Diario de León

Conciliar en la era poscovid

Cariño, ¿qué hacemos con las criaturas?

Las excedencias por cuidado familiar aumentaron el 47% en León por el parón Familias y sindicatos piden medidas de conciliación

León

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«Cariño, ¿qué hacemos con las criaturas?», es la pregunta que se hacen muchas parejas estos días de desescalada. «Deberían pensar algo los políticos, ¿no? Lo mismo que piensan en el turismo, ¿por qué no piensan en los recursos para las familias y los niños?», alega Cecilia, madre de tres hijos.

«Llevamos más de dos meses encerrados en casa y nadie ha pensado en los niños y en las personas dependientes, ni siquiera a la hora de volver al trabajo. Son auténticos olvidados de esta pandemia». Cecilia se acaba de incorporar al trabajo después un Erte por el Covid-19.

«Mi marido trabaja de noche y me incorporaron al turno de mañana, así que hablé con una compañera y le pedí si me cambiaba el turno. Accedió y se lo propusimos a la empresa», explica tras lamentar que nadie le preguntara por su situación.

El apaño le servirá para ir tirando y seguir atendiendo por las mañanas la parte de deberes online, las tareas de casa y la comida. Pero no se imagina cómo puede ser el verano si no se ponen en marcha dispositivos de conciliación y campamentos.

Alto y claro

«Lo mismo que piensan en cómo hacer volver al turismo, que piensen en las familias y los niños»

El caso de Cecilia es uno más entre muchos en la provincia de León. Los Erte —más de 22.000 trabajadores y trabajadoras— el cese de negocios de autónomo —más de 11.000— y el teletrabajo (el 40% de las empresas en actividad esencial durante el estado de alarma, aparte de la administración pública) han servido de colchón para que una sociedad productiva sustentada en los horarios escolares y de centros de día para mayores haya resistido su cierre sin abandonar a las personas más vulnerables.

Para algunas personas la solución fue dejar temporalmente el trabajo mediante una licencia. Entre enero y marzo de 2020, aumentaron un 47% las excedencias por cuidado familiar en la provincia de León. Aunque los colegios y centros de día se cerraron a mediados de marzo o poco antes, no deja de ser llamativo este incremento frente al retroceso del 13,5% que había experimentado esta modalidad de excedencia en el mismo periodo de 2019 respecto al año anterior.

De cuidado

«En empresas con mujeres jóvenes será un problema que todas pidamos lo nuestro»

En total, 114 mujeres y 20 hombres solicitaron una licencia en su empresa para hacerse cargo de los hijos e hijas o personas dependientes. La proporción de hombres que se acogieron aumenta un 53,85% al pasar de 13 a 20 casos, son las mujeres las que, mayoritariamente, siguen ‘conciliando’ a costa del empleo y la carrera profesional. En total, 114 mujeres sobre 78 en el primer trimestre del año anterior solicitaron la excedencia por cuidados familiares.

«El problema de la conciliación ya existía antes y ahora se agrava», comenta Beatriz Mendoza Fernández, enfermera en un centro de mayores de La Bañeza que no ha tenido más opción que acogerse a una excedencia. Con una niña de cuatro y un niño de seis meses, «tuve suerte de que me pilló la baja maternal, las vacaciones que había dejado pendientes y la lactancia. Me iba a incorporar en mayo y he pedido una excedencia hasta mediados de julio. Me lo puedo permitir porque mi marido trabaja, claro»,explica.

Brecha territorial

«El problema se agrava en el mundo rural donde tanto niños como mujeres tienen más aislamiento»

El horizonte para septiembre tampoco está despejado. «En La Bañeza, donde vivo, no han abierto el plazo de inscripción en la guardería porque no saben la ratio y de los colegios no sabemos nada. Si hacen una semana presencial y otra telemática no sé cómo nos vamos a arreglar», recalca. «Empresas y administración se han de implicar. El Estado debería ayudar a completar la reducción de jornada sin reducción de salario.

Hoy por hoy, insiste, «la conciliación es lo mismo que los Reyes Magos: son los padres y las madres, ya no podemos contar con los abuelos como antes». En su caso, «tengo un padre que tiene patologías crónicas y mi abuela es muy mayor. No están para que les deje a mis hijos», aclara.

«Si en septiembre las cosas se ponen mal, lo mismo tiene que coger unos meses de excedencia mi marido», apostilla. La enfermera bañezana señala que «las empresas también tienen que certezas, especialmente en sectores tan feminizados como es el mío. Si de pronto todas nos ponemos a pedir excedencias a lo mejor tampoco tienen con qué cubrir los puestos».

La responsable de Igualdad de Comisiones Obreras, Rosa Castro, señala que urge reabrir escuelas infantiles y centros de tipo lúdico, especialmente en el mundo rural. «Hay un problema de cuidados y hay que reorganizar esos espacios o se va a generar un problema importante, sobre todo para las mujeres», recalca.

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