Diario de León

LEONESAS DE AYER Y HOY. TERESA MONGE MELCÓN

La rosa roja leonesa

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ana gaitero | león

Teresa Monge Melcón, la rosa roja leonesa, es la protagonista de uno de los paseos más tristemente famosos de la Guerra Civil. Otras 32 personas cayeron con la joven militante socialista, de 22 años, en el campo de Fresno aquellos días oscuros que sucedieron al golpe contra el gobierno de la República.

El caso de Teresita impactó tanto que la primera noticia sobre su ‘martirio’, más allá de la partida de defunción, es recogida en un librito publicado en 1938 en Barcelona por un desconocido que firma como Prometeo. El relato que la historiadora Beatriz García Prieto ha encontrado en el capítulo titulado El fascismo en la provincia de León es estremecedor: «Teresa Monge fue ultrajada y asesinada el 4 de septiembre, después de horribles sufrimientos. Luego que avisaron de ella cuantos criminales iban en el grupo, clavaron cuñitas de madera entre las uñas de pies y manos, y la pincharon con los machetes, cortándole un pecho en vida y rociándola con gasolina las partes genitales a las que prendieron fuego, retorciéndose la infeliz en una terrible agonía entre el doble sufrimiento físico y moral. La remataron después en las inmediaciones de La Virgen del Camino, arrojándola a la hoguera en unión de cuarenta y cuatro más, entre ellos su hermano».

En la lista de las 32 personas que fueron fusiladas en las inmediaciones de La Virgen del Camino, donde Aerle colocó un monumento con sus nombres, no figura el referido hermano de Teresa, pero sí otras dos mujeres, ambas de la capital. Se trata de Visitación Herrero y Josefa Tascón.

Teresa Monge Melcón, que había nacido en Monforte de Lemos, Lugo, en 1914, fue una destacada alumna de las escuelas de Sierra Pambley. En los archivos de la fundación aparece como integrante de la séptima promoción de la escuela de niñas de León, entre 1924 y 1927 por lo que se cree que fue maestra suya María Pedrosa, una de las muchas docentes represaliadas en León.

En los años treinta destaca Teresa como militante socialista. Se cree que formó parte de las Juventudes Socialistas Unificadas. En el libro El inmenso placer de matar a un gendarme. Memorias de guerra y exilio, se hace referencia al compromiso político y humanitario de la joven leonesa. Su autor, Santiago Blanco, publicó el testimonio en Cuadernos para el Diálogo en 1977 y hace referencia a su estancia en León durante el tiempo que hizo en la mili en el cuartel de Santocildes de Astorga y en el Cid de León.

El padre de Teresa, Felipe Monge Zapico, era el enlace de Santiago Blanco quien habla con mucha cercanía y cariño de la hija de quien era su enlace cuando trabajó de espía para los socialistas infiltrado en las filas de Falange. En su biografía relata las visitas que recibió de la joven leonesa cuando estuvo preso: «De León venían a verme compañeros y compañeras. Teresa Monge (sic) (la hija del mueblista miembro del comité de enlace en mis tiempos de falangista) era visita segura».

Describe a la joven socialista como una mujer hermosa al mencionar el martirio al que fue sometida: «¡Bella y dulce Teresa Monge! (¡Mujer, mujer!, ¿cómo es posible que te hayan asesinado? Un día en la guerra me contaron que sobre ella habían caído la hidra y la hiena de las torturas inconcebibles. Dios!)».

Victoriano Crémer en el Libro de San Marcos también recuerda este capítulo oscuro de la Guerra Civil en León y la figura de la joven ‘rosa’ leonesa, como es recordada en los círculos socialistas al comparar su caso con el de las 13 rosas de la cárcel de Ventas de Madrid. A Teresa Monge, apostilla, «la condujeron en uno de aquellos fatídicos camiones, especialmente destinados para cargamentos humanos, agarrotados por el cuello con otros compañeros y hasta con los pechos segados, y, que una vez llegado al lugar del sacrificio, el Gólgota que se diría, les prendieron fuego a todos, disparando sobre aquellas antorchas humanas despavoridas, aullantes, como los moros de conquista y de nueva reconquista cuando corren la pólvora».

En aquellos años en los que dicen que la Guerra Civil pasó de largo por León, las carreteras y cuentas fueron testigos de atrocidades sobre las que aún hay que hacer mucha luz. Ni los registros civiles descansaban como prueba el hecho de que el parte oficial de defunción fuera emitidio por el Ayuntamiento de Valverde de la Virgen a las 22 horas del 12 de octubre.

Señala el papel oficial que Teresa Monge murió a consecuencia de heridas por arma de fuego y su cadáver fue hallado en la margen izquierda de la carretera de Astorga a León, a la altura del kilómetro 8, en el lugar conocido como el Canal. Su cuerpo fue identificado «por varias personas de León» por «sus ropas y un papel que había junto a su cadáver». Fue enterrada en Fresno del Camino. ¿Qué diría ese papel?

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