Diario de León

Un año de pandemia en León

Casi 50.000 personas contagiadas —más de un 10% de la población leonesa—, dos mil muertes y seis mil personas hospitalizadas es el balance global de un año de pandemia de covid-19 en León.

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Ana Gaitero/Carmen Tapia
León

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Un tsunami en tres olas ha puesto a León contra las cuerdas en un año de pandemia. Las alarmas por el covid-19 saltaron en León justo hace un año. El 1 de marzo salió a la luz en la provincia el primer caso de Sars Cov-2, como se bautizó al coronavirus, que venía de China. Un camionero de 62 años que ingresó en el Hospital del Bierzo con un cuadro neurológico y fiebre y dio positivo en una PCR enviada al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid.

El 28 de febrero, el camionero, que supuestamente se contagió en Italia, fue trasladado a la UCI del Hospital de León. Pero el virus ya estaba en León desde días o quizás semanas antes. En Atención Primaria se diagnosticaron seis casos con anterioridad que fueron incorporados al sistema estadístico de la Consejería de Sanidad con fecha 29 de febrero.

El 30 de enero, la OMS declaró como emergencia de salud pública de importancia internacional los casos de neumonía que se reportaban desde la provincia china de Wuhan y cuyo causante, el Sars-Cov-2, ya había sido secuenciado en un laboratorio a primeros de enero y bautizado con el nombre de coronavirus de síndrome respiratorio agudo grave. En España, el primer caso fue un turista alemán que llegó a La Gomera y fue diagnosticado el 31 de enero. Un año, una pandemia y tres olas que han tensionado el sistema sanitario y han traído situaciones inéditas en la democracia como el confinamiento de la población por la emergencia sanitaria durante 14 semanas, desde el 14 de marzo al 21 de junio, y el toque de queda que empezó el 28 de octubre y tiene fecha de caducidad, en principio, el 9 de mayo.

«Todos nos vamos a contagiar, lo mejor es que sea poco a poco», afirmaba el 10 de marzo en Diario de León, el catedrático de Salud Pública de la Universidad de León, sobre la epidemia por coronavirus que afectaba entonces a 109.578 personas en el mundo. «El contagio, para la mayoría de la gente, será la forma de inmunizarse», vaticinó.

El miedo al desabastecimiento se anticipó al temor al contagio. La población se avalanzó a primeros de marzo sobre los lineales de papel higiénico de los supermercados. El alcohol, la lejía y otros desinfectantes elevaron sus precios y en un tiempo récord el sector industrial puso en los puntos de venta el gel hidroalcohólico que hoy forma parte de la vida cotidiana. De las mascarillas caseras que se hacían con sábanas viejas y otros retales, ante la falta de existencias, se pasó a la máxima seguridad de las FFP2. Y de las dudas sobre la protección de las máscaras frente al virus se llegó a su imposición como uso obligatorio a partir del 19 de mayo por una orden del Ministerio de Sanidad. Con la pandemia llegó el teletrabajo, las calles se vaciaron y la escuela se dio en casa.

Un año después no se ha recuperado la salud, ni la libertad y la sociedad se resiente económicamente por todos los frentes. Un total de 48.125 personas se han contagiado en León desde el comienzo de la pandemia según los datos de Atención Primaria. Las pruebas confirmadas son casi diez mil menos: 37.011 a fecha de ayer, con tan solo 18 casos notificados en el día. Un total de 8.493 personas estaban enfermas ayer en la provincia.

La mortalidad derivada directamente de la pandemia asciende a 1.996 defunciones, con un total de 1.106 muertes acaecidas en los hospitales, lo que supone el 56% de la mortalidad total por causa del covid-19. El año 2020 presentó un exceso de mortalidad del 29,2% en su conjunto en la provincia respecto a 2019 y en el primer mes de 2021 el sistema de Monitoreo de la Mortalidad en España (MoMo) atribuye un incremento de la mortalidad del 20%, del 20 de enero al 3 de febrero, en el periodo cresta de la tercera ola.

Las cifras de mortalidad son uno de los temas más polémicos de la pandemia y cuyo alcance no ha terminado.

  Primera ola

La primera ola comenzó en marzo y hay consenso científico en situar su declive en junio, tras levantarse el estado de alarma. En ese tiempo se infectaron en la provincia 12.052 personas y murieron 423 personas en los hospitales y hasta el 26 de junio, un total de 664 tanto dentro como fuera de los centros sanitarios. En los primeros meses, debido a la escasez de pruebas de diagnóstico, muchas personas fueron incorporadas a la estadística de infectados con «síntomas compatibles».

La semana del 30 de marzo al 5 de abril pasará a los anales como la más negra de 2020, con un total de 330 muertes en la provincia, tanto de covid como de no covid, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 2 de abril se registran, solo en los hospitales, 19 fallecimientos a causa del covid. Según los datos de Atención Primaria, el pico de contagios de la primera ola se produjo el 14 de abril, con 186 personas con test positivos a coronavirus ese día.

La peor parte de la primera embestida del virus se la llevaron las residencias de personas mayores. El virus entró en los centros sociosanitarios antes de que se tomara la decisión de cerrar para proteger a las personas mayores. El virus ya circulaba en el 70% de las residencias antes del 23 de marzo, según el informe sobre el impacto del presentado por la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco. En la primera ola murieron en las residencias de León 410 personas con resultados positivos o síntomas compatibles con el virus.

El pico más alto de personas hospitalizadas durante la primera ola se produjo el 1 de abril, con 479 personas ingresadas ese mismo día, y otras 55 luchaban por su vida en las unidades de cuidados intensivos.

Los profesionales sanitarios se enfrentaban a un virus prácticamente desconocido sin material de protección. El vicepresidente del Gobierno de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, hace un llamamiento a la ciudadanía para que donen mascarillas, petición que desencadena un movimiento de solidaridad ciudadana. Las mujeres ponen en marcha las máquinas de coser para confeccionar mascarillas y las empresas leonesas se vuelcan para fabricar pantallas y material de protección.

La actividad sanitaria no covid se paraliza. El 2 de abril muere el médico de Atención Primaria Antonio Gutiérrez, el primer sanitario fallecido en la provincia a causa del covid. El 1 de abril empiezan las pruebas de detección del virus en el personal sanitario, que se organiza con equipos covid nutridos con profesionales de todos los servicios. La Facultad de Veterinaria es la primera en analizar las PCR de Castilla y León y poco después se incorpora el Laboratorio de Sanidad Animal de la Junta que cuenta con la infraestructura y personal para esta técnica muy usada en el campo veterinario. Castilla y León forma un comité de expertos en el que el único leonés es Elías Rodríguez Ferri, presidente de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León.

Esta primera ola acaba con la frase triunfalista del presidente del Gobierno: «Hemos vencido al virus». No pasaron ni tres meses cuando se desencadenó la segunda ola. En este periodo valle de la primera ola sólo se produjo una muerte en los hospitales por covid, pero se registraron más de 150 fuera del ámbito hospitalario. La desescalada, por fases se inició en el mes de mayo, lo que alivió el confinamiento.

En el mes de agosto, con las vacaciones, la relajación de medidas y la movilidad, empezaron los primeros brotes en los pueblos de León. El 10 de agosto ya había dos personas hospitalizadas en planta y, un día después, comenzaron de nuevo las derivaciones de pacientes a las unidades de cuidados intensivos.

Cabe destacar que entre el 8 de junio y el 17 de septiembre no se notifica ninguna muerte por covid-19 en las residencias de mayores de León. El verano dio un respiro hasta que llegó la segunda ola.

 

Segunda ola

El 28 de agosto se declara la segunda onda de la pandemia de covid-19 en España. El pico más alto de hospitalizaciones en esta segunda fase se produjo el 3 de de noviembre, con 319 personas ingresadas en las plantas. El 20 de noviembre ya había 42 enfermos en las unidades de cuidados intensivos.

Durante la segunda ola se generalizan los test de antígenos, que se empiezan a usar en septiembre como test centinelas para detectar contagios en las residencias de mayores y otros centros de riesgo. Los equipos de Atención Primaria extienden los test de antígenos en los puntos con mayor número de contagios. En esta segunda ola, el pico de positivos se produjo el 23 de octubre con 590 casos ese mismo día. El 16 de noviembre había 10.806 personas contagiadas al mismo tiempo en la provincia y otras 30.000 habían pasado la enfermedad. Los sanitarios conocen mejor al virus, pero lo afrontan con más cansancio y estrés.

Las residencias de mayores encaran la segunda ola con más experiencia y, aunque se producen contagios, el impacto sobre la salud y la vida de las personas mayores no es tan grave como en el primer impacto. Suman 151 defunciones desde el 28 de septiembre hasta el 31 de diciembre, menos de la mitad que en la primera onda pandémica.

Las restricciones de la segunda, gestionadas por las comunidades autónomas bajo el paraguas del estado de alarma y el toque de queda a las 22.00 horas, empezaron a aliviarse a partir del puente de la Constitución. En Europa, y también en León, la idea de salvar la Navidad corrió como el virus. Casi al mismo tiempo se detectaba una variante en Gran Bretaña, coincidiendo con el estreno de la vacuna de Pfizer-Biontech en la isla.

Los test de antígenos para reunirse con familiares y las PCR para viajar a España aumentaron la demanda, pero no se evitó lo que temían los expertos.

 

Tercera ola

La tercera ola pandémica comienza el 1 de enero sin que, en hospitales como el de León hubieran dado de alta a todos los pacientes ingresados en la etapa más baja de la segunda. Los cribados, que se habían iniciado durante la segunda ola en San Andrés del Rabanedo y la ULE se convierten en una herramienta básica de diagnóstico y cerco al virus, cuya velocidad de propagación hizo sospechar lo que el Laboratorio de Biomedicina del CSIC ha confirmado hace unos días. La presencia e incluso predominancia de la variante británica, más contagiosa y potencialmente más letal. Residencias recién vacunadas o a punto de recibir la primera dosis se infectan. La mortalidad por el virus en estos centros en León se eleva a 158 defunciones desde el 1 de enero hasta el 27 de febrero, según los datos de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. Las zonas rurales arrojan los focos más preocupantes y se hacen cribados en Cistierna, Benavides, Santa María del Páramo, Valencia de Don Juan y otros minicribados en más de treinta pueblos, además del gran cribado de León.

En los hospitales se viven horas difíciles. Comienza la tercera ola con 53 pacientes aún ingresados de la segunda en planta y, lo que es más preocupante, 25 en las unidades de cuidados críticos.

El pico se alcanza el 1 de febrero con 444 personas hospitalizadas en planta y el 3 de febrero en las UCI con 68 pacientes. El Hospital de León crea los equipos covid multidisciplinares para dar apoyo a las 13 plantas covid, distribuidas entre Virgen Blanca, Princesa Sofía y Monte San Isidro. El reto es mantener el máximo de actividad con otras patologías mientras se atiende el covid, como señala el subdirector de Servicios Médicos, Pedro Linares. La enfermedad causa estragos más pronto en las personas que sufren síntomas graves. Algunas ingresan directamente en la UCI desde Urgencias o después de un día en planta. Otra característica de esta tercera onda es que da neumonías y otras complicaciones a pacientes más jóvenes.

Un total de 1.484 personas han ingresado en los hospitales leoneses en lo que va de la tercera ola, con casi 15.000 contagios —14.319 pruebas positivas— y 535 muertes a causa del virus entre el 2 de enero y el 27 de febrero. Un total de 144 fallecimientos se han producido hasta esta fecha en los hospitales y el resto fuera, como desvelan los datos del Portal de Transparencia de Castilla y León. Once fallecimientos en los hospitales el 29 de enero y 56 altas hospitalarias el 30 de enero son las cumbres.

Otras 1.220 personas han superado la enfermedad y han sido dadas de alta en los hospitales.Las personas enfermas al mismo tiempo alcanzan la cifra récord de 14.077 el 4 de febrero. El Bierzo, que había resistido mejor en la primera ola de la pandemia, superó el centenar de pacientes en planta y 20 en la UCI. Algún enfermo tuvo que ser trasladado a León.

El primer año de la pandemia llega con la tercera en caída, con 130 pacientes hospitalizados en planta y en cuidados críticos. Nadie se atreve a predecir cuándo terminará la pandemia, sobre todo por la aparición de nuevas variantes del Sars-Cov-2. Aún hay esperanza de que no haya cuarta ola. Depende de todos y todas.

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