Diario de León

Del caos a la satisfacción del cierre

El día en que el Diario se hizo desde las casas

A sus 114 años, el rotativo decano de la provincia, ha dado un salto que su plantilla se imaginaba, antes del Covid-19, como un escenario futurista; el trabajo en red y la ayuda mutua salvaron las dificultades

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Todo empezó el 11 de marzo. Fecha señalada en el calendario de la historia negra de España por el atentado yihadista. Hace solo 16 años. El digital era, a ojos de hoy, una herramienta primitiva. El coronavirus ha llevado a Diario de León a poner en práctica el teletrabajo total antes de lo que nadie imaginó.

«Nunca en mis años de ejercicio pensé que una situación así se pudiera producir», señala el director Joaquín S. Torné. Aquel día intuyó que las cosas se podían complicar y se creó un comité de alerta con el jefe de Informática, Francisco Martínez Alegre , al frente para configurar los ordenadores personales de la plantilla «para evitar que lo que finalmente se produjo, el estado de alarma, nos pillara sin preparación».

Rodrigo, hijo de Zamora, pintó la 'redacción'. DL

El objetivo era evitar el contagio de la plantilla y sacar adelante el periódico, comenta el gerente, Santiago Sarmiento. El personal se incorporó al teletrabajo de forma paulatina. La edición del miércoles, hecha el martes, se realizó con toda la plantilla distribuida por sus casas en la geografía provincial. El trabajo se hizo «complejo» y la «coordinación, difícil», señala Torné. El subdirector, Rafael Blanco, añade que la crisis del coronavirus ha supuesto, a mayores, «hacer un periódico excepcional» desde el punto de la estructura, con las secciones habituales vaciadas de contenido para volcarse en el A Fondo.

Campos, desde Cistierna, como cada día. DL

«En ningún momento pensé que no se pudiera», señala Carmen Tapia, coordinadora de Sociedad. Fue un día intenso y largo en horas de trabajo, desde las ocho de la mañana hasta las 11 de la noche. «Organizar el trabajo desde casa, solo conectada a las tecnologías con un ordenador y un móvil es un reto hasta ahora inédito», añade.

María Jesús Muñiz, jefa de la edición digital. DL

«La casa se ha convertido en una redacción, pero a la vez es un colegio, un campo de fútbol a ratos, un cine, un restaurante... Es un jaleo, pero tiene su parte divertida», apunta Álvaro Caballero. La vida familiar y laboral se ha fundido en una. «Muchas veces había deseado poder trabajar desde casa, pensando que así podría gestionar mejor los tiempos y acompañar más a mis hijos», comenta Pilar Infiesta.

Carmen Tapia, coordinadora de Sociedad. DL

La realidad resultó ser otra cosa que el deseo. El primer día de teletrabajo para María Carnero, de Provincia, «todo se complicó». Atender a los niños y sus tareas y el trabajo era un reto. La cosa mejoró poco a poco. «Salvando algunos problemas técnicos, coordinada con mis compañeros y organizando con tiempo la tarea de los niños, salimos adelante y conseguimos el objetivo».

Susana Vergara, redactora jefa, con su perro. DL

En el Diario de León y en particular en las secciones de Bierzo y Provincia, como área Exterior, hay experiencia de 114 años de teletrabajo. Como lo leen. Desde el correo postal al correo electrónico, con el telégrafo y el teléfono como grandes avances, y ahora a la conexión en línea no solo desde Ponferrada y sus corresponsalías, sino también desde Cistierna, La Bañeza y Astorga, Laciana, el Páramo y Coyanza, La Robla y Sahagún.

Marco Romero, jefe de Local. DL

Maite Rabanillo está al frente de esta sección volante a diario. José María Campos, Alejandro Rodríguez, Vanessa Araujo, Armando Medina, Barrio Planillo y Acacio Díaz son los faros del Diario en las comarcas leonesas. Casi todos trabajan como si estuvieran en la redacción. Hacen el proceso completo desde el diseño de una página a enviar a tratamiento las fotos y cierre. Luis de la Mata, fotógrafo del Bierzo, tampoco vivió un día extraordinario con el teletrabajo. «Tengo desde hace tiempo en mi portátil personal las direcciones FTP del Diario y una buena wifi que me ha permitido en los últimos meses trabajar desde donde he querido a una alta velocidad».

Jesús F. Salvadores, fotógrafo. DL

Para el jefe de Fotografía, Ramiro López, fue un reto coordinar al equipo. «Salir lo menos posible y reducir al mínimo la exposición al virus es prioridad», apunta.

Sergio Cancelo, redactor. DL

Otro desafío es mirar la realidad desde la ventana y en zapatillas y no a pie de calle, como manda la profesión, señala Pacho Rodríguez, de Cultura. «A mí me ha tocado salir para hacer la crónica de la calle desde el martes, con todas las precauciones posibles, y luego escribo al volver. Echo de menos la vida de la redacción, pero hay que adaptarse», apunta Álvaro Caballero.

 

Ramiro, jefe de fotografía. CARLA LÓPEZ

Tampoco Ana Gaitero se pudo resistir a pisar la calle para hacer el reportaje con los transeúntes que deambulan por la ciudad hasta que se habilite el pabellón municipal de San Esteban. A distancia prudencial de Marciano Pérez, el fotógrafo, ambos tuvieron que identificarse a la Policía Local.

La periodista Pilar Infiesta. DL

Con el teletrabajo, dice Pérez, «aumenta la productividad». Jesús F. Salvadores se midió casi por primera vez con el teletrabajo. Y siguió en la calle. Si no fuera por el motivo, diría con su campechanía habitual: «Se está como Dios sin gente y sin tráfico». Le impactó la cantidad de personas sin hogar que de pronto se hicieron visibles. «Antes se confundían la gente», subraya.

El fotógrafo Marciano Pérez desde el Polígono X . DL

«Cada uno desde su trinchera tenemos que luchar en esta guerra», sentencia Caballero. Son muchas las ventanas que hay que mirar en la red con el teletrabajo. Algunas silenciosas como la documentalista, Elena García.

Verónica Viñas, jefa de Cultura. DL

El wasap resultó decisivo a ojos de Marco Romero, coordinador de Local, «para hacerlo más fácil, aunque en el fondo sea más difícil». Muchos como él añoraron la redacción, «su bullicio y ese vínculo emocional que da la labor en compañía, que engloban tanta gloria como miseria».

Ángel Fraguas, jefe de Deportes. DL

También hubo que sortear dificultades técnicas. Miguel Ángel Argüello empezó ilusionado y terminó estresado. El tratamiento fotográfico es pesado, al igual que la maquetación. En Publicidad se adaptaron para hacer el ‘mono’ desde casa con el plan de anuncios, insertarlos en páginas. Distribución también. Cada tarde hay que hacer la orden de entrega a kioskos y suscriptores.

Georgino Fernández, de local. DL

«El teclado me dio guerra.  No había tildes, ni eñes, ni comillas, ni puntos y comas. Pero  la solución era algo  tan sencillo como adaptar el sistema del inglés al castellano. Y después fue todo rodado», admite Carlos Fidalgo desde el Bierzo, quien agradece la grata compañía de su gata Ofelia. «Me pareció muy importante la capacidad del periodista para adaptarse a la realidad», señala el delegado, Manuel C. Cachafeiro.

Manuel Félix, del Bierzo. DL

Manuel Félix pasó «del sublime caos al agradable regusto» de lograr transmitir las piezas desde el confinamiento obligado. «Al principio me hizo subir la temperatura Hasta pensé en el bicho del coronavirus», resopla. María Carro,se implicó desde el descanso.

Jesús Cabezón, Publicidad en casa . DL

Codo con codo, la sección de Deportes, como la de Cultura, se amoldaron a las necesidades de paginación y al teletrabajo. «Fue un desafió titánico», valora Verónica Viñas. La jornada, sin horarios, llegó al cierre. La hora de ‘bajar la trapa’.

Carlos Fra, de cierre . DL

Carlos Fra, el redactor jefe responsable de esta tarea, está habituado «a una cierta soledad nocturna, ultimando cada detalle de la siguiente edición impresa. Ahora, en casa, se intuye el deambular de la familia. El balance real lo hará la báscula», comenta entre pesaroso y contento de tener tan a mano la nevera. La redacción está dispersa, pero muy cerca. También de Asun G. Puente y Alberto Domingo.

Maite Rabanillo, jefa de provincia.  DL

Álvaro Caballero, en la redacción casera. DL

María Carro, en Ponferrada. DL

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