Diario de León

Las 2.500 palomas mensajeras de León ya no tienen interés para la Defensa Nacional

El ministerio cede el control de los 78 palomares de la provincia a la autoridad deportiva de Castilla y León

Las palomas mensajeras de Teo Rodríguez en un momento irrepetible de su entrenamiento.

Las palomas mensajeras de Teo Rodríguez en un momento irrepetible de su entrenamiento.

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marco romero | león
León

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El Ministerio de Defensa ha dejado de regular hace una semana la tenencia y el registro de palomas mensajeras, incorporadas a las filas del Ejército español en el siglo XIX como un revolucionario sistema de comunicaciones, hoy sustituido por la telefonía móvil y el satélite. Este ministerio censaba tanto las palomas militares como las de competición. Los 78 colombófilos de León llevan años criando y entrenando cerca de 2.500 palomas mensajeras, hasta ahora sometidas a las directrices del Estado Mayor Conjunto. Pero su utilización ha dejado de tener interés para la Defensa Nacional. Estas atletas del aire -"su exotismo resulta cautivador-" se regirán a partir de ahora por la autoridad deportiva que le corresponda, en este caso la Federación Colombófila de León. «Hemos luchado mucho tiempo para que la paloma sea reconocida como un deportista», manifiesta su presidente, Manuel Juan Dacuña Soares, originario de Portugal, donde la colombofilia es el segundo deporte nacional después del fútbol.

La tenencia, control y uso queda en el ámbito de la legislación deportiva al entrar en vitor un Real Decreto que se deroga el vigente, de 1983. Se ha suprimido la regulación dictada por razones extradeportivas en materia de colombofilia, al considerar el Estado Mayor Conjunto que en la actualidad la utilización de las palomas mensajeras como medio de transmisión ha dejado de tener sentido.

Preparados desde el 2007. Las federaciones deportivas afectadas deberán modificar sus estatutos en un plazo no superior a tres meses desde la entrada en vigor de este Real Decreto, si bien es algo que las dos entidades que operan en la provincia -"Club San Francisco y Club Colombófilo Leonés-" ya tenían en aviso desde que en el año 2007 el Ministerio de Defensa pusiera en sus manos todos los derechos sobre los ejemplares. El ejército español ya sólo cuenta con 330 palomas mensajeras propiedad del regimiento de misiones estratégicas, con sede en Madrid. Aunque hasta hace no muchos años tenía palomares fijos en El Pardo, Burgos, Sevilla y Ceuta. Sin embargo, la modificación legal afectará a unas 250.000 palomas propiedad de unos 5.000 aficionados.

Todos los libros de registro en el que constan las autorizaciones concedidas y la relación de palomares instalados en España, así como la estadística y el censo de palomares civiles dejarán de ser gestionados por el Ministerio de Defensa. Todo este material quedará a disposición de la autoridad deportiva, que lo custodiará hasta que concrete su destino. «Los seis clubes de Castilla y León estamos convocados a una reunión para analizar la nueva situación y ponernos al día», explicó Manuel Juan Dacuña.

En las próximas semanas empezarán las primeras competiciones, que se desarrollan desde la primavera hasta que la paloma empieza a cambiar el plumaje. Las palomas criadas por un leonés hicieron doblete el año pasado, consiguiendo el primer puesto en el Campeonato Nacional y en la Copa del Príncipe de Asturias. Estas competiciones se realizan en varias fases y en diferentes puntos de suelta a 500, 600 y 700 kilómetros de distancia. Se premia a aquellos ejemplares que lleguen de forma más veloz al palomar del que son originarios. Un chip colocado en una de las patas envía la información a un ordenador central que detecta en tiempo real a quien pertenece la entrada y la velocidad que ha seguido durante el recorrido.

Las cualidades que convirtieron a estas palomas en soldados durante más de un siglo están siendo hoy estudiadas por la ciencia. «Alcanzan cien kilómetros por hora o más», subraya el presidente de la autoridad deportiva de Castilla y León. Se cree que unos cristales de magnetita que se encuentran entre el pico y los ojos son la causa de su extraordinario sentido de la orientación, al detectar y volar en función del campo magnético de la Tierra. La ciencia apunta a que la brújula se encuentra en el ojo derecho de la paloma, pues si se tapa se ha comprobado que pierde parte de sus cualidades. Un macho ganador puede costar más de 200.000 euros, aunque un colombófilo puede empezar la afición con ejemplares mucho más asequibles.

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