Diario de León

Repatriados

«Nos sentimos desatendidos por la Embajada en Dublín»

Los padres de los menores dan las gracias al berciano Darío Gómez

Aeropuerto de Madrid-Barajas, a la llegada de un vuelo de repatriados. FERNANDO VILLAR

Aeropuerto de Madrid-Barajas, a la llegada de un vuelo de repatriados. FERNANDO VILLAR

Ponferrada

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Los padres de 50 menores que volvieron a España desde Irlanda el pasado día 15, en un vuelo organizado por el berciano Dario Gómez, han emitido una nota de prensa para denunciar que se han sentido «desatendidos» por la Embajada de España en Dublín. «Tras el cierre de colegios, la sistemática cancelación de vuelos a España y la proximidad del vencimiento de las estancias contratadas, nos sentimos desantendidos con la Embajada, al consultar las opciones para regresar. No se iba a fletar ningún vuelo para fin de curso. Nos achacaron el no haber optado al vuelo de repatriación ofreciendo como alternativa vuelos con escalas de hasta 4 días, solución inadmisible tratándose de menores», explican en la nota.

El grupo de Darío Gómez que logró fletar un avión privado a Madrid con la empresa Empty Leg para el 15 de mayo, añaden, «nos dio prioridad en las plazas a los 50 menores y él personalmente se hizo responsable de los 5 menores de 12 años. La Embajada informó de las plazas sobrantes que se agotaron en horas, lo que derivó en otro vuelo para el día 22, agotado en 24 horas, en el que también viajaron menores».

Todo un gesto

Las familias del vuelo de repatriación desde Irlanda han hecho un comunicado para explicar su pesadilla

A pesar de que la cuarta parte del pasaje eran menores y de que el vuelo iba completo, «no se aplicó ninguna medida de protección adicionales, ni toma de temperatura, ni test rápidos en tripulación/pasajeros, ni cortina separadora adultos/niños…», critican también.

Tras la declaración del Estado de Alarma, los padres de estos 50 menos señalan que tomaron «la dura decisión» de que sus hijos permanecieran en Irlanda, «medida recomendaba por Exteriores», por motivos sanitarios, ya que en Irlanda apenas había casos y España se encontraba en alza de la pandemia, y por el riesgo de contagio en el viaje —«temíamos ser asintomáticos y contagiarles el virus en casa»—; por criterios académicos, ya que podían tener problemas en la convalidación de los estudios —«objetivo de todos los menores»— y por lo que denominan «bienestar en el confinamiento» en Irlanda: «Medidas menos estrictas; mayor comodidad en los hogares de acogida —casas grandes con jardín— y mayor aprovechamiento de la estancia».

Por último, también denuncian comentarios «difamatorios» contra los organizadores del viaje encabezados por Darío Gómez, a los que también expresan públicamente «nuestro agradecimiento por su iniciativa y titánico esfuerzo desinteresado».

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