Carrasco reivindica las diputaciones como garantía para atender a los pequeños pueblos

La presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, defendió ayer el papel de estas instituciones como garantes de la atención a los pequeños municipios, con la misma vigencia que hace 200 años, cuando se fundaron, y pidió una financiación acorde con el nuevo papel que están llamadas a tener en las reformas en marcha tanto en el Congreso como en las Cortes de Castilla y León.

En su discurso institucional con motivo de la celebración del bicentenario de la Diputación de León, celebrado ayer en el Palacio de los Guzmanes, Carrasco lamentó que, en ocasiones, se hable con «ligereza» de su papel, e instó a su modernización, e incluso a «echarle imaginación», ante las nuevas leyes que preparan tanto el Gobierno central como la Junta. «Debemos acometer las reformas que nos permitan avanzar sin lastres. En la actualidad, tanto la Junta de Castilla y León como el Estado están acometiendo una serie de reformas encaminadas clarificar competencias y adecuar las administración a la nueva realidad. Pero queda mucho por hacer y matizar. Es digno de alabar que en ambos casos se refuerza el papel de la Diputación, pero permitidme decir que toda nueva competencia o servicio debe ir acompañado claramente por una financiación adecuada». «Por tanto -añadió-, reconocido el pasado, el futuro pasa por el refuerzo de las Diputaciones como administraciones imprescindibles, necesarias y cercanas al ciudadano; pero acompañado de financiación y reconociendo que hasta ahora son administraciones que están a la altura de las circunstancias, que son de las más saneadas e inversoras en estos momentos, por lo que debemos exigir un mayor reconocimiento y trato especial», recalcó.

La primera parte de su discurso Carrasco se la dedicó a reivindicar también el papel de las diputaciones desde su propia historia, con su nacimiento en la Constitución de 1812. «Ninguna otra en el futuro apuntalará el aparato administrativo territorial como la de Cádiz». Así, recordó el Título VI, «Del gobierno interior de las provincias y los pueblos», que en su artículo 325 establecía que «en cada provincia, habrá una diputación llamada provincial para promover su prosperidad, presidida por el jefe superior».

Recordó también que la Diputación de León se constituyó el 30 de junio de 1813 en «las casas episcopales» (Obispado de León) «después de varios meses que duró la elección de los diputados, y ello debido al ambiente de la guerra que vivía en esos momentos».

«En el cómputo de los esfuerzos de todos los diputados, presidentes y funcionarios -resumió- está un cúmulo de logros que afectan a distintas áreas de actuación: la beneficencia y la asistencia social, la atención a los huérfanos y la sanidad pública; el fomento de las infraestructuras, principalmente la red viaria provincial -los caminos, puentes-; acciones sobre la mejora de la agricultura y ganadería; el comercio y la industria; la instrucción pública; el fomento del turismo y la vida cultural, la protección del patrimonio provincial...».

Según añadió Carrasco, a modo de resumen, «la Diputación es la primera institución que aglutina a la provincia en el marco referenciado del ordenamiento jurídico y tiene un largo recorrido histórico como referente de nuestros pueblos, que hace valer toda la idiosincrasia propia de sus ayuntamientos y juntas vecinales y que vela porque el concepto identitario común siga su curso en el marco competencial propio, y en donde siguen vigentes los principios de subsidiariedad y la proximidad al ciudadano». Carrasco destacó también «el importantísimo patrimonio» acumulado en estos dos siglos por el que denominó a la Diputación «Ayuntamiento Mayor» de la provincia.

La jornada se completó ayer con un concierto; hoy siguen los actos con una jornada de puertas abiertas en el Palacio de los Guzmanes, de 10 a 14 horas.