Diario de León

jaime espolita | farmaceútico de cabrillanes

«En cuatro años he recibido sólo cinco visitas nocturnas»

Jaime Espolita, en su farmacia en Cabrillanes.

Jaime Espolita, en su farmacia en Cabrillanes.

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El farmacéutico de Cabrillanes, Jaime Espolita, alterna las guardias noctunas con las oficinas de farmacia de San Emiliano, en la zona de Babia. Durante quince días al mes tiene servicio las veinticuatro horas del día. La jornada noctuna de guardia comienza a las 21.30 horas. «Aunque la puerta está cerrada en horario nocturno, en la farmacia está mi número de teléfono. Yo vivo arriba, y tengo que estar localizado toda la noche. Al ser una zona de montaña en mucho sitios no hay cobertura con el móvil por lo que quince días al mes, todos los meses del año, no puede moverse de su domicilio por la noche». La zona de salud de su influencia atiende a una población de 2.000 personas, «en invierno, a partir de las 21.30 horas no viene nadie. En los últimos cuatro años, sólo han llamado a la puerta cinco personas, y en los meses de verano», explica Espolita. «Las guardias nocturnas han sido un problema para el farmacéutico desde siempre. Es un servicio gratuito que en las zonas rurales, despobladas, sólo supone un coste personal para el farmacéutic, además de, entre otros, gastos de luz. A Sanidad le sale gratis».

Servicio público. Pese a las dificultades, Espolita explica que «es un asunto complicado porque estamos hablando de uno de los pocos servicios, por no decir el único, que se mantiene en la zona rural. Por una parte está el derecho del paciente de la zona rural a tener disponible una farmacia de guardia, al igual que lo tiene el paciente de la zona urbana, pero, por otro, el coste económico y personal que nos supone a los farmacéuticos de estas zonas es terrible».

Espolita argumenta que las farmacias pequeñas, «que tienen una rentabilidad más escasa», cargan con la mayor parte del peso de este servicio. «Lo más lógico sería que las distintas instituciones remuneraran este servicio, como a otros profesinales sanitarios, al menos, a aquellas farmacias que tengan que permanecer de guardia más del 25% del tiempo. De esta forma la zona rural seguiría manteniendo esta prestación y los farmacéuticos nos veríamos aliviados al poder buscar algún tipo de ayuda que nos permita no estar atados al trabajo prácticamente todo el año».

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