Diario de León

Una tragedia en tono menor

l Martínez de Pisón publica ‘Fin de temporada’, historia de una madre y un hijo muy unidos

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Arranca la temporada literaria de otoño y, puntualísimo, el escritor Ignacio Martínez de Pisón ha presentado en Barcelona su nueva novela, Fin de temporada, protagonizada por una madre y un hijo muy unidos, que huyen del pasado, una «tragedia de tono menor», sobre unas vidas erráticas.

El zaragozano ha comentado que todo empezó tras una conversación de café con un amigo extremeño, quien le contó la historia de una chica que en los años setenta se había ido a Portugal a abortar con su novio y en el camino tuvieron un accidente de coche, falleciendo él, y decidiendo ella, que resultó indemne, tener el hijo que esperaba.

A partir de este detonante, y sin saber más de las vidas de esta pareja real, Martínez de Pisón dejó vía libre a su imaginación y ha creado este relato, que publica Seix Barral, y que permitirá al lector descubrir la peripecia vital de Rosa, originaria de Plasencia, y de su hijo Iván, quienes después de vivir en Bilbao, Gijón o Jaca, acaban recalando en un camping de Miami Playa, en la Costa Dorada, rodeados de centrales nucleares, en los años noventa. «Yo no creo particularmente en el destino —ha argumentado— pero, en cambio, como novelista me sirve para estructurar el material narrativo, para crear esta tragedia de tono menor, donde no hay asesinatos, derramamiento de sangre, ni grandes acontecimientos, pero todo el rato existe la sensación de que el pasado se va a acabar imponiendo con su carga de tragedia y dolor».

Otro puntal de esta narración es el personaje de Mabel, «la tercera en discordia, una persona arrastrada por las mismas mareas de dolor de la vida que Rosa, quien, sin embargo, demuestra, que tiene sentido de responsabilidad. Es el personaje más admirable, quien no causa conflictos y los arregla».

La novia de Iván, Céline, una francesa de Toulouse, de familia de exiliados españoles, le sirve al escritor para apuntar el peso que tuvo esta ciudad en la acogida de refugiados y para demandar que alguien escriba la «novela de Toulouse de los años cuarenta y cincuenta, de los españoles que se convirtieron en una minoría grande y contribuyeron a formar la ciudad como es ahora».

Ahondando en la relación entre madre e hijo, asevera que más allá de la que puedan tener todas las progenitoras con sus descendientes, aquí narra lo que ocurre cuando Iván, en 1997 cumple veinte años, la misma edad en la que falleció su padre, y es idéntico a él, con lo que la madre «también ve en el hijo a su novio, sintiendo un amor peculiar, con características especiales, con una leve sugerencia incestuosa, con elementos tóxicos, porque es incapaz de concebir su vida sin ese hijo». La historia dará un vuelco el día en el que Iván conozca, sin que su madre lo sepa, a la familia de su padre en Plasencia, una ciudad donde «la historia te sale al encuentro, en las antípodas, incluso desde el punto de vista geográfico de Miami Playa, que es un lugar sin historia», igual que el camping en el que viven los tres personajes principales. Martínez de Pisón no ha escondido que durante las casi 400 páginas de la obra quería que hubiera «una especie de tensión profunda, en una novela que es de apariencia ligera, incluso con diálogos y situaciones bastante superficiales, pero he intentado que por debajo haya una corriente de afectos profundos y dolorosos del drama que los personajes arrastran durante años».

A su juicio, es «una historia en la que las cosas pasan siempre por debajo», con una madre y un hijo que «son casi miembros de la misma persona, del mismo organismo y una separación entre ambos, por pequeña que sea, tiene el riesgo de que lo sientan como una amputación». A diferencia de otras novelas del Premio Nacional de Narrativa 2015, aquí la historia colectiva no tiene mucho peso porque está ambientada en los años noventa, «que son menos convulsos que otras épocas, puesto que, tras la caída del Muro de Berlín, se inauguró una etapa en la que parecía que el progreso sería indefinido y que habría concordia entre los pueblos».

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