Un cumpleaños muy leonés
El acto en el Patio de los Guzmanes reunió a alcaldes de todos los colores políticos y tuvo como colofón la actuación del Orfeón Leonés en un gesto de reivindicación de la idiosincrasia de la provincia de León.
Carantoña, en su conferencia.
«Déjame subir al carro, carretero», «Al lado de mi cabaña», «Viva la Montaña.». «Si el aire se revuelve» y, cómo no, el Himno a León, con un viva final que emocionó a muchos de los presentes. Con un cerrado aplauso a la actuación del Orfeón Leonés, que también estaba de cumpleaños, -125 ya, que también son años-, se cerró ayer el acto en la Diputación. Un acto sobrio, institucional, con muchos alcaldes de traje y vestidos en tonos primaverales alcaldesas y diputadas, empezando por la presidenta de la Diputación. Un acto también sin cóctel final, como impone la crisis.
Francisco Carantoña puso la nota histórica en el Salón de Plenos, con una conferencia en la que destacó las virtudes pero también las luces y sombras de la Constitución de Cádiz en la que nacieron las diputaciones. Su propio cuestionamiento histórico, pero también su ánimo de justicia que debería llevar a ‘la Pepa’ a ser considerada en España como la declaración de Independencia en Estados Unidos o la Revolución Francesa de 1789.
Y como toda celebración histórica, no faltó una placa. Un descubrimiento que hizo Carrasco junto a compañeros de Corporación y representantes institucionales. La placa, que recuerda el primer acta de la Diputación de León, está situada junto a otra más grande sobre la compra y reforma de la sede del Palacio de los Guzmanes. Bueno, no todos estaban de traje. Ni Matías Llorente ni Luis Rodríguez Aller la llevaban; sí el alcalde de León, Emilio Gutiérrez; el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez Quiñones, y el delegado de la Junta, Guillermo García, que se situaron junto a la presidenta para la histórica foto.
Entre las ausencias, el alcalde de Ponferrada, aunque estaba representado por dos de los concejales del equipo de gobierno. Y los anteriores presidentes, sin que nadie supiera si estaban invitados o no. La lista de alcaldes presentes fue larga. De todos los colores. También el Procurador del Común, el presidente del Consejo Consultivo, el rector y el presidente del Consejo del Bierzo, y las primeras autoridades militares o las parlamentarias Arancha Migúelez y Silvia Franco. En los corrillos, cómo no, el follón del Criele. Hasta que llegó la hora del vino y todo el mundo se marchó.