Una donación permite limpiar con ozono vehículos municipales

Ahora que se consumen ingentes cantidades de lejías e hidrogeles, resulta que la solución para desinfectar el aire y las superficies se encontraba en el ozono. Un potente antiséptico que arrasa virus y destruye con gran rapidez estreptococos, estafilococos, colibacilos y otras bacterias. Y como también se vive una ola de solidaridad, una empresa leonesa que fabrica y vende dispositivos de limpieza con ozono ha donado tres máquinas al Ayuntamiento de León para que pueda desinfectar de forma eficaz los vehículos de la Policía Local y los Bomberos, además de las dependencias municipales.

Se trata de unos aparatos de cinco kilos de peso que son capaces de generar el ozono por ellos mismos como ocurre en las tormentas, solo que en la máquina la producción del ozono se provoca con descargas eléctricas controladas. «Su gran ventaja es que es un producto natural, no químico, con una potencia 100 veces superior a la desinfección con lejía y que se produce con aire y un botón que acciona la corriente», explica el donante, el profesor de la Universidad José Luis Barros y gestor de Incasle. Gracias a los nuevos aparatos, el Ayuntamiento de León, desde la sección de Salubridad Pública de la concejalía que dirige Susana Travesí, que está al frente del grupo de trabajo de contención y prevención de contagios de coronavirus constituido el pasado 12 de marzo, está efectuando las labores de limpieza de los vehículos. Como curiosidad, los americanos usaban ya el ozono durante la guerra para rociar la fruta y mantenerla sana. Sus propiedades se empezaron a usar a principios del siglo XX y hoy se han generalizado para erradicar a virus y bacterias. «Se utilizan desde en talleres mecánicos a limpieza de equipos de protección Epis de médicos y enfermeros», señala.