La alta movilidad entre Madrid y León fue decisiva en la propagación de la pandemia

León se ha comportado como una provincia vecina’ de Madrid a efectos de la pandemia. Los 350 kilónetros que separan a la gran urbe de la capital leonesa fueron sorteados por el coronavirus gracias a la movilidad entre una y otra. Un estudio del Ifisc (Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), en colaboración con Kido Dynamics concluye que el 76% del pico de la mortalidad de la pandemia está relacionado con la movilidad.

Madrid fue el foco de expansión de las ‘semillas’ hacia las provincias limítrofes y otras que, por su nivel de movilidad, como es el caso de León, recibieron un volumen significativo de viajeros de la capital de España en las semanas previas a la explosión de la pandemia.

El 4 de marzo, un total 49.275 personas visitaban León y 55.650 residentes en León estaban en otras provincias. Ese día entre residentes y población flotante reunía 575.580 personas en suelo leonés. El 7 de marzo 66.630 residentes leoneses estaban fuera y la provincia recibió 82.340 personas, de modo que se registraron 605.015 personas en el territorio.

La medición de la movilidad se realiza a través de las señales en antenas de telefonía móvil. El 4 de marzo el estudio detectó 8.400 leoneses en Madrid y 3.745 residentes madrileños fueron localizados en León. El 7 de marzo León recibe 11.145 visitantes de Madrid mientras que 8.490 leoneses están en Madrid.

«Nos fijamos en las semanas previas a la declaración del estado de alarma, la primera y segunda semana de marzo. Fue durante esos días, mientras hacíamos nuestras vidas, que el virus se extendió generando los focos que evolucionaron ya en el cierre», explica Alberto Hernando, uno de los autores del estudio, junto con su socio Ignacio Barrios.

La evolución de las curvas de la epidemia que se han visto en estos meses, con 7 «responden a la fotografía congelada de la distribución de ‘semillas’ que generaron los focos durante esas dos semanas. Se evitaron nuevos focos pero los que ya estaban son los que generaron las curvas de casos y defunciones que hemos visto», añade.

Un tosido o un estornudo a un metro de distancia o unas gotículas a unos centímetros de la persona emisora son suficientes para transmitir el virus.

«Sin embargo el virus es capaz de recorrer cientos o miles de kilómetros cuando va subido a nosotros», explican los investigadores en el artículo La responsabilidad es nuestra: correlación entre mortalidad del Covid-19 y movilidad publicado en la revista Naukas.

Provincia limítrofe

La cuarentena ha evitado muchos contagios, pero las ‘semillas’ propagadas en las semanas anteriores ya estaban haciendo su trabajo de expansión, afectación de la enfermedad y mortalidad. «Tenemos una clara evidencia de la relación entre la movilidad y la mortalidad provocada por el Covid-19. No son intuiciones, opiniones o hipótesis: lo hemos medido».

En el caso de León, «Madrid actúa como provincia limítrofe pese a los 350 km que separan ambas capitales», recalca Hernando. En el análisis de la movilidad de los días 4 y 7 de marzo «llama también la atención que el número de residentes en Madrid visitando la provincia sube de 3.700 entre semana a 11.100 para el fin de semana, es decir más de tres veces», comenta. Naturales de León que trabajan en Madrid o turistas, da igual. El virus no distingue.

No se trata sólo del número de visitantes. La variable más importante es la movilidad de Madrid per cápita, es decir el número visitantes intercambiados respecto a la población de la provincia.

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«En nuestro estudio comparamos el valor de cada provincia tanto del pico de mortalidad como el de incidencia y seroprevalencia con diversas variables como la movilidad, la densidad de población, la distancia a la capital y otros factores que pudieran ser relevantes, encontrando que las asociadas a la movilidad y población explican ese 76% de la distribución para todas las provincias», explica Hernando.

Esta cifra del 76% es un valor estadístico «que no aplica a cada provincia individualmente, sino al conjunto de datos. Esto significa que aunque León tenga menos visitantes de Madrid que Barcelona, el impacto de la propagación del virus ha sido ligeramente superior».

El 7 de marzo el flujo entre de intercambios de población entre León y Madrid fue el equivalente al 4% de la población leonesa. En el caso de Soria los intercambios llegan a suponer el 13% de la población, mientras que en Barcelona, los 25.000 residentes en Madrid y los 37.000 residentes en Barcelona en la capital de España «representan únicamente un 1% respecto a la población de Barcelona.

Ese brutal intercambio en términos relativos en provincias como Soria o Ciudad Real ha sido crucial en la evolución de incidencia y mortalidad en las provincias interiores», argumentan.

Sin embargo, el dato de una mayor mortalidad que la media en León se relaciona con otros factores locales de expansión del virus ajenos a esta movilidad con Madrid. En concreto, el caso de las residencias de personas mayores se escapa a este estudio, admite Hernando de Castro.

«Nos interesaría mucho hacer el análisis en ese detalle pero en estos momentos los datos los tiene el Instituto de Salud Carlos III y no los comparte con otros investigadores, pese a que nosotros sí tenemos otras fuentes de datos muy útiles que ellos no tienen, como el detalle de la movilidad», señala.

Escasez de recursos

Lo que han observado repetidamente en otras provincia «es que los recursos y los medios disponibles están dimensionados de acuerdo al dato de la población oficial del censo o el padrón, ya que también es del que se recogen los impuestos y por tanto el presupuesto disponible para tales medios».

En el caso de León, la población flotante supone hasta un 18% extra de habitantes durante el fin de semana puesto que el número de personas que visitan la provincia (82.000) es mayor que la de leoneses que visitan otras provincias (62.000). «Eso puede dar lugar a una falta de recursos», precisa.

Una gráfica clave del estudio representa en un eje el número de visitantes intercambiados con Madrid per cápita, y en el otro el pico de mortalidad (número de defunciones per cápita el día de máxima mortalidad).

«Si ambas métricas no se afectaran entre sí, la gráfica mostraría una nube de puntos sin ningún patrón claro», explica. Sin embargo, lo que se observa de forma sistemática es que «a mayor movilidad con Madrid, más alto fue el pico, encontrando precisamente las provincias limítrofes en la esquina superior derecha (mucha movilidad y muchos casos) mientras que las provincias con menos relación con la capital aparecen todas en la esquina inferior izquierda (poca movilidad con Madrid, pocos casos).

La línea representa la media, cómo el pico de mortalidad crece según crece el intercambio de viajeros con Madrid. «Esto lleva a concluir que existe relación entre ellos, y que la extensión de virus geográficamente es un calco de la distribución geográfica de la movilidad con Madrid», concluye.