Diario de León

ANDRÉS GARCÍA PALOMO

Gracía PaloMo: «El paciente no muere por los sedantes, sino por su enfermedad»

El especialista en Oncología Médica teme que los médicos se retraigan de practicar sedaciones ante el miedo del caso Leganés

León

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Andrés García Palomo es médico especialista en Oncología en León. La sedación terminal -explica- utiliza diferentes fármacos que poco a poco enturbian la conciencia del paciente en situación de agonía. Fármacos que calman, sedan y alivian un abanico de síntomas que producen sufrimiento en el final de la vida. -¿Es habitual hacer sedación terminal en urgencias? -No, lo que se hacía en Leganés no es lo habitual, el problema es que en Madrid no hay prácticamente unidades de cuidados paliativos. En León tenemos unidad de cuidados paliativos y es muy infrecuente que se haga una sedación terminal en urgencias, pero se ha hecho en algún caso. Por supuesto, se hace con el consentimiento de la familia y con el acuerdo del equipo médico. -¿Cuando habla de síntomas se refiere fundamentalmente al dolor? -Puede haber muchos síntomas, el más frecuente es el dolor, sobre todo en cáncer. Pero hay otros muchos síntomas, el sufrimiento psicológico, sobre todo, una obstrucción intestinal que impida una correcta alimentación, puede haber vómitos, náuseas, hemorragias... -¿Cuál es la línea divisoria entre sedación terminal y eutanasia? -No tiene nada que ver. Ahora mismo hay una confusión, se está confundiendo el término de una manera muy alegre. La eutanasia requiere la solicitud del cese de la vida por parte del paciente, reiterada y conscientemente, para una enfermedad que no tiene tratamiento y la intervención activa de un médico utilizando fármacos que inducen la muerte. -¿Se puede decir entonces que el paciente se muere por la sedación? -No, ese es uno de los errores graves. Es muy importante destacar que el paciente no se muere por la sedación, se muere por su enfermedad. Evidentemente, al aplicar una sedación terminal lo que estás haciendo es producir una serie de efectos secundarios que en el contexto de un paciente muy deteriorado son severos y pueden acortar la vida. Pero el objetivo de la sedación terminal no es acortar la vida, no se busca matar a los pacientes, ni quitar de en medio a pacientes terminales... Nada de esto. La sedación terminal, lo que busca fundamentalmente es evitar el sufrimiento del paciente y darle dignidad en el momento de la muerte. -¿Se adelanta la muerte? -No se han hecho estudios que comparen cuánto vive una persona sedada y cuánto una que no ha sido sedada. Es posible que incluso viva más la persona que está sedada. -¿Existe acuerdo entre los médicos sobre el momento que es propicio para realizar la sedación? -Nuestra profesión tiene un componente muy importante de ética y en ese sentido puede haber ciertas discrepancias en el equipo médico a la hora de tomar actitud de sedación o no. Pero cuando el sufrimiento es claro las discrepancias desaparecen y se lleva a cabo la actitud de sedación terminal. -¿Hay que pedir consentimiento informado para una sedación terminal? -Para que una sedación terminal no sea un homicidio -homicidio por compasión- tiene que haber un consentimiento por parte del paciente o de la familia, ya sea expreso o implícito. No tiene por qué ser un documento escrito, pero sí debe quedar reflejado en la historia clínica y realizarse ante un testigo de la familia y siempre con el acuerdo del equipo médico, no de un solo médico. -¿El caso Leganés ha deteriorado la confianza de los pacientes? ­ -Estas situaciones generan inseguridad en los pacientes. Mucha gente puede pensar que los médicos que tenemos que tratar a pacientes en situación agónica nos vamos a dedicar a dar grandes dosis de morfina para que se mueran. A mí me da más miedo que haya médicos que estén utilizando habitualmente la sedación terminal se retraigan ahora y haya pacientes que sufran excesivamente.

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