Diario de León

OSO BUSCA A OSA | UNA AVENTURA A MÁS DE 100 KILÓMETROS

Los osos se pasean más por León

El 82% de indicios del paso de plantígrados por el corredor interpoblacional se hallaron en zona leonesa.

Una osa se pasea con su cría por una zona rocosa de la Cordillera Cantábrica en una imagen tomada por las patrullas de la Fundación Oso Pardo.

Una osa se pasea con su cría por una zona rocosa de la Cordillera Cantábrica en una imagen tomada por las patrullas de la Fundación Oso Pardo.

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Cada vez más osos jóvenes afrontan la aventura de surcar más de 100 kilómetros, los que separan a la población occidental de la oriental, en busca de pareja. Y lo hacen, sobre todo, por la parte leonesa del corredor interpoblacional. Contra viento y barreras. La hazaña, que muy pocos han logrado, puede suponer un peregrinaje por más de 10.000 kilómetros a lo largo de varios años.

Entres 2009 y 2011, el plantígrado se ha paseado con más asiduidad por la vertiente sur del corredor interpoblacional, en los municipios leoneses de Sena de Luna, Barrios de Luna, Cármenes, Valdelugueros y Vegacervera, que por la norte, en Asturias.

El 82% de los indicios de la presencia del oso pardo en esta franja de 50 kilómetros de anchura que separa las subpoblaciones oriental —con tan sólo 30 ejemplares— de la occidental —entre 160 y 180— se han encontrado en León, según datos del equipo de campo de la Fundación Oso Pardo (FOP).

Excrementos, huellas en barro, rastros en la nieve y algunas observaciones directas aparecen recogidas en las 46 fichas sobre indicios de presencia del oso a lo largo del trienio en el corredor interpoblacional. Un total de 38 fueron encontradas en municipios leoneses y las ocho restantes en los concejos asturianos de Aller y Lena.

Los osos desaparecieron a mediados del siglo XX de esta franja de casi 1.500 kilómetros cuadrados de superficie. La población de oso cantábrico queda aislada en dos núcleos, el oriental y el occidental, y seriamente amenazada. En 1973 se declara la especie en peligro de extinción.

La información recogida por el programa Life+ Corredores Oso, indica el aumento de la presencia del oso en el corredor así como una forma de vida idéntica a la que lleva a cabo en sus principales áreas de distribución: se alimentan de manzanas, cerezas, hormigas y frutos de pinos y arbustos.

Otro dato significativo, es el aumento de los ataques a las colmenas. El goloso animal ha incremento el número de daños en la vertiente leonesa del corredor al pasar de cuatro casos en el 2006 a once en el 2011. Entre los años 1989 y 2003 no se registró ninguna denuncia de explotaciones apícolas en el corredor, según el censo de la Junta de Castilla y León. Fernando Ballesteros, biólogo de la Fundación Oso Pardo, matiza que la ausencia de ataques a colmenas no significa necesariamente la no presencia de osos, sobre todo en años en que la naturaleza es generosa con la comida apta para los plantígrados.

Precisamente por la incursión en un colmenar se sabe que el oso se ha desviado más allá del corredor interpoblacional y ha llegado muy cerca de la capital, al pueblo de Riosequino, en el municipio de Garrafe de Torío. Por el norte se acercó a pocos kilómetros de Oviedo atravesando la zona de Trubia, apunta el coordinador de proyectos de la FOP, José Luis García Lorenzo.

Pese a todo, las barreras que impiden la conectividad efectiva y reproductiva de las dos subpoblaciones oseras son aún muy grandes. La autopista (AP-66), que al menos un oso ha sorteado cruzando a nado el embalse de Luna, es la más importante. Fue en mayo de 2010.

La FOP ve «muy difícil» proponer nuevas infraestructuras de paso y aboga por «impermeabilizar adecuadamente las infraestructuras para evitar atropellos y accidentes y, en segundo lugar, mejorar los pasos dirigiendo a la fauna con vegetación para hacerlos más permeables.

Más población, más trasiego. El aumento de la presencia del oso en el corredor interpoblacional no es casual. En los últimos veinte años ha habido una recuperación espectacular de la población osera en el núcleo occidental. En 2010 se contabilizaron 25 osas con 51 crías, lo que supone un crecimiento espectacular, del 39%, respecto al año anterior.

Somiedo (Asturias) y Alto Sil-Narcea (León y Asturias) son los dos núcleos reproductivos más importantes de esta subpoblación. Desde 2001 se ha incorporado Los Ancares (León y Lugo) como zona reproductiva después de años de inactividad.

La subpoblación oriental está aún seriamente amenazada. En el 2010 se detectaron tres osas paridas moviéndose entre la montaña palentina y la cántabra. En la montaña oriental leonesa la última reproducción data de 1993. La debilidad de este núcleo es tan grande que la Estrategia del Oso Pardo (2011) contempla introducir osos en cautividad para regenerar la población. Las osas de las dos subpoblaciones están separadas por más 100 kilómetros de distancia y son los machos jóvenes los que más se mueven por el corrededor en busca de osas con las que aparearse.

Los estudios genéticos han detectado cuatro machos migrantes de la población occidental a la oriental y uno de la población oriental a la occidental entre 1992 y 2007 y confirmaron en 2008 el primer cruzamiento entre un oso occidental y una osa oriental con al menos dos crías macho híbridas. En el 2009 fue localizada una de estas crías en el corredor interpoblacional.

Desde entonces no ha habido noticias de las crías híbridas ni de nuevos cruzamientos, lo cual no quiere decir que no los haya habido. La Junta recoge muestras con trampas pelo para hacer el seguimiento genético pero están sin analizar.

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