Diario de León

Deportistas confinados

Un futbolista con el futuro en las aulas

Diego García del Castillo asegura que «no podrán subsistir los equipos de Tercera y alguno de Segunda B sin público en las gradas, que dependen de las taquillas y de pequeños patrocinadores»

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Diego García del Castillo (León, 1993) está siendo doblemente perjudicado por la pandemia que asola el mundo, porque a su vertiente de futbolista se une la de profesor de secundaria.

El leonés inició una ilusionante temporada en el Mérida, equipo de la Segunda División B, «mi llegada a un club como el Mérida fue muy ilusionaste. Me encontré con un histórico del fútbol español, que volvía a la categoría de bronce de donde nunca debió bajar, y teníamos el objetivo de mantenerla como mínimo, además de hacer buen papel en Copa del Rey. Mi año personal se puede decir que fue bueno, jugué muchos minutos y muchos de titular para ser mi primer año en la categoría, jugando unos 900 minutos en una vuelta. Sin embargo, los resultados no llegaban y en el mercado invernal la directiva y cuerpo técnico decidieron que había que dar un cambio radical al plantel, y yo junto con otros muchos compañeros finalizamos el contrato mediante una rescisión del mismo. Tocaba volver a buscar nuevos retos, pero mi situación cambió por completo. A pesar de contar con buenas ofertas de varios clubes, me decanté por mi otra pasión, la docencia de Educación Física en secundaria. Mi posición en las listas de interino era del número 1, y la siguiente sustitución era para mi. Tengo claro que mi futuro está en las aulas, ya que la vida de futbolista se esfuma en un abrir y cerrar de ojos, pero me gustaría cuanto antes retomar el fútbol y aprovechar los últimos coletazos antes de dejarlo definitivamente».

Adiós a la temporada

«Creo que no es posible la reanudación. El fútbol no es solo nuestro, también es de los aficionados»

Para Diego es difícil afrontar una situación tan inesperada como la actual, «es una situación que nadie esperaba, y nos sentimos como que nos falta algo. Imagino que como los demás trabajadores de cualquier empresa. Hay que mirar por la salud, y en nuestro caso no es seguro llevar a cabo la competición de manera normal. Tenemos que ser paciente y esperar a que se pueda volver».

Pese a ello, el leonés sigue entrenando en solitario, «estoy llevando a cabo un estricto programa de entrenamiento para no perder la forma física. Sobre todo trato de mantener en nivel cardiovascular y aeróbico para no notarlo en la vuelta a ala competición. Además de esto, para llegar en las mejores condiciones posibles compagino trabajos de fuerza y una alimentación sana y equilibrada. No es lo mismo que hacer preparación con un sentido táctico, con un balón de por medio, y con compañero y contrarios, pero ahora mismo es lo que nos toca, y hay que hacerlo con la motivación de volver cuanto antes».

Palabra de Diego

«La mentalidad de la sociedad está cambiando, y confío en que sea para construir una mejor»

Diego cree que la temporada está finalizada, «sinceramente creo que no, no es posible. Es fútbol no es solo nuestro, es de los aficionados, patrocinadores... y es un negocio. La vuelta a la competición de la élite se podría mantener si, pero los equipos de Tercera y alguno de Segunda B que dependen de taquillas y de pequeños patrocinadores no podrán subsistir, como cualquier empresa pequeña que haya tenido este problema. Además de este tema, está el más importante, la salud de todos. Están precipitándose en buscar medidas para acabar la temporada como sea, como si fuera lo más importante del mundo. Soy partidario de esperar el tiempo que haga falta. Y cuando se pueda, ya verán cómo afrontarlo. Ahora mismo todo son supuestos, no sabemos ni cuando podremos hacer vida normal y están pensando en acabar las ligas...».

El Mérida fue uno de los primeros en aplicar un Erte en la plantilla, «en el Mérida ya se ha hecho el Erte, fue de los primeros clubes».

El leonés asegura que habrá un antes y un después del coronavirus, «absolutamente sí, la mentalidad de la sociedad está cambiando por completo, y confío en que sea para construir una sociedad mejor, más previsora, que valore las cosas, más humana (aspecto en peligro de extinción) y sobre todo más empática. Esto se traducirá a mejores relaciones personales y laborales, que nos harán salir de la inestabilidad económica, y en nuestro caso deportiva que se está creando».

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