La mayoría de los hoteles no abrirá hasta que el aforo suba y haya turistas

Hoteles al 30 por ciento de su capacidad en el mejor de los casos, con los espacios comunes blindados y la movilidad restringida entre provincias hasta finales del próximo mes. Ese es el escenario que le espera a los alojamientos turísticos que decidan reabrir el próximo lunes, cuando se activa la fase 1 de la desescalada. Si no cambia el planteamiento, la mayoría continuarán cerrados.

Al menos hasta que se relajen las medidas y el Gobierno permita el tránsito entre distintos territorios. También necesitan que el mercado les abastezca de test para realizar las pruebas a todos los trabajadores y un protocolo de seguridad que clarifique la línea a seguir en todas las comunidades autónomas.

«Si no tenemos libre circulación, con las medidas de seguridad que sean necesarias, no sirve de nada la desescalada. Simplemente no podremos abrir». Así se lo ha trasladado al Gobierno el presidente de la Confederación Española de Hoteles, Jorge Marichal, que ve «prácticamente imposible» la reactivación «sin destrucción del tejido empresarial».

En este sentido, Antonio Vázquez, responsable del grupo Vamuca, que gestiona los hoteles Conde Luna y Alfonso V, además de los restaurantes Casa Mando, LAV, Nimú Azotea y Marcela, tiene claro que hasta mediados de junio, «si todo va según lo previsto», no reabrirá. «Ahora mismo lo más importante es garantizar la salud de los empleados, clientes y proveedores», apunta. Y eso pasa por «hacer test masivos para ver quién ha pasado la enfermedad», añade Vázquez, que si no puede realizar las pruebas mantendrá los negocios «cerrados».

Además, el recorte drástico de los aforos y la ausencia de turistas nacionales, porque los foráneos tardarán más tiempo en llegar, complica aún más la activación de un sector estratégico. «Todo lo que esté por debajo del 50 por ciento de la capacidad no compensa», reconoce, al mismo tiempo que pide a las administraciones públicas que contemplen en sus planes las singularidades de este tipo de establecimientos, que «nada tienen que ver con el comercio o la hostelería».