Diario de León

Educación

Los centros infantiles, en un mar de dudas pese al retraso de su apertura

La exigencia de la distancia física y de pocos alumnos por aula complican su futuro próximo

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La desescalada asociada a la pandemia del coronavirus supone un reto en muchos aspectos y para muchos sectores. Uno de ellos es el de la educación y, dentro de él, el de los centros infantiles y guarderías. Tras su cierre a cal y canto el pasado mes de marzo, son numerosas las dudas que asaltan al sector de cara a las próximas semanas.

De momento, se sabe que el grueso de las ‘clases’ no se reanudarán hasta el próximo mes de septiembre, pero se desconocen todos los detalles. En un principio, estaba previsto que pudieran abrir sus puertas en 25 de mayo, pero la fecha ha sido descartada tras la reunión mantenida entre Gobierno y comunidades autónomas el pasado jueves. En ella, la mayoría de las autonomías se mostraron reticentes a recibir a los pequeños de entre 0 y 6 años argumentando motivos de prevención e higiene. Todo indica que la apertura llegará en septiembre, aunque, de momento, todo son interrogantes.

Tras el citado encuentro con la ministra Celáa, sí se sabe que Castilla y León aplicará la desescalada escolar de acuerdo con las pautas que fije el Gobierno que, a su vez, ha dejado la decisión en manos de las autonomías.

La ratio

La AEP recomienda cinco niños por clase, «algo económicamente inviable» para la mayoría de centros

La reapertura de las guarderías se contempla en la fase 2, la última antes del desconfinamiento. Las provincias que lleguen aquí podrán tener las escuelas infantiles para abiertas; aunque con condiciones. En León, el número de niños de entre cero y cuatro años es de 14.111, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Muchos son los detalles quedan por concretar hasta entonces, como la cantidad de niños que podrán acudir a cada centro, otro de los puntos que han suscitado más debate en las últimas semanas.

Los niños, transmisores del virus, son uno de los focos importantes de esta enfermedad, a los primeros que se confinó en casa y quienes afrontaron más restricciones de salida. Guarderías, escuelas infantiles y lo de Educación Infantil son los centros en los que hay mayor riesgo de contagio y transmisión del virus, según la Asociación Española de Pediatria (AEP). El motivo es la dificultad de cumplir con las medidas de distanciamiento social con niños tan pequeños y al «estrecho» contacto entre profesor y alumno.

Para la mente

«Además de que no es posible mantener la distancia física, tampoco es bueno para ellos»

Guarderías y centros infantiles de León denuncian su desamparo y piden que se aclare la situación lo antes posible. El distanciamiento físico, uno de los aspectos fundamentales para la contención de la pandemia, se convierte aquí en un imposible.

Cristina López Ruiz de la Hermosa es la responsable del centro Montessori de León. «Me gustaría que la ministra de Sanidad nos dijera la protección que podemos tener en aulas de 0-3, y que contestase, directa y concretamente, la solución que encuentra al distanciamiento entre niños y con niños tan pequeños», señala. Más allá de abrazar con cariño a los niños, que es «muy difícil no hacerlo o separarles si vienen a ti»; los bebés «todo lo tocan, lo chupan y se mueven de forma persistente, a veces separados y muchas veces juntos, ajenos a cualquier pandemia y restricción pensada desde el mundo adulto. Además hay que cambiarles, hay que darles de comer, que acostarles, hay que portearles, hay que limpiar lágrimas a veces, mocos y babas de forma constante». Lo que quiere decir, a juicio de López, que la primera máxima para prevenir y contener la pandemia, el distanciamiento, «es del todo inviable, tanto entre niños como con las educadoras». Asegura que no encuentra una solución a corto plazo y que es responsabilidad del Gobierno buscar una respuesta a esta situación.

Cuestión de cifras

«Por otra parte nuestra problemática, como a todos los demás, también está en la parte económica. Cuando abramos, ¿con cuántos niños?, ¿con cuántas educadoras? Económicamente, inviable hacerlo, por ejemplo, con cinco niños», asegura.

A este respecto, la Asociación Española de Pediatría (AEP) considera que las guarderías-escuelas infantiles deberían limitar los grupos a un cuidador por cada cinco niños y clase y que las actividades colectivas como patio, comedor o siesta sean independientes en cada grupo. Mientras que en cuanto a los profesores de estos centros, deben disponer, a juicio de la AEP, del «adecuado» equipo de protección en el contacto directo con cada niño y en las actividades que se desarrollen.

«He preguntado a las familias de mi centro que en el caso de abrir en las próximas semanas, quién iba a necesitar llevar el niño al centro. De momento me han contestado once de los cuáles sólo uno tiene pensado llevar a su hijo. Muchos porque tele-trabajan y, además de que por ello no tienen necesidad, tampoco los llevarán hasta que no esté controlado del todo el virus», afirma Ruiz de la Hermosa. «Para ella, el problema en el plano económico es que «no va a haber niños y no sabemos hasta cuándo, y la razón ha sido la pandemia».

Algo claro

Lo que parece seguro es que no se abrirán hasta septiembre, aunque se desconocen los detalles

Cristina del Prado es responsable de la guardería Goofy. Está de acuerdo en que la distancia física no se puede exigir en estos centros. «Además, de que no es posible, tampoco es beneficioso porque se pierde la esencia del centro educativo, ni tampoco es sano mentalmente para los niños», añade. Opina que las ratios irán en función del espacio, aunque «por muy grande que se un sitio, los niños siempre tienden a juntarse. Bajo su punto de vista, «la parte educativa es importante, pero tiene que primar la atención a los niños y a las familias».

Aquí ya están preparando para que todo esté listo cuando puedan abrir, aunque todavía no se sepa la fecha exacta. «Sobre todo de cara a la entrada y salida de los niños. Tomaremos la temperatura y extremaremos la higiene, entre otras medidas preventivas». Para De Prado, «en un centro infantil, no dejamos de ser una familia y, manteniendo las medidas oportunas, creo que se va a poder hacer». Asegura que los pequeños «se merecen normalidad y están entre los más perjudicados».

En Acuarela, Mónica y Raquel también ven complicada la situación. «Estamos preparando todo para cuando podamos abrir. Más guantes, gel hidroalcohólico o cascos con pantalla forman parte del acopio que están haciendo. La situación no es fácil «porque no hay ingresos y los gastos siguen corriendo». Denuncian la incertidumbre que viven estos días. «No sabemos con certeza ni cuándo podremos abrir, ni con cuantos niños... Todo son interrogantes», señalan.

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