De la batucada al parto es nuestro y las cuidadoras que soltaron cuerda
Las voces de la ciudadanía, de la plataforma por las pensiones dignas, de los sindicatos y de algunos partidos políticos que acudieron a la protesta pacífica de ayer, se mezclaron con los tambores de la batucada de León, Astorga y La Bañeza. También, con las reivindicaciones de la asociación El parto es nuestro contra las medidas coercitivas ejercidas contra mujeres el último año por orden judicial y con el grupo artístico Matraz, que trabaja desde el Musac con las cuidadoras de personas con demencia. Este grupo realizó una performance soltando un hilo rojo para visibilizar a las cuidadoras y animó a la gente a cogerlo para denunciar la marginación de la ley de dependencia.
La manifestación concluyó en la plaza de san Marcos, donde se habló de la división sexual del trabajo como «uno de los pilares básicos del sistema patriarcal para subordinar a las mujeres, que nos condena a trabajos precarios, excedencias y jornadas reducidas y a tiempo parcial para atender a dependientes, discriminación laboral, salarial y de pensiones en todos los sectores y profesiones». Traducido a cifras, las convocantes señalaron que, a pesar de que hay más mujeres que hombres con título universitario en el mercado laboral, la brecha salarial en León se sitúa entre el 24 y el 27% dependiendo de la edad (casi 6.000 euros al año). En las pensiones de jubilación solo el 37% de mujeres las perciben. Por eso aseguraron que este 2020 trabajarán «incansablemente para que el año no termine como empezó, con vetos y censuras parentales en educación, (ámbito en el que se sigue incumpliendo la legislación vigente sobre la educación afectivo sexual), negación de la violencia machista y de los derechos de las mujeres por parte de la ultraderecha; además de con mujeres asesinadas por hombres, mujeres cosificadas en medios de comunicación, mujeres intentando hacerse un hueco en el mundo laboral ya sea urbano o rural, mujeres borradas como categoría política, y más precariedad, más violencia y más hipersexualización femenina».
También se expuso que las políticas de «control del cuerpo de las mujeres y la tiranía de la belleza también forman parte de la violencia patriarcal, que tiene entre sus manifestaciones los trastornos alimentarios y las dietas, las cirugías y operaciones estéticas por la hipersexualización de las niñas y mujeres, la sobremedicalización debido en muchos casos a la sobrecarga física y emocional de las tareas de cuidado y las nuevas formas de medicalización».