Recluido a casi 700 kilómetros de León
Cuarentena en altitud para Aláiz
El atleta pasa el confinamiento a causa del coronavirus en Sierra Nevada junto a otros deportistas: «Somos amigos y eso hace que llevemos esta situación lo mejor posible»
Roberto Aláiz junto a uno de sus compañeros de piso con los que comparte cuarentena y entrenamientos en Sierra Nevada. DL
A Roberto Aláiz el estado de alarma decretado por el Gobierno y las medias de confinamiento le cogieron en plena concentración en Sierra Nevada. Y allí permanece el leonés todas estas semanas a cerca de 700 kilómetros de su casa y junto a otros cinco amigos y también atletas.
«La idea era realizar una concentración en altura y coincidió con esta situación de crisis sanitaria que nos está permitiendo también vivir una experiencia vital», precisa el pupilo de José Enrique Villacorta para el que esta experiencia vital está suponiendo una nueva forma de contemplar la vida. Lo hace sabedor de que «tal vez el poder estar en un lugar al que he acudido tantas veces y junto a otros deportistas hace la estancia más llevadera. Incluso tenemos un pequeño gimnasia en el que poder entrenarnos y compartir a turnos los aparatos». La incertidumbre para él es lo que peor lleva. «No sabemos cuando va a pasar esto. Y esa situación junto a las noticias que oímos de tanta gente afectada y tantas desgracias personales nos lleva a cierta situación de desasosiego. Aún así tratamos de vivir el día a día de la mejor manera posible. Y como todos somos deportistas este trago es más llevadero».
«Nos pilló en confinamiento y tuvimos que alquilar unos pisos que por suerte tienen un pequeño gimnasio»
El cierre del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada, obligó a que este grupo de atletas optaran por alquilar tres apartamentos en los que han mantenido el confinamiento, pero en unas condiciones más favorables para poder realizar un «mínimo mantenimiento físico», reconoce Aláiz. Al encontrarse entre ellos Daniel Arce, con mínima olímpica en los 3.000 metros obstáculos, permitió que dispusieran de una cinta, donada por la Federación Española de Atletismo a través de la empresa colaboradora Go Fit, a lo que unen el pequeño gimnasio de que disponen y unos rodillos para poder realizar bicicleta.
«No son las condiciones más idóneas, pero mucho mejores de las que pueden tener otros deportistas para sobrellevar esta situación y por eso puede decirse que somos unos privilegiados que están viviendo una experiencia diferente, enriquecedora en todos los aspectos, pero atípica».
En los primeros días intentaron realizar sesiones más específicas y completas, pero al confirmarse el aplazamientos de los Juegos de Tokio a 2021 y la suspensión de todas las competiciones en los próximos meses -salvo de momento el Europeo-, han aprovechado esta etapa para «mantener la forma física, mejorar con las pesas y también en hematocritos y hemoglobina por estar en altura».
Aláiz, que ha soportado en los últimos tres años un auténtico calvario de lesiones que cortaron su prometedora carrera, impidiéndole estar en la cita olímpica de Río de Janeiro 2016 cree que el aplazamiento de Tokio «egoístamente» le puede beneficiar «a pesar de ser consciente de las dificultades para ganarse una plaza también en 2021. «En 2020 era consciente que tenía casi imposible acudir y también será muy complicado el año próximo, pero es cierto que ahora puedo contar con más tranquilidad para entrenar sin una obsesión a corto plazo y desde luego que lo voy a luchar hasta el final». El atleta leonés apunta que a pesar de la distancia «mantengo contacto diario con la familia y los amigos. También con mi entrenador Villacorta. Son momentos duros y de incertidumbre pero confío en que pase cuento antes y con el menor daño posible».