Diario de León

Sanidad

Los médicos de familia ven a la Atención Primaria la "olvidada" en esta crisis

”Tenemos un volumen muy grande de pacientes y hemos estado muy expuestos, especialmente en el caso de la atención domiciliaria, y con menos protección que en los hospitales”, aseguran

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Concha Tejerina (Efe)

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La Atención Primaria ha sido una  de  las “grandes olvidadas” en esta crisis sanitaria, donde sigue habiendo un “gran hospitalocentrismo” y las medidas  de  protección frente al coronavirus para los profesionales sanitarios “se han quedado fundamentalmente” en las UCI y los servicios  de  Urgencias.

Así lo asegura en una entrevista con la Agencia EFE la presidenta  de  la Sociedad Valenciana  de  Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFiC), María Ángeles Medina, para quien “no es casualidad” que la mayoría  de  sanitarios que han fallecido en España a consecuencia  de  la COVID-19 sea del primer escalón  de  la sanidad.

”Tenemos un volumen muy grande  de  pacientes y hemos estado muy expuestos, especialmente en el caso  de  la atención domiciliaria, y con menos protección que en los hospitales”, señala para alertar  de  que si durante la desescalada y tras la pandemia no se toman medidas como la salud digital o la telemedicina, se producirá un ”colapso" y los pacientes "enfermarán en las salas  de  espera”.

La "discreta y callada labor  de  toda la vida  de  la Atención Primaria también ha tenido una discreta asignación  de  recursos”, afirma Medina, que añade que las medidas  de  protección sanitarias “se han quedado fundamentalmente donde estaban las cámaras  de  televisión: en las UCI o en los servicios  de  Urgencias”.

Medina, que preside la SoVaMFiC desde noviembre, advierte  de  que durante la pandemia, en la cual “todavía estamos y no tenemos que bajar la guardia ni darla por finalizada”, los profesionales  de  Atención Primaria han estado "a la altura"  de  lo que se requería  de  ellos.

“Hemos sido muy camaleónicos, flexibles, rápidos como profesionales y como equipos. La palabra que más lo define es la variabilidad”, subraya para indicar que a “falta  de  un liderazgo fuerte” desde la Conselleria  de  Sanidad  de  la Generalitat Valenciana, “cada equipo se las ha apañado como ha podido o sabido, con muy buena voluntad y conocedores  de  lo que es la Atención Primaria. Y esto ha funcionado bien”.

Según Medina, han estudiado todos los protocolos e instrucciones que han recibido, pero la gestión del día a día “la ha implementado cada centro. A nivel  de  microgestión hemos solventado el 80 %  de  todo lo que nos ha llegado, COVID-19 y no COVID-19, como siempre”.

“No cabe duda  de  que sigue habiendo un gran hospitalocentrismo a nivel  de  medios, sobre todo  de  protección”, afirma Medina, que confiesa que no lo dice “con rencor ni con acritud” sino con el “dolor" que cada día les produce "trabajar con la incertidumbre"  de  no saber si ellos mismos están contagiando a los pacientes.

Según afirma, el “papel relevante” que el Ministerio  de  Sanidad y la Conselleria dicen que tendrá la Atención Primaria durante la desescalada del confinamiento no podrán llevarlo a cabo con los recursos y tecnología con que cuentan en estos momentos.

“Necesitamos muchos refuerzos porque llueve sobre mojado; los profesionales sí que hemos estado a la altura  de  la situación, pero no la sanidad ni la Atención Primaria como organización”, asevera.

“No podemos volver a ser lo que éramos”, remarca para indicar que ahora se les requiere un “esfuerzo plus" aunque están "exhaustos", tienen compañeros  de  baja, "plantillas cortas, plazas sin cubrir, contratos basura…”, y se pregunta cómo harán ese reto.

Recuerda que la Atención Primaria recibe solo el 15 % del presupuesto sanitario y con ese porcentaje, afirma, las autoridades quieren que ahora ellos hagan "magia", cuando a su juicio el porcentaje debería llegar al 20 o 22 %  de  esos recursos: "Nosotros nunca damos  de  alta a nuestros pacientes, es la diferencia entre nuestra especialidad y el resto”.

Para Medina, hay “muchísimas cosas buenas  de  esta crisis que han venido para quedarse y no podemos dar ni un paso atrás” como la atención telefónica a los pacientes,  de  la que hay un alto grado  de  satisfacción y  de  resolución  de  problemas.

“Ahora no podemos garantizar la seguridad  de  los pacientes, citados cada 5, 7 o 10 minutos los más afortunados, porque las salas  de  espera tienen que seguir guardando un distanciamiento, y a muchos  de  ellos se les podría seguir atendiendo por teléfono o por internet", indica.

Además, subraya que la población es la “pieza fundamental”  de  todo esto. “Nosotros morimos sin la colaboración  de  los ciudadanos, no podemos seguir con esos altos grados  de  complacencia  de  venir el mismo paciente tres o cuatro días por semana al centro  de  salud, que no es un lugar seguro. Se estaba haciendo un mal uso  de  los servicios sanitarios”.

“La gente ahora está entendiendo que los lugares mayores  de  contagio son nuestras salas  de  espera y nosotros mismos”, explica para añadir que esta pandemia “no se va a ir este año ni el que viene", habrá más oleadas y su actitud ha  de  ser "proactiva" y hacer venir a los pacientes "que  de  verdad deben hacerlo, y a los demás, atenderles por teléfono" como se hace hasta ahora.

También sospecha que "muchos  de  los aplausos a los sanitarios van a pasar a ser pitos el día que se levante la persiana al 100 % y los pacientes se vuelvan impacientes", y aunque reconoce que hay un "tapón enorme" porque se han demorado desde hace más  de  un mes analíticas, revisiones y cirugías, pide que “todo el mundo se arme  de  paciencia”.

Entre las propuestas que la sociedad ha elaborado  de  manera colaborativa entre los socios y que presentará a la Conselleria está la necesidad  de  contar con test diagnósticos en Atención Primaria como una "actividad más  de  prevención y detección  de  enfermedades en su estadio precoz para poder separar a la población.

También proponen que la Atención Primaria integre la asistencia sociosanitaria a grupos  de  especial vulnerabilidad, como los mayores ingresados en residencias, porque, afirma, durante esta pandemia “se ha visto que ahí es donde más deficiencias se han levantado”.

Pero para hacerlo reclaman que se ajuste el número  de   médicos   de   familia  y  de  Enfermería, y que los cupos  de  personas que atienden no excedan  de  los 1.600, así como medidas  de  desburocratización en las consultas. “Me tengo que dedicar solo a ser médico, no a hacer papeles”, reivindica.

Y alerta  de  que una  de  las cosas que “más se van a resquebrajar” es la salud mental: hay “graves problemas  de  atención” en las consultas por pacientes con depresión y ansiedad, insomnio, taquicardias, sensación  de  ahogo o somatizaciones. “Habrá personas muy necesitadas y tenemos que integrar y potenciar la atención comunitaria”, concluye. 

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