Diario de León

LEONESAS DE AYER Y HOY. MARÍA SEVILLA MARTÍN

Cuando la mina tiene nombre de mujer

antonia rodríguez torre / club xeitu

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León

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ana gaitero | león

La relación de las mujeres con las minas de carbón empezó de manera muy romántica. No se tiene conocimiento de exploradoras en aquellos tiempos en que empezó la fiebre del carbón. Pero los pioneros que iniciaron las explotaciones del oro negro en León bautizaron muchas de aquellas pequeñas minas con nombres de mujer.

La primera bocamina de la que se tiene constancia en la provincia es La Juanita, en el término municipal de Sabero. «Hacia 1840 este ingeniero palentino consiguió la concesión de cuatro minas de carbón de hulla denominadas Sucesiva, Escondida, Abundante y Juanita», publicó Julio de Prado Reyero hace ya muchos años en el diario Proa.

Todavía no se sabe quién era Juanita. Madres, hermanas, hijas, novias e incluso amantes hay detrás de los nombres de las minas bautizados en femenino, fiel reflejo de los roles adjudicados a las mujeres, aunque fueron muchas las que luego trabajarían en las minas y acarrearían piedras para construir el ferrocarril.

Otras mujeres cuyos nombres bautizaron en su día las prósperas minas leonesas también habían quedado en el olvido. Es el caso de María Sevilla Martín, una mujer que si bien era oriunda de Las Hurdes, desarrolló la mayor parte de su vida profesional en Laciana, primero en la escuela de Villaseca y después en la de Álvarez Carballo en Caboalles de Abajo.

María llegó a Laciana hacia 1891, según apunta Víctor del Reguero en el libro Las gafas del Belga. Por aquel entonces, Laciana era una importante comarca ganadera y la fiebre del carbón apenas había tocado sus montes, aunque ya se sabía de la existencia de importantes reservas y había muchos ojos puestos en ellos.

Casada con Fernando Torre, fue madre de 16 hijos y se quedó viuda cuando uno de los más pequeños, Gorgonio, tan solo tenía cuatro años de edad. No se sabe cómo pero aquel chaval logró ir a Francia, a la universidad de Saint Etienne, a estudiar ingeniería de Minas.

Gorgonio Torre Sevilla regresó de Francia y se casó con Fernanda Cortés, una joven de Villafranca del Bierzo, quien heredó de su padre soltero (reconoció a nueve hijos) suficiente fortuna para respaldar a su marido en sus aventuras empresariales.

Cuenta Antonia Rodríguez Torre, nieta de Gorgonio y bisnieta de María, que en las visitas a su madre en Caboalles, el joven ingeniero se dio cuenta de las posibilidades de explotar carbón en la zona y se lanzó a la aventura. Corría el año 1910 cuando Gorgonio Torre denuncia la concesión minera que ocupa los extensos montes situados entre los dos Caboalles.

Y decide bautizar la explotación con el nombre de su madre. Así nació el pozo María y también lo que pocos años después se convertiría en uno de los buques insignia de la minería leonesa a lo largo del siglo XX: la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP).

«La minería en Laciana, por tanto, no empezó con la MSP sino con María y otras pequeñas explotaciones» que se empezaron a denunciar a partir de 1890, como dice con orgullo la nieta de Gorgonio Torre y documenta Del Reguero en la citada publicación del Club Xeitu con este y otros pioneros. «La mayor parte de las bocaminas de ocasión abiertas al calor de la coyuntura tienen vida efímera», precisa el historiador, de modo que en 1917 sólo se trabaja en las minas María y Julio de Caboalles de Abajo.

Antonia Rodríguez Torre, la bisnieta de María, puso cara a esta mujer de la que tanto había oído hablar en casa al encontrar una foto entre los papeles de la venta del pozo a la MSP. «Una venta que se hizo como a muy largo plazo y terminaron de pagar no hace muchos años», apostilla. También recuerda que su abuelo fue uno de los fundadores de Hullas del Coto Cortés en 1924.

El pozo María empezó siendo un pozo plano con varios pisos y contó con maquinaria de extracción y bombas de agua alimentadas por una caldera de vapor, adelantos casi desconocidos en aquellos tiempos en los que la tracción y carga era desempeñada por el ganado. El castillete del pozo vertical, tal y como ha quedado para la historia de la minería en Laciana, si se conserva, es de 1952. Construido de modo similar a los pozos de Duro Felguera en Asturias, fue dotado con buenas instalaciones auxiliares: casa de aseo, sala de máquinas, oficinas, lampistería, etc.

Además el pozo María marca dos hitos importantes en la historia de la minería en León: es el escenario de un trágico accidente que se llevó la vida de diez mineros el 17 de octubre de 1979 y fue el detonante de la primera Marcha Negra, en 1992, al estar amenazado por un cierre que se pospuso apenas unos años más. Antonia Rodríguez Torre recuerda que se «lloraba de emoción» cuando «los mineros pasaban cantando por Ponferrada: «María tienes nombre de mujer». El nombre de María ya no se perderá, ahora hace falta que se conserve y se musealice el pozo.

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