La crisis sanitaria dispara las peticiones de ayuda al Banco de Alimentos del Sil

Antes de que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus obligase a declarar el estado de alarma y a paralizar la mayor parte de la actividad económica, el Banco de Alimentos del Sil atendía a unas 900 familias en situación de vulnerabilidad desde su sede en Ponferrada. Ahora, rebasados los 20 días de aislamiento, la cifra ya supera las 1.100. En poco más de tres semanas, se han sumado al programa del Banco de Alimentos 212 familias, según el recuento realizado ayer mismo. De hecho, durante la mañana se repartieron 30 lotes de comida. Reparto del que se encargan los voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, movilizados en base a las llamadas realizadas a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Ponferrada y al 012.

El ritmo en el almacén del Banco de Alimentos del Sil es frenético y para garantizar la seguridad de todos sus trabajadores y colaboradores, se han establecido retenes de tres personas. Así preparan los paquetes que luego salen a reparto. La media diaria desde que se declaró la situación extraordinaria actual es de unos 15 lotes, pero esa cifra se duplicó ayer, según los datos ofrecidos por la secretaria de esta oenegé, Esther Reyes. Ella misma describe como insólita la situación y adelanta que el número de familias que piden ayuda alimentaria seguirá creciendo en los próximos días, aunque previsiblemente a un ritmo más lento.

Que tres semanas después de que el Gobierno decretarse el estado de alarma más de 200 familias bercianas hayan buscado ayuda para comer no deja de llamar la atención, máxime cuando se han habilitado mecanismos para evitar que las personas que se quedan al paro dejen de tener ingresos. La secretaria del BAS considera que detrás de ello subyace la economía sumergida que todavía es una realidad en el Bierzo. Esta avalancha de solicitudes filtradas a través de los Servicios Sociales y Cruz Roja hace pensar que son muchas las personas que trabajaban al margen de la Seguridad Social y que ahora no tienen acceso a prestaciones o subsidios o los ingresos que tienen no dan para cubrir los gastos básicos.

También en esto hay picaresca. El Banco de Alimentos del Sil ha descartado a más de 40 familias desde el 15 de marzo por haber duplicidades o no cumplir con los requisitos exigidos. El hecho de trabajar codo con codo con las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Ponferrada y Cruz Roja les permite hacer un filtrado más seguro de los casos y ‘pillar’ a quienes intentan aprovecharse de la situación.

SUMINISTROS

El Banco de Alimentos del Sil no tiene problemas de suministro pese a que las solicitudes se han disparado. El stock del que disponen es amplio y, además, «son muchas las empresas del Bierzo que están haciendo donaciones», subraya Esther Reyes. No obstante, explica que de no entrar donaciones y mantenerse o aumentar el ritmo de salida de lotes actual, habría existencias para los próximos siete meses. En todo caso, el BAS garantiza el suministro para lo que queda de año para todas esas familias que son usuarios de base, las 900 anteriormente mencionadas. También confía en que el volumen de donaciones se incremente para poder seguir cubriendo el pico de demanda actual y no perder stock. De hecho, hará falta refuerzo, porque la secretaria del BAS estima que hasta un 80% de las familias que han pedido ayuda ahora, con motivo de la crisis motivada por el coronavirus, se mantendrán en el programa a medio y largo plazo, ya que la situación económica se prevé complicada. La mayoría son familias numerosas, de «entre cuatro y seis miembros», describe Reyes. Por eso, lo lotes que se envían también son grandes y pensados para que duren «un mes o mes y medio». «Una vez que las familias se inscriben y son aceptadas en el programa, en 24 horas se les hace entrega del lote de alimentos», asegura.