Diario de León

¿DÓNDE VIVEn los universitarios? Pisos de alquiler, la opción contra la crisis

Compartir piso frente a la crisis

Los estudiantes optan cada vez más por el alquiler de viviendas .

Una mujer señala un anuncio de alquiler de un apartamento en el periódico.

Una mujer señala un anuncio de alquiler de un apartamento en el periódico.

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silvia alonso | león
León

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A pocas semanas de que comience el curso universitario en León ya casi todo el mundo tiene donde instalarse este año. Pero, ¿cómo han encontrado los estudiantes el piso o la residencia ideal para ellos? Durante todo el verano, son muchos los jóvenes que se han dedicado a recorrer las diferentes residencias universitarias de León o a buscar y rebuscar entre las ofertas de alquiler de piso hasta dar con el «lugar» que consideran oportuno para pasar este curso.

El momento de crisis por el que está pasando la economía es bien sabido por todos. Por esta razón algunos estudiantes consideran que es un «lujo» poder estar en una residencia. En León hay doce residencias universitarias, la mayor parte privadas, solamente tres de ellas son públicas y de las doce, tan solo hay una masculina, el resto se dividen equitativamente entre mixtas y femeninas. El precio medio oscila entre los 600 euros mensuales en las residencias privadas. Dentro de estos 600 euros, están incluídos todos los servicios básicos, como la pensión completa o Internet. Tener acceso a la red es un requisito fundamental para los «chicos» que solicitan la estancia en una residencia universitaria. El coste de las públicas es de 400 euros al mes aproximadamente y tienen igualmente todas las necesidades básicas cubiertas.

Para acceder a las tres residencias públicas que hay en León, los estudiantes han de solicitar su plaza a principios de verano a través de la convocatoria que publica cada año la Junta de Castilla y León, encargada de subvencionar este tipo de alojamientos. Asimismo, es necesario cumplir varias condiciones, tanto académicas como económicas para poder optar a una plaza en una residencia pública.

No quieren residencias

En principio, a los jóvenes que vienen a estudiar a León en su primer año de carrera no les gusta la idea de tener que acudir a una residencia.

Ven truncada la oportunidad de tener la libertad que no han tenido hasta ahora con sus padres y en su casa. Pero esto es solo al principio, a los dos años de estar en la residencia, gran parte de la gente se traslada a un piso con personas que ha conocido en clase durante los primeros años de carrera o bien con otros compañeros de residencia. Y es entonces cuando empiezan a acordarse de que la residencia cubría todas las necesidades y solamente tenían que dedicarse a estudiar y «pasárselo bien», como comenta Laura Borrego, «en la residencia no existían las preocupaciones porque me daban todo hecho y tenía más tiempo libre para estudiar o divertirme, pero claro, todo eso había que pagarlo». Son los padres los que envían a sus hijos a una residencia universitaria en su primer año de carrera por «miedo a que no sepan desenvolverse al ser la primera vez que no están en casa» explica la madre de Laura, Loli. «Mis padres me enviaron allí no para estar más controlada como muchos piensan sino para conocer gente nueva en una ciudad a la que llegué practicamente sola y sin ninguna amiga. Y la verdad, dio resultado», asegura Laura Borrego. «Al principio no me hacía mucha gracia ir, pero acabas haciendo amistades para toda la vida y también es una oportunidad para irte a un piso con esas personas», concluye Laura.

En este momento, otra opción muy empleada debido a la situación económica actual es trasladarse a casas de otros familiares que vivan en León y así poder ahorrarse el dinero que supone tanto una residencia como el alquiler de un piso.

Formas de búsqueda

Sin duda, el negocio estrella en este mercado ajeno a lo académico es el arrendamiento de pisos entre los estudiantes universitarios. Hay varias formas de conseguir la vivienda que deseen aunque los estudiantes lo buscan «por libre» en casi todas las ocasiones.

Existe un programa desde la Universidad, el Programa Vivienda, que acerca a los jóvenes al piso que buscan. Es un servicio gratuito que la Junta de Estudiantes de la Universidad de León presta a los alumnos y otros miembros de la comunidad universitaria que lo soliciten para facilitarles la búsqueda de pisos en alquiler, habitaciones, residencias universitarias, etc.

Pero principalmente, los jóvenes indagan en las páginas de alquileres de piso existentes en Internet. Estos portales ofrecen toda la información necesaria acerca de las viviendas: zona en la que se encuentra, número de habitaciones, precio, etc.

Asimismo, otra opción de búsqueda bastante común es a través del periódico o de revistas especializadas en arrendamientos de vivienda. Menos usual entre los estudiantes es acudir a inmobiliarias, los trámites suelen ser más caros que buscar piso independientemente, pero en León, esto es diferente. Es el propietario del piso el que tiene que pagar los gastos de la gestión inmobiliaria. De esta forma, son cada vez más los estudiantes que acuden a ellas. «En agosto, es el mes que más notamos el incremento de universitarios que vienen en busca de un piso», aseguran desde la Inmobiliaria Synergy.

Igualmente, los anuncios de alquileres de piso en farolas, cabinas telefónicas e incluso paredes de la ciudad son de gran ayuda para los interesados en encontrar una vivienda universitaria.

Más exigentes

No solamente son los caseros los que piden ciertas condiciones si son estudiantes los que alquilan sus pisos. Los «chicos» exigen algunos requisitos para la que va a ser su vivienda durante al menos un año. Entre ellos destaca la televisión, es fundamental en un piso de estudiantes. En cuanto a nivel inmobiliario reclaman que «los muebles no estén demasiado viejos» y sobre todo, que la casa cuente con los electrodomésticos básicos.

En cuanto a los compañeros de piso, los hay que tienen apalabrado con un amigo o conocido el compartir una vivienda de alquiler, quizá por miedo a irse solos y encontrarse con personas problemáticas en casa. A los más aventureros, por el contrario, no les importa desafiar a la suerte, y prefieren conocer gente nueva para alejarse de la rutina y cambiar de aires.

Finalmente, el precio que quieren pagar los universitarios es de aproximadamente 175 euros por mes. Dependiendo de si los gastos van incluídos en esa cantidad o van aparte, la mensualidad oscila entre los 150 ó 200 euros.

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