villasabariego

El tramo del Camino que atraviesa Villasabariego invita al recogimiento, a interiorizar un viaje exterior que también cala dentro. Como si fuera un oasis tras llegar de Tierra de Campos con el sol cayendo a plano sobre las cabezas y las espaldas de los peregrinos, al cruzar el umbral de este territorio se llega a la sombra, al frescor, al arbolado «que es un vergel», según destaca la alcaldesa Esther García.

«Estamos a quince kilómetros de León ciudad, dentro de la ruta de los Monasterios y en un entorno que a diez minutos se pueden visitar las ruinas romanas de Lancia y las Cuevas Menudas», señala. Cuando uno se acerca a Lancia por primera vez, lo hace desde la vega del río que discurre bajo las laderas del asentamiento (Porma). Mira hacia arriba y ve las pendientes de tierra que en algún momento estuvieron defendidas y custodiadas y no es difícil imaginar la silueta de quienes vigilaban cualquier movimiento desde las alturas. Son treinta hectáreas de las que se han excavado un 10% y que dejan ver un macellum (mercado) y unas termas ubicadas en la parte oeste del yacimiento.

Las cuevas excavadas en la roca sirvieron de hogar a monjes ermitaños que durante la Alta Edad Media buscaban la soledad del monte para meditar. Desde el mirador se puede apreciar a la perfección el conjunto de las 17 cavidades que se mantienen de las 19 iniciales. En medio de un viento que las tiene bien aireados siempre, los monjes que abandonaban el retiro se dirigían a los monasterios de Villaverde del Sandoval, San Miguel de Escalada o subiendo por el río Moro al monasterio de San Pedro de Eslonza.

Precisamente la pasarela de madera que cruza el río Moro se sitúa en un entorno de reflexión y calma que lleva al Soto del Porma, «que es un sitio estupendo para tomar el bocadillo por la tarde y meter los pies en el río», destaca García.

Desde la pasarela peatonal se ve el puente medieval de Puente Villarente, todo un hito del Camino, que sumó a sus viejas piedras una parte moderna para ampliar la estrecha calzada. «Cuando el Camino se mueve, Villasabariego lo nota, los peregrinos dan vida. El año pasado que no hubo se notó mucho (su ausencia) y éste se está recuperando», explica la alcaldesa, quien considera un buen motor económico la ruta a Santiago de Compostela, sobre todo, para el sector hostelero. De este municipio verde y con murmullo de río se llega al tramo de Villaturiel.