| Crónica | En la capital |
Lección bien aprendida
La activación de todos los planes de emergencia en la ciudad y en el entorno de Madrid minimizó el impacto de la nevada de ayer, que fue menor a la del viernes. Hoy no habrá nieve, pero seguirá el frío
Imagen de la Cibeles, con la Puerta de Alcalá al fondo, mientras nevaba por la mañana
agencias | madrid
En la Comunidad de Madrid nevó sobre nevado, aunque de manera más ligera y esporádica lo que, junto con las medidas puestas en marcha, evitó graves problemas. La circulación «no ha sido mala» en las carreteras de la región, según la Dirección General de Tráfico, que ha restringido el tráfico a camiones durante varias horas en la A-1, A,2, M-40, M-45 Y M-50 entre la A-5 y la A-6.
El Gobierno regional activó el nivel 1 del Plan de Protección de Inclemencias Invernales y casi una treintena de máquinas quitanieves estuvieron echando sal durante toda la noche para evitar que se repitieran los problemas del pasado viernes ante la falta de previsión y que dio lugar a grandes atascos en las salidas de la capital. Estas medidas, junto con nevadas más leves que cedieron parte del protagonismo al agua nieve, permitieron una circulación fluída en las carreteras de la comunidad madrileña.
Pero no todas las carreteras se libraron de los problemas y algunas vías madrileñas se vieron condicionadas por la nieve. En concreto, la vía más afectada fue la M-601 a su paso por Cercedilla, con una circulación difícil en un tramo de 2 kilómetros.
Mientras, el temporal de nieve remite aunque el frío seguirá imperando este miércoles en buena parte de la península y mantiene el nivel amarillo de alerta por bajas temperaturas en 26 provincias españolas.
Este martes la provincia de Guadalajara registró el récord de frío, con 12 grados negativos en Molina de Aragón. Los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se cumplieron casi al pie de la letra también en la capital. Nevó de nuevo sobre Madrid, pero esta vez sin causar problemas en las comunicaciones y la circulación porque cayó menos y los ciudadanos, escamados después del caos del viernes, se retrajeron en el uso del coche particular.