Diario de León

El color del futuro

Los galeristas leoneses se reinventan con arte

Quieren seguir los pasos de las librerías y abrir a los clientes con cita previa, mientras preparan algunas soluciones para capear la crisis

Marga Carnero, de la galería Ármaga. FERNANDO OTERO

Marga Carnero, de la galería Ármaga. FERNANDO OTERO

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Las galerías de arte leonesas quieren ser como las librerías, que abren hoy sus puertas. El plan del Gobierno fija para la primera fase la apertura de museos (con un tercio del aforo); y para la segunda, las salas de exposiciones (con un tercio de aforo). Sin embargo, las galerías piden que, por sus características, se las considere como pequeño comercio y puedan abrir, como las librerías, en fase cero.

Tanto el espacio, como el flujo de público que tienen es pequeño salvo en las inauguraciones, pero dan por sentado que cambiarán de formato por la crisis sanitaria. A algunos el estado de alarma les pilló con la exposición recién inaugurada y han tenido que reajustar la agenda.

Marga Carnero, responsable de Ármaga, dice que abrirá «en cuanto pueda». Durante la cuarentena ha podido vender algunas obras online, como una que envió a China. Ha tenido que suspender la exposición del escultor leonés Amancio González, conocido por su famosa Negrilla de Santo Domingo. Sabe que ahora una exposición es inviable. Carnero se plantea tirar de ‘fondo de armario’, obras de sus artistas que tiene en depósito, para cubrir lo que queda de temporada. Considera que su negocio es similar a las librerías y que pueden seguir las mismas pautas: cita previa y horario reducido. «Al fin y al cabo somos un comercio».

Marili Santos, de la veterana galería Bernesga, piensa abrir el día 11. «Con cita previa y con todas las normas de seguridad», puntualiza. No ha podido cerrar ninguna venta online porque no ha pisado la galería. También ha cancelado una exposición que tenía que haber inaugurado el 28 de marzo. Su idea es hacer una colectiva «para ofrecer un aire fresco». Santos admite que a los galeristas les va a costar mucho ponerse al día, tras casi dos meses en blanco.

Pablo Martínez, de Espacio-E. RAMIRO

A Charo Rodríguez, de la galería Sharon Art —que comparte local con una cervecería—, la cuarentena le coincidió con la inauguración de la exposición Nos queda bailar, del artista Josep Gil.

«Los clientes tendrán que entrar en la galería de uno en uno. No hay más opciones», asegura. Tiene muchas dudas sobre el futuro. «Lo peor es el miedo», dice. Entiende que la sanidad es prioritaria, pero «alimentarnos por dentro solo lo puede hacer la cultura. Si estas semanas no hubiéramos tenido cine o música, nos habríamos vuelto locos». En su opinión, recomponer el día a día va a ser «muy complicado».

Marili Santos, de la Galería Bernesga . ARCHIVO

Pablo Martínez, de Espacio-E, abrirá el día 11 con las restricciones que ha impuesto el Gobierno. «No voy a hacer ninguna exposición. Tengo lo que quedó de la anterior». Sostiene que «si en tiempos normales ya había poco movimiento, ahora será peor».

Tiene más incertidumbres que certezas. «Somos un artículo de sexta necesidad o menos. Seremos los últimos, y es lógico, porque hay cosas más prioritarias que lo que nosotros aportamos». Pese a todo, Pablo Martínez no está dispuesto a abandonar. «En la anterior crisis nos quedamos casi a cero. Hay que estar preparado para cosas nuevas. Es mejor ser positivo y práctico», asegura.

Los galeristas leoneses tienen más interrogaciones que certezas. Pero están seguros de que vienen malos tiempos. La crisis financiera de 2008 se llevó algunas galerías leonesas por delante.

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