ciclistas, no lo es menos en este caso para los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, cuya labor es preservar la seguridad de toda la caravana ciclista, no solo del pelotón, también la de los aficionados.

Su jornada habitualmente comienza a las siete de la mañana, cuando abandonan el hotel en el que se han alojado e inician el traslado hasta el punto de partida de la etapa del día. Es aquí donde cada uno de sus integrantes conoce la labor que le tocará desempeñar durante la etapa.

La labor de los agentes es preservar la seguridad de la caravana ciclista y la del público que contempla su paso

El dispositivo en carrera se compone de varios pelotones de motoristas, el de seguridad interna, banderas amarillas, banderas rojas, abre carreras, reserva y banderas verdes. En función del pelotón al que ha sido encomendado, cada agente tiene un cometido.

La vanguardia del dispositivo está integrada por el pelotón de seguridad interna, cuyos efectivos encintan y marcan los puntos conflictivos del trazado. Le siguen los banderas amarillas que cortan el tráfico y suponen la primera alerta para todos aquellos que se encuentran en las inmediaciones del itinerario. A continuación entran en escena los banderas rojas, cuya presencia implica la prohibición absoluta de invadir la carretera por parte de cualquier vehículo o persona. Sus integrantes deben reaccionar ante cualquier incidencia en este sentido.

Los abre carreras acompañan a los ciclistas y los protegen en los distintos pelotones que se puedan formar durante la etapa.

Las unidades del pelotón de reserva velan por la seguridad de los ciclistas rezagados y en las etapas de montaña se refuerza este grupo.

Por último, los banderas verdes restablecen la normalidad habitual en el trazado y delimitan el final de la denominada cápsula de seguridad cuyo inicio son los banderas rojas. Entre estos indicativos únicamente pueden transitar vehículos autorizados.

El cabo 1º Roberto Rivas García asegura que el trabajo durante las tres semanas que dura la Vuelta Ciclista a España «es muy complicado, se precisa una gran experiencia, temple, destreza con la moto y una gran ‘mano izquierda’». Los momentos más complicados pueden ser los descensos de los puertos, los finales de etapa en las ciudades y sobre todo solventar los imprevistos, como por ejemplo que irrumpa un coche en la carrera o cualquier animal. Los espectadores deben ser conscientes de que es muy importante que los perros permanezcan bien atados durante el paso de la caravana ciclista.

Un agente, de servicio durante el evento ciclista. DL

En estas ocasiones cuentan con la colaboración de sus compañeros del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), quienes son de gran utilidad por ejemplo en las llegadas en alto o del Cuerpo Nacional de Policía y las distintas policías locales en el paso y llegadas a las poblaciones, así como de los Subsectores de Tráfico y unidades territoriales de la Guardia Civil que apoyan al dispositivo en las provincias por donde discurre la Vuelta.

La labor del abre carreras principal es fundamental y la importancia de este trabajo queda demostrada en que es un puesto que no cambia durante toda la prueba. Se trata de un profesional que conoce a fondo su labor y con un dominio de la moto absoluto.

«El apoyo del resto de ‘actores’ en esta gran ‘obra’, también es muy importante», según detalla el agente Rivas. Se trata de los propios ciclistas, los integrantes de la caravana y por supuesto, el público.

El cabo 1º Rivas considera que el momento más complicado durante el trabajo en una etapa es al «disgregarse mucho el pelotón». La labor diaria también se hace más dura cuando llueve, puesto que es más difícil manejar la moto y en los descensos de los puertos por la gran velocidad que adquieren los ciclistas, debido a que para ellos es más sencillo negociar las curvas.

Los agentes que forman parte de esta importantísima prueba ciclista se alojan en hoteles durante la celebración de la misma. Las anécdotas durante tantos días son muchas, unas mejores y otras peores. Entre las alegres y relacionada precisamente con un hotel, Rivas recuerda que al llegar a un establecimiento de este tipo en Madrid tras una etapa se encontraron con una boda y la pareja disfrutó de un paseíllo y una felicitación con la que no contaban en sus planes.

Entre los peores recuerdos se encuentran las indisposiciones de los espectadores y las caídas de los ciclistas. Su trabajo también consiste en señalizar estas circunstancias y en evitarlas en la medida de lo posible.

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