Crece la tensión política tras los escraches a Ábalos e Iglesias

«Esto se sabe dónde empieza pero no dónde acaba». Las palabras son del vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, que el pasado domingo sufrió el acoso de un grupo de ciudadanos en la vivienda que comparte con su pareja, Irene Montero. Ayer, medio centenar de personas se concentraron frente al domicilio de José Luis Ábalos. Los manifestantes acabaron enfrentándose con la mujer y la hija del ministro de Transportes y número tres del PSOE. Iglesias no solo alertó de que se entra en un camino muy peligroso, sino que lanzó un advertencia: «Hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana será gente de izquierdas manifestándose enfrente del apartamento de (Isabel Díaz) Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros, de la casa de Abascal...». El líder de Vox no tardó en responder a Iglesias al que instó a acudir en persona a su domicilio y no enviar a «sicarios».

Así avanzó otra jornada de presión por motivo de esta escalada de protestas contra los políticos del Gobierno. Cargos del PP critican que un vicepresidente y «miembro del CNI» esté «amenazando». «Ni la mascarilla puede cubrir la cara de cemento armado», ha proclamado en la misma red social.

Más contundente se ha mostrado el portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Presupuestos, Víctor Píriz, que ha reclamado a Iglesias que deje de «amenazar». «Pablo, escríbeme por privado y te doy mi dirección. ¿Crees que te tenemos miedo? En qué país te crees que vives, chaval? Deja de amenazar que no te tenemos miedo, ponte a trabajar, pon orden en las residencias y que no mueran más mayores», le ha espetado.

La tensión de las protestas por el confinamiento se manifiesta con caceroladas en la capital leonesa; por tercer día consecutivo, la avenida de Ordoño II registró este gesto frente al confinamiento, con un centenar de manifestantes en la calle.