Diario de León

MANUEL MUÑIZ VILLA | SECRETARIO DE ESTADO DE ESPAÑA GLOBAL

«Ya desde el mes de marzo habíamos empezado a estudiar las estrategias de la desescalada en países de Asia»

SELLO DE LEÓN. Un leonés forma parte de la nómina de quince asesores con los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, diseñó las bases de sus decisiones a la hora de gestionar la crisis por la pandemia. El secretario de estado de España Global (lo que en el pasado fue ‘Marca España’) se encargó de escudriñar lo que otros países hacían y sacó sus lecturas.

El leonés Manuel Muñiz
Villa, miembro del
comité de expertos.
MINISTERIO DE ASUNTOS
EXTERIORES Y COOPERACIÓN

El leonés Manuel Muñiz Villa, miembro del comité de expertos. MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y COOPERACIÓN

León

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Poco tienen que ver los tiempos actuales con aquellos en los que miraba al mundo desde los ventanales de la casa familiar, cercana a la Catedral. Tenía tres años entonces. Hoy, su carrera profesional le ha llevado a Madrid y la pandemia a buscar métodos puestos en marcha en otros países para hacer frente a la amenaza.

—¿Qué relación guarda con León actualmente?

—Me siento leonés. Nací en León y vuelvo muy a menudo. Durante años pasé los veranos en Babia. Todos mis abuelos vivieron en León y ahí siguen una parte importante de mis tíos y primos. Hay algo en el carácter leones que nunca he querido perder; la capacidad de trabajo, la honestidad, el no complicar las cosas y ser directo… Y siempre he preferido la morcilla sin arroz y los inviernos fríos. Así que algo he debido conservar de mi tierra.

—Hay quien le acusa de formar parte de un comité al que no tiene nada que aportar porque lo suyo no es la sanidad. Defiéndase

—Mis contribuciones en ese grupo tuvieron que ver, fundamentalmente, con la perspectiva internacional. Ya en el mes de marzo en el Ministerio de Asuntos Exteriores empezamos a estudiar en detalle las estrategias de desescalada implementadas en Asia y muy en particular en Corea del Sur, China, Japón, Singapur y Hong Kong. Todos esos países llevaban semanas lidiando con el virus. El estudio de esos casos, que bebió de la información que nos enviaban nuestras Embajadas y Consulados en el terreno, nos reveló los instrumentos que teníamos para luchar contra la enfermedad. Cuestiones como el diagnostico temprano, el aislamiento de casos, el rastreo de contactos o las medidas de distanciamiento social. Ahora parecen evidentes muchas de estas cosas pero a mediados de marzo la realidad era muy distinta. No había un manual de cómo gestionar la Covid 19. El mirar al exterior era vital.

Bandazos
«No sé si el Gobierno ha cambiado de criterio tanto, lo que sé es que todo esto ha sido extraordinario»

Añadiré una cosa más: la desescalada no nos plantea solo un reto sanitario. Nos abre un frente económico muy importante ya que afecta a nuestra actividad y movilidad. Y también un frente jurídico muy complejo; no solo en términos de la respuesta del Gobierno sino también de coordinación con las Comunidades Autónomas. Y un reto internacional de coordinación como comentaba antes. Así que es normal que en los comités de expertos sobre este asunto se encuentren perfiles diversos.

—¿Cuál es su misión ahora mismo en la gestión de la pandemia?

—En el momento actual podemos y debemos también mirar en detalle lo que hacen el resto de socios europeos. De nuevo el entender lo que hace Francia, Italia, Alemania o Portugal se vuelve vital. No solo porque podemos aprender de ellos sino además porque tenemos que coordinarnos para poder dar una respuesta coherente en el marco de Schengen y de la Unión Europea. Esa labor de coordinación con otros países y con la Comisión Europea la estamos realizando ahora desde el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Estamos también volcados en la salida del confinamiento, la recuperación de la movilidad internacional y el relanzamiento de nuestra economía. Desde Exteriores estamos trabajando con nuestras empresas y con los socios europeos para coordinar la salida, permitiendo el máximo posible de movilidad pero garantizando la seguridad.

—¿En qué aspectos está asesorando usted al presidente?

—Mi trabajo se enmarca fundamentalmente en el Ministerio de Asuntos Exteriores y como tal cae bajo la tutela de la ministra González-Laya. En mi capacidad de Secretario de Estado me ocupo de tres grandes cuestiones: la estrategia y prospectiva del Ministerio, la comunicación y la defensa de nuestra reputación-país, y la diplomacia económica.

—¿Son justas las críticas a la gestión del Gobierno? ¿Es justo a su vez tanto cambio de criterio desde el Ejecutivo?

—No sé si ha habido tanto cambio de criterio. La realidad es que nos estamos enfrentando a la mayor crisis sanitaria, y también económica, de los últimos cien años. El mundo no veía una pandemia así desde la gripe de 1918. Y las cifras de caída económica no tienen parangón desde la Gran Depresión. La acción del Gobierno se debe juzgar bajo ese prisma. Todo ha sido extraordinario; La severidad de la crisis sanitaria y la presión sobre ciertos puntos del sistema sanitario, la necesidad de constituir nuevos mecanismos de toma de decisiones, con el Estado de Alarma y las autoridades delegadas como eje central, o los paquetes de medidas económicas, que han superado un 20% del PIB en su cuantía total. A España esta enfermedad la golpea de manera particularmente virulenta. Esto se puede deber a muchos factores. Sabemos que el clima, la geografía, la exposición al turismo, la demografía y las costumbres sociales son algunos de los más significativos. Una vez que entendemos la escala del reto al que nos enfrentamos tomamos medidas extensas y valientes. Y estamos ganándole la batalla a la enfermedad. Un colega epidemiólogo me dijo hace poco que uno no debía compararse con otros países sino con uno mismo. Lo que revela la calidad de nuestro sistema sanitario, el grado de cumplimiento con las medidas de distanciamiento social y otros es la forma en la que hemos gestionado nuestra propia curva epidemiológica. Y en ese frente es innegable que España lo ha hecho bien.

Análisis
​ «Es innegable que España ha sabido gestionar bien su propia curva epidemiológica»

—La ministra es favorable a encontrar el consenso con otras fuerzas políticas. ¿Esta enquistada sin solución la postura con el Partido Popular?

—Espero que ese consenso sea posible. Nos hace falta para abordar con éxito la reconstrucción económica, por ejemplo. España necesita un nuevo modelo de crecimiento. Más digital y productivo, más verde, más inclusivo e internacionalizado. Un cambio de este calibre requiere del apoyo de todas las fuerzas políticas y va a ocupar la atención de varios gobiernos.

La imagen de España también se beneficiaría de un clima político menos dialéctico. Tenemos una de las oposiciones más duras de los países de nuestro entorno. Una parte de ella lleva instalada en el discurso de que el gobierno es ilegitimo desde hace meses. No es ya que se hagan las cosas mejor o peor. Es que no es legitima la acción de gobierno. Eso es populismo puro y nos lleva a la erosión de las instituciones y de la imagen del país. La realidad es que si nosotros no nos cuidamos mínimamente no van a tener desde fuera una buena imagen de España.

— «Encuentro posiciones rígidas en las instituciones y en algunos colegas y amigos a los que les digo que si siguen actuando así, el resultado puede ser un gobierno de Podemos que les va a meter un montón de impuestos y que puede expropiar empresas». Eso lo dijo usted en 2017. Ahora son sus socios. ¿Sigue pensando lo mismo?

—Este no es un gobierno «de» Podemos. Es un gobierno «con» Podemos. Suscribo la totalidad del acuerdo de gobierno progresista firmado entre el PSOE y Unidas Podemos en diciembre. Veo en él rigor en la gestión económica y una vocación clara de abordar la brecha social y económica que sufre nuestro país. Esa idea de abordar la desigualdad es parte del alma de este gobierno y yo la comparto. Algunos de nosotros llevamos tiempo señalando que el modelo económico de los últimos treinta años estaba produciendo la precarización de nuestra clase media. La transformación del modelo productivo ha llevado a tres décadas de aumento de la desigualdad en la mayoría de las economías avanzadas. Y el vaciado del medio de la distribución de rentas produce, a su vez, el vaciado del centro de nuestro espectro político. Es decir, una mala gestión económica rompe nuestro modelo social y político. Nos hace faltaun nuevo contrato social y un nuevo modelo de crecimiento económico que sea mas equitativo.

Críticas
«Tenemos una de las oposiciones más duras de los países de nuestro entorno»

—La salida de la crisis ¿necesita una respuesta europea o más bien mundial?

—Ambas. Por poner un ejemplo: en el ámbito de la gestión sanitaria vamos a necesitar soluciones globales y europeas. A nivel global necesitamos una Organización Mundial de la Salud con más poderes y un mayor presupuesto. A nivel europeo podríamos considerar el tener un Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en Ingles) mejor dotado, el crear una unidad de crisis parecida a nuestra UME que se pudiera desplegar a los países golpeados por desastres naturales u otros, o también el instituir tests de stress a nuestros sistemas de salud, como hacemos con el sistema financiero, y con el fin de evaluar su capacidad de respuesta frente a futuras crisis sanitarias. Este tipo de medidas, globales y europeas, ayudarían a gestionar una crisis como la actual con mayor eficacia. Sobre todo lo que creo que es importante es que entendamos que la salud es un bien público global. Que nos conviene a todos que se gestione de manera adecuada en todo el mundo. El coronavirus demuestra este principio a la perfección. No estaremos todos a salvo hasta que no hayamos controlado la pandemia en España y en terceros lugares. Si no lo hacemos persistirá el riesgo de importación del virus. Así que de esta crisis salimos con respuestas nacionales pero también europeas y globales.

—¿En qué momento considera usted conveniente y adecuado que se abran las fronteras del país?

—Una vez hayamos alcanzado la ‘nueva normalidad’ y hayamos logrado controlar la expansión del virus en nuestro territorio. Eso nos llevaría al mes de julio más o menos. Depende de cómo evolucione la epidemia las próximas semanas. Abrir nuestras fronteras antes de esa fecha te expone a la importación de casos de Covid19 desde el exterior y al riesgo de que se produzca un rebrote de contagios.

Cambio de visión
«Este no es un Gobierno de Podemos, sino con Podemos; yo suscribo el acuerdo totalmente»

 

—¿Qué ofrece al país España Global que no tuviera Marca España?

—En esta nueva etapa España Global tiene mas recursos y, sobre todo, combina estrategia y comunicación. La marca de nuestro país la vamos a construir sobre nuestro liderazgo en temas internacionales importantes. Es decir, la reputación la vamos a sustentar sobre hechos y acciones en el frente exterior. Le pongo un ejemplo. España esta siendo uno de los países más activos en el debate europeo sobre la reconstrucción económica post-covid. Hemos hecho sugerencias sobre los instrumentos a desarrollar, incluido el Fondo de Reconstrucción de mas de un billón de euros que se esta diseñando en estos momentos, sobre la escala de las partidas económicas a dotar, los modos de financiación de esas partidas y otros. Nuestra reputación se puede construir sobre ese liderazgo y dibujando a España como lo que es, un país que lidera en muchos frentes, incluido el económico, a nivel europeo y global.

¿Qué imagen da España fuera de España? ¿Y qué imagen da León fuera de León?

—España tiene una muy buena imagen fuera de sus fronteras. Se nos percibe como un país con una historia y una cultura antigua y profunda. Se aprecia mucho nuestro deporte y nuestra gastronomía. También el liderazgo empresarial en sectores muy importantes como la banca, el negocio textil o el turismo y la hostelería. En términos más políticos se nos aprecia como una democracia plena, integrada en Europa pero con un alma iberoamericana. Desde hace siglos España es un puente entre las Américas, Europa y el Mediterráneo. Eso nos hace únicos y nos convierte en un país nodal en las relaciones internacionales. León, que esta en el corazón de España, refleja todo lo anterior. Con su patrimonio artístico, la Catedral, que es uno de los góticos más puros del mundo, San Isidoro y todo lo que alberga, el Hostal de San Marcos o los barrios Húmedo y Romántico. También se aprecia mucho su campo y su gastronomía. La verdad es que tenemos un gran país, con una diversidad y riqueza cultural extraordinarias.

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