Las cristalerías aceleran por el boom de las mamparas: «No damos abasto»

En el taller que Cristalería Gavela tiene en la calle del Reloj de Ponferrada no dan a basto desde que, a principios de abril, empezaron a llegar los pedidos de mamparas de protección para negocios y edificios públicos. Ya han hecho más de una treintena y en cartera tienen cerca de 20 pedidos pendientes. Un volumen importante para un negocio pequeño que ha tenido que acelerar para lo que viene. Y es que esto no es más que el principio de todo. Una vez que se vayan resolviendo las dudas e incógnitas sobre la denominada nueva normalidad y el sector comercial y de servicios vaya retomando el pulso, se prevé un incremento aún mayor de los encargos.

«Estamos a tope. Ahora mismo, el negocio está centrado exclusivamente en la elaboración de mamparas», explica el propietario de Cristalería Gavela, José Luis Cerezales. Antes de esta eclosión y durante el estado de alarma, su actividad era prácticamente nula y tuvo que aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para su único trabajador. Ahora, tendrá que regresar a su puesto de manera inmediata para poder dar cobertura a todos los pedidos. Así se transforma una cristalería que antes de la crisis sanitaria nunca había hecho mamparas. Su actividad estaba vinculada, básicamente, a la de compañías aseguradoras.

De momento, esta cristalería ubicada en el corazón del casco antiguo de Ponferrada ha recibido pedidos de toda la comarca. Panaderías, farmacias, peluquerías y barberías, tiendas de repuestos de coches, taxis, el instituto de Fuentesnuevas y los ayuntamientos de Ponferrada, Bembibre, Fabero y Noceda ya forman parte de su cartera de clientes. Todos han pedido mamparas de protección. «Llaman y la mayoría pide metacrilato, pero ahora mismo la demanda mundial de este material es tan alta que no hay existencias. Por eso, hemos empezado a hacer las mamparas de vidrio de seguridad que, además, es mejor», explica Cerezales.

El vidrio es más limpio, más económico, tiene mejor vejez y, sobre todo, es de producción nacional. El metacrilato es más caro, viene de fuera y su precio se ha incrementado hasta un 30% desde que empezó la crisis. Se paga hasta 12 euros más por metro cuadrado que antes de la Covid-19 y la tendencia es al alza. La única ventaja sobre el vidrio es que este tiene más facilidad de rotura, pero teniendo en cuenta la resistencia de los escaparates de las tiendas, su uso como mampara de protección no debería plantear ningún inconveniente.

Gavela trabaja con proveedores locales, desde el cristal hasta los herrajes con los que se sujeta la mampara y las ferreterías. Compra el vidrio en Bierzoglas (Camponaraya), donde también han notado el empujón.

De momento, Bierzoglas es proveedor de vidrio pero se sumará al proceso de fabricación de mamparas. A la espera de recibir los herrajes de sujeción del cristal que necesitan, confían en iniciarse en esta actividad la próxima semana. «Estamos recibiendo llamadas constantemente, pero de momento no podemos servir. En todo caso, yo creo que esto está empezando y no va a ser cosa de un día ni de dos, sino a largo plazo», aseguraron desde Bierzoglas.

De 70 euros en adelante. Esto es lo que cuesta una mampara para un negocio. Lógicamente, el precio depende de muchos factores. El principal, el tamaño. Una medida óptima es la que alcanza una altura de 1,90 metros desde el suelo para garantizar la cobertura sin que influya la altura de las personas. El ancho ya depende del espacio a cubrir.

También la Cristalería Guerrero de Ponferrada ha empezado a apretar el ritmo. En su caso, asegura que los pedidos están llegando aunque «no es un aluvión». «La mayoría de la gente todavía no sabe muy bien qué hacer y teme pagar por algo que luego no le sirva», asegura su propietario. No obstante, reconoce que la nueva normalidad abre una oportunidad para el sector de las cristalerías.