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El colapso se acerca a las incineradoras

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Doménico Chiappe | Colpisa

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Al mismo ritmo que ingresan pacientes en los hospitales, y se llenan las distintas unidades de atención sanitaria, se generan residuos contaminados por coronavirus. La proporción de saturación es exponencial. Por ejemplo, a principio de este mes colapsaron las tres plantas de tratamiento de residuos sanitarios en Madrid (ubicadas en Humanes, Fuenlabrada y San Sebastián de los Reyes). Las autoridades regionales cambiaron la normativa en tiempo récord para habilitar la planta de Valdemingómez. "El Ayuntamiento nos comunicó que las tres instalaciones estaban colapsadas y necesitaban una salida", advierte Quique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid. "Pero la incineradora que están usando ahora no está diseñada para los residuos del tipo tres (sanitarios de riesgo), que ya están llegando". Aún no hay datos de los materiales desechados durante la crisis del coronavirus en los hospitales, pero la pandemia disparará las 18.000 toneladas de residuos peligrosos que cada año genera el conjunto del sistema, según la empresa especializada Netjet, que calcula 250 gramos por cama y día.

Sobre el manejo de residuos contaminados con sustancias biológicas peligrosas, los hospitales españoles tienen una normativa estricta para el desecho de los residuos biosanitarios desde finales de los noventa. La Covid-19 tiene la misma consideración que la tuberculosis o el ébola, y "no hay el menor indicio de que la gestión de residuos sea un problema en esta crisis", mantiene Joan Ramon Villalbí, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas). "Cada tipo de residuo tiene su circuito y los peligrosos tienen pautas de tratamiento muy exigentes. Todos lo residuos especiales, como los sanitarios, tienen normas estrictas".

En el Hospital de Móstoles, por ejemplo, explican que los materiales que pudieran tener "reservas de agentes infecciosos" se depositan en contenedores opacos de cierre hermético y gran resistencia, con una identificación de su procedencia. Estos recipientes no deberían llenarse más del 80% de su capacidad para "evitar salpicaduras, derrames o sobrepresiones. Una vez llenos se debe cerrar y trasladar al almacén temporal para su recogida".

"En general, los residuos de los hospitales se degradan bastante rápido", afirma Manel Juan, jefe de Servicio de Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona y directivo de la Sociedad Española de Inmunología. Entre tanto, los sindicatos que agrupan a los colectivos de la Salud no han elevado una queja general en cuanto al tratamiento de residuos. En un caso aislado, el sindicato UGT ha denunciado que el personal de limpieza que trabaja en plantas de los hospitales de Granada con pacientes con Covid-19, subcontratadas por la empresa Clece, introducían "material infeccioso de urgencias, laboratorios y puntos de toma de muestras de coronavirus" en bolsas rojas que son selladas y desinfectadas, para trasladarlas a los lugares de recogida.

Sin riesgo Después de la gestión interna, que incluye la clasificación y etiquetado, viene la recogida y el transporte hasta la planta donde se incineran. Aunque existen normas en cada Comunidad Autónoma, el Ministerio de Sanidad publicó un protocolo de gestión de residuos "en contacto con Covid-19" en el que disponía que los contenedores deberían "optimizar su capacidad" al "maximizar su llenado", y ya preveía que sería necesario un lugar intermedio entre el centro emisor y la planta de incineración, como "naves o terrenos de terceros", como en el caso de los hospitales de Madrid, depositados en sitios de tránsito. Esos camiones con mascarillas, guantes, trajes, test y otros materiales fueron paralizados camino a la planta incineradora de San Sebastián de los Reyes, ya saturada.

"No plantea riesgos de salud pública relevantes", prosigue Villalbí. "El virus no salta. También en la calle es habitual ver guantes en el suelo, pero su carga viral no llega a las mucosas. No me imagino cómo podría crearse un problema con los residuos del tipo III, que se han de tirar de la forma apropiada". En el protocolo de Sanidad también se establecían normas para la generación de residuos domésticos infectados por coronavirus, con precauciones similares a las de los centros médicos. Tampoco los residuos de los hogares, como mascarillas, guantes o servilletas que pudieran estar contaminadas deberían crear problemas. "No son microbios que quedan para un largo periodo de años. Tienen una duración corta", dice Juan.

Los vecinos piden "tranquilidad", mientras el material sanitario se traslada a incineradoras colapsadas, en camiones que por el confinamiento no puede ser monitorizados por los vecinos.

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