Diario de León

Cinco mil personas y 800 tractores firman una jornada épica de reivindicación y unidad

La capital se quedó pequeña para acoger la intensidad de una protesta que certificó la dignidad del campo y sus gentes

El lema principal de la manifestación, en la pancarta llevada por los representantes agrarios.

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Jornada épica la de ayer en León con 5.000 agricultores y ganaderos arropando a 800 tractores para demostrar en la calle la vida que tiene el campo de esta provincia. De todas las comarcas agrarias partieron bien de madrugada para llegar a la capital y exponer ante todos la dignidad de un sector que se siente vapuleado y abandonado y que, pese a ello, no ha perdido su fuerza y su valentía. Claro lo dijo un afónico Matías Llorente, secretario general de Ugal-UPA, arengando para cerrar el día en la explanada de la Junta «por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros nietos, hasta el final... No abandonéis. A por ellos»

Y ese espíritu fue el que recorrió una marcha que desbordó todas las previsiones y cuya cabecera llegó hasta la Delegación de la Junta prácticamente cuando el último tractor aún abandonaba el parking del Reino de León. Por las calles de la capital se movieron ayer 48 millones de euros. Lo dijo José Antonio Turrado, secretario provincial de Asaja, para explicar el principal problema del campo leonés: su rentabilidad. Es lo que cuestan los tractores que desfilaron y que «no son un lujo y hay que pagarlos como las vacas y las naves, como las tierras, a precio de oro». Por eso, y para comer, reclamaban ayer «una agricultura viable».

A mediodía partió la marcha a pie desde la plaza de Guzmán para recorrer Ordoño II. En la pancarta principal el lema ‘Por el futuro de la agricultura y ganadería de León’ y tras ella los representantes de las cuatro organizaciones agrarias convocantes, Asaja, Ugal-UPA, Ucale-Coag y UCCL, las cuatro unidas —por primera vez en esta ola de protestas— para defender al sector de esta provincia. No fue una manifestación de cánticos ni de consignas, pero sí de bocinas que se oyeron por toda la ciudad. No dejaron de sonar len toda la mañana y se intensificaron frente a la Subdelegación del Gobierno, cuando la marcha frenó el paso para que los convocantes le entregaran al subdelegado la tabla de reivindicaciones con diez exigencias claves para la supervivencia. Faustino Álvarez recibió a los manifestantes en su despacho y el trámite duró segundos.

Fue en este punto cuando se decidió que se diera protagonismo a la tractorada y se abrió paso a un grupo de vehículos para que encabezaran desde ahí la marcha. Fueron ellos quienes abrieron paso por una Gran Vía de San Marcos abarrotada, con peatones grabando con sus móviles el espectáculo que daban la impresionantes moles de algunas toneladas para llegar a una explanada de la Junta que pronto no daría abasto. Al filo de las tres de la tarde llegó el último tractor, mucho más tarde de lo que se esperaba, y entonces comenzó la arenga. A una plataforma subieron Matías Llorente y José Antonio Turrado, Apolinar Castellanos, el secretario provincial de Ucale Coag, y Juan Antonio Rodríguez, el líder de UCCL en León. Presentados por Valentín Martínez, alcalde leonesista de Villaturiel, número 2 de Ugal-UPA y uno de los artífices de la impecable organización de la jornada, fueron hablando de uno en uno entre vítores y aplausos, entre muchos chalecos de Ugal y de Asaja, banderines de Coag y la Unión y un ambiente que demuestra por qué el campo se ha unido. «Porque es el momento», dijeron todos, unánimes como no se les ha visto en diez años.

Los discursos fueron intensos, con tono vehemente y, en función de la arenga, estridentemente ovacionados. Lo fue mucho la mención al tren que nunca para en los pueblos, pero que «cuando pilla una vaca nos ponen 38.000 euros de multa», de Turrado, y la de Juan Antonio Rodríguez cuando advirtió de que «la agricultura del siglo XXI pasa por León». Lo fue la de Matías Llorente cuando afirmó que «si quieren desarrollo, que lo traigan donde tenemos el agua y no se lleven el agua para desarrollar otras zonas» y la intervención de Apolinar Castellanos, cuyo final fue celebrado con un estruendo apoteósico y ensordecedor.

Todos y cada uno de ellos se refirieron a los jóvenes, muchos allí presentes, el futuro al que legar el campo trabajado durante generaciones. La reivindicación era unánime, que se favorezca el relevo generacional, que hay que cambiar esta política que incentiva «a no soltar las tierras nunca», que envejece el sector y no deja alternativas.

Lo que también quedó claro es que esta no será la última protesta que sacará a la calle el sector. Las advertencias fueron varias. «No vamos a parar la lucha», decía Matías Llorente. Y por lo visto ayer nadie va a tirar la toalla.

Turrado fue el encargado de disolver, al filo de las tres de la tarde, una convocatoria para la historia: «Decid con orgullo que estuvisteis en León con vuestros tractores. Decid con orgullo que hoy estuvisteis donde teníais que estar».

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