Diario de León

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Más de 13.500 personas exigen igualdad entre hombres y mujeres con una protesta pacífica

Las convocantes piden que los cuidados de familiares computen en el PIB porque contribuyen al desarrollo social

León

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Mujeres y hombres. Juntos. Elevando la voz por una misma causa: la igualdad. El corazón de León se tiñó ayer de color violeta para recordar la sangre real que corría por las venas de cada antigua luchadora por el derecho al voto, hoy símbolo de libertad, dignidad y equidad entre sexos.

Una tonalidad con mensaje propio para ser leído en cada camiseta, gorro, pantalón, fular o flor que portaron las más de 13.500 personas que acudieron a la manifestación del 8-M. Tambores, sirenas y decenas de pancartas acompañaron a una comitiva pacífica integrada por muchas y muchos adolescentes, por familias enteras con niños en patinete, además de por representantes políticos, sindicales y del movimiento feminista.

 Educación, la clave

"Queremos que sea laica, pública y coeducativa para conseguir una sociedad más igualitaria"

La marcha se inició con el cartel de la Comisión del 8-M «Si nosotras paramos, se para el mundo. Vivas, libres y unidas», al que siguieron otras con lemas como «Por más conciliación, más igualdad y más oportunidades», «la discriminación se vence con la educación, por una vida digna y sin miedo» y «no a la brecha de pensiones entre hombres y mujeres».

La abogada de Adavas, Herminia Suárez, fue la encargada de leer el manifiesto, en el que destacó que «el mundo ha logrado avances, pero ningún país ha alcanzado la igualdad real entre mujeres y hombres». Por eso animó a trabajar los ejes de consumo, lo laboral, los cuidados de niños, enfermos y mayores que siguen en manos femeninas, y las violencias. Insistió en que «los cuidados tienen que dejar de ser invisibles y no ser un cómputo del PIB oculto, porque contribuyen al desarrollo social y simplemente porque sin cuidados se para el mundo». Reclamó pagarlos y profesionalizarlos.

Terrorismo machista

Exigen un tratamiento de Estado prioritario contra los asesinatos de mujeres y un rechazo unánime

También apuntó que la violencia sexual es un tema de «gravedad acuciante», pero poco se va a resolver «si no se trabaja el respeto, la igualdad y se rechaza la erotización de la violencia en los hombres y la sumisión en las mujeres que transmite la pornografía». Pidió al Gobierno actuaciones contra los hipermercados del sexo (en el país hay 96.000 burdeles) y contra los vientres de alquiler, y exigió «una educación pública, laica y coeducativa, necesaria para conseguir una sociedad más igualitaria, con administraciones que garanticen los servicios públicos». Porque la finalidad del feminismo es que dejar de existir.

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