Diario de León

La mano que mece el turismo

Él trabaja y tú descansas

León

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Hoy habla desde Ibiza. Como podía hacerlo desde Jamaica, la República Dominicana, Brasil, Méjico. O Bruselas y Dublín, que también por allí pasó su carrera profesional. Y por León. Donde estudiando FP2 en Eras de Renueva, se dio cuenta de que lo suyo no era la ingeniería industrial, sino la restauración y la hostelería., De ahí a formar parte de las 150 personas con más influencia en el turismo nacional, sólo había unos pasos. «Seleccionaron a personas de referencia», apunta. «Doy formaciones, webinars, escuelas de negocio y trato de hacer que optimicen sus ingresos en los establecimientos». Por eso llegaron a la conclusión de que debía estar en el listado.

Diego Fernández Pérez de Ponga comparte nómina con Abel Matutes. Y con Ferrán Adriá, Rafael Ansón, Simón Pedro Barceló, Antonio Catalán entre otros. «Es un honor, lo veo con mucha altura porque me dedico humildemente a mi trabajo», explica.

Se encarga de las centrales de reserva y de Revenue Management, «un departamento de la cadena que optimiza el ingreso de los hoteles. Es una especie de inventario. Cuando uno compra un vuelo de Ryanair y hoy le cuesta 100 euros y dentro de unos días 500, mi equipo trata de casa la demanda y la oferta para que me compren el máximo número de clientes posibles y con la mejor rentabilidad. Yo alglutino a los equipos que se dedican a eso. También tengo un sector de controlling comercial».

«León es un producto de primera, pero hay que contárselo al mundo. Tenemos que ser buenos vendiéndolo. En promoción estamos en buena línea pero todavía queda mucho que hacer»

Estudió Dirección Hotelera en el Centro Superior de Hostelería de Galicia. Pasó después a protocolo, y se le apareció una oportunidad en Palladium Hotel Group.

«No tengo ningún familiar que se dedicara antes que yo a la hostelería y creo que he acertado de pleno». Desde hace once años reside en Ibiza. Se le adivinaba futuro cuando recibió el premio al mejor expediente de su promoción en Santiago de Compostela.

«Toda mi carrera profesional previa fueron prácticas. Pasábamos todos los veranos trabajando. Yo empecé mis primeras prácticas en el Hostal de San Marcos y a los dos meses de acabar la carrera saltó una oportunidad en la central de Paladium y aquí estoy», asegura.

Ciudadano del mundo, echa de menos León «todos los días». Aquí sigue su familia «y tenemos una buena vida, soy feliz y nos han acogido muy bien pero la tierrina tira mucho y se echa de menos el ritmo de León, que no es el de Ibiza. Hay avión a León solo dos meses al año y no puede ser...». Ahora un día de su vida se divide en dos mitades «porque cuando se acaba la actividad de Europa empieza a despertar el Caribe y hay que trabajar con los equipos de allí». Y más ahora que hay un momento convulso de la hostelería. «Es duro, pero me encanta». Sea todo porque el cliente pase las mejores vacaciones de su vida en los hoteles del grupo. «Es la gasolina que nos mueve, hace felices a los demás».

El virus ha mutado el tipo de turismo del futuro. «A corto plazo va a estar muy dependiente de la seguridad, más que del precio. No va a valer cualquier destino. Países competidores de España van a perder valor porque no tienen una Seguridad Social como la nuestra. Sobre todo este año, que es de aprendizaje para la industria. No se trata de ser rentables sino de salir de los Ertes y dar servicio al cliente. A largo plazo no sé si no volverá todo a estar donde estaba. Pero es complicado hacer una radiografía ahora mismo. Va a haber un cambio de tendencia con la digitalización y quitarse el tabú del trabajo desde casa», asegura con palabras que salen del corazón.

León puede captar el turismo de interior. «Dejo el corazón en la mesa si digo que todos los destinos del mundo ofrecen algo. Hay clientes para la playa y los hay para León. Tiene una gastronomía espectacular pero hay que aprender a hacer márketing. Hay ciudades de Francia con más tirón y mucha peor gastronomía. El AVE ha revitalizado el turismo y llena la calle Ancha. Lo que hay que hacer es explicarle al turista lo que tenemos en León. Hay que ser inteligente para comunicarlo. En el siglo XXI lo que cuenta es el márketing. León es un producto de primera, pero hay que contárselo al mundo. Tenemos que ser buenos vendiéndolo. En promoción estamos en buena línea pero queda mucho que hacer».

Disfruta de su trabajo y por el rabillo del ojo adivina un posible ascenso a formar parte de un consejo de administración, «un C-Level» para poder ser «Un Chief Revenue Officer» o dar un pasito más allá. «Tengo la suerte de tener un equipo espectacular pero me queda mucho por aprender. Lo que quiero es empezar a abrir hoteles y conseguir que la gente sea feliz cuanto antes». Es un deseo muy compartido. De largo.

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