Diario de León

La última proeza de Cavadas

El cirujano valenciano logra extirpar una enorme masa de 13 kilos de la cara de un paciente marroquí que le llegaba a la cintura y le impedía llevar una vida normalizada

Publicado por
Juan Sanchís
León

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Faltan pocos minutos para las doce de la mañana y la sala de conferencias del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre está repleta de periodistas y algunos médicos. La expectación es grande para ver la sorpresa que tiene preparada el doctor Pedro Cavadas. El cirujano valenciano que fue pionero en el mundo al trasplantar hace años por primera vez dos manos a una mujer no defrauda. A los pocos momentos aparece ataviado con una bata blanca y un gorro quirúrgico. Pocos pasos por detrás entra Alí Amnad Rifi.

Posan juntos e intercambian abrazos, saludos y sonrisas. No es para menos. Es el último milagro del facultativo valenciano. Alí aterrizó en Valencia hace ahora un año con un tumor en la cara de trece kilos. Un futuro hipotecado. Su volumen era tal que se tenía que abrochar el cinturón por encima. La malformación le llegaba a la cintura. «Ahora soy otra persona. Tengo otra vida», asegura este joven nacido hace 30 años en una pequeña aldea marroquí cercana a Tetuán. Ahora también sonríe a su futuro. Ya piensa en montar un pequeño negocio de reparación de móviles.

Gracias a la colaboración de tres fundaciones (Vithas, Pedro Cavadas y Adra), el joven marroquí llegó a Valencia en octubre del año pasado. Doce meses, tres operaciones y el confinamiento de por medio le han hecho dar un giro de 180 grados. «Ahora puede hacer una vida normal», explicó el doctor Cavadas. A Alí se le abren horizontes insospechados hasta hace apenas unos meses. Algo tan habitual como disfrutar de un sueño ininterrumpido era algo vetado para él. «Tenía muchas molestias al dormir y no podía ver bien», relata el joven marroquí. Eran los efectos secundarios de su enfermedad, una neurofibromatosis de tipo 1, «la más grande» que Cavadas reconoce haber tratado en sus 20 años de experiencia en África. «En una escala de cero a diez, esta es un once», detalla el facultativo.

Cavadas relata que al llegar Alí a la consulta observó que tenía la mitad de la cara más grande y entre las diferencias idiomáticas solo entendía que «no paraba de decir algo del cinturón». Se trata de una patología genética que favorece el desarrollo de tumores por el cuerpo. En el caso de Alí había generado uno de 13 kilos. Las tres intervenciones han permitido reducirlo de forma que sus posibilidades vitales se han multiplicado.

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