Diario de León

El Bierzo

Los otros profesionales de la salud: escasez de medios y precios abusivos

Su actividad ha caído un 90% y pagan el material de protección a más del triple del valor anterior

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No desarrollan su actividad en un hospital o un centro de salud pero también son sanitarios y su labor es esencial. Odontólogos, podólogos, fisioterapeutas, otorrinos y oftalmólogos han visto reducidos sus servicios a los casos más urgentes o a la nada en el último mes y medio. El estado de alarma limitó seriamente su actividad aunque nunca han tenido la obligación de cerrar. El miedo de los pacientes, muchos de los cuales empezaron a anular consultas ya la semana anterior al inicio del confinamiento; y la falta de medios de protección para garantizar su seguridad y la de sus clientes están detrás de la práctica inactividad de estos profesionales, que ahora encaran la desescalada con cautela, bajo la premisa de regresar de manera paulatina y habiendo diseñado ya protocolos específicos para afrontar la nueva normalidad. Eso sí, todos se quejan de los precios abusivos del material de seguridad que ahora es básico.

Cajas de mascarillas con cincuenta unidades que antes compraban por entre 2 y 4 euros, ahora están por encima de los 30 euros; equipos de protección individual (Epis) a 50 euros la unidad o geles hidroalcohólicos que han duplicado su precio. Esta es la nueva realidad de los otros profesionales de la salud, muchos de los cuales se han tenido que agrupar para hacer compras conjuntas que permitan abaratar los costes y también conseguir el material. Algo que, hace un mes, «era imposible, independientemente del precio que estuvieras dispuesto a pagar», asegura el odontólogo Francisco Javier Díaz Prada. Algunos, incluso, han prescindido de proveedores con los que venían trabajando de manera habitual por no estar dispuestos a pagar los nuevos precios. Es el caso del óptico Víctor Javier García. «Ha habido mucha especulación», afirma.

En la última semana, las cosas han empezado a cambiar y proveerse de medios ya no es tan complicado. También han notado más llamadas de pacientes para retomar las consultas. Se ha empezado a perder el miedo y ha pasado también el tiempo suficiente como para que los problemas se agraven y se acaben convirtiendo en urgencias. De ahí que en los últimos días aquellos que dejaron de trabajar a mediados de marzo ya hayan empezado a atender casos urgentes y quienes han seguido haciendo el trabajo ineludible han abierto un poco más el abanico.

El fisioterapeuta Jenaro Morán y la podóloga Sandra Baeza explican que durante el confinamiento se han limitado a atender a pacientes por teléfono o videollamada. A través de estos medios han aconsejado en caso de urgencia y realizado tutoriales para resolver cada caso particular. Ambos empezarán a retomar la normalidad tras haberse asegurado material de protección para los próximos meses. No son solo guantes, mascarillas, pantallas de protección o patucos; sino también empapadores para desinfectar el calzado de los pacientes, ambientadores que eliminan los patógenos del aire, equipos de ozono o de luz ultravioleta, etcétera.

La variedad de equipos, medios y materiales para garantizar la seguridad propia y de los pacientes es otro problema. Estos profesionales se enfrentan también a la posibilidad de comprar material que al final acaben no utilizando o que no esté convenientemente homologado. En la vorágine del mercado actual es más que posible. «Estoy comprando más de lo que necesito ahora mismo, pero tengo miedo a que haya desabastecimiento», reconoce la podóloga Sandra Baeza. «Las casas comerciales están sacando cosas nuevas cada día. Es una locura», asegura el dentista Francisco Javier Díaz Prada.

Quienes actuaron con la premura suficiente como para llegar al estado de alarma con todo el material de protección necesario en su almacén son Diana Lourido (otorrina) y Alejandro Prado (neuroeducador), del centro de otorrinolaringología integrativa Lourido y Prado (Ponferrada). «Quince días antes ya teníamos todo previsto. Al ver como iba evolucionando la epidemia, decidimos aplicar con suficiente antelación un protocolo de acción y proveernos de material pronto, por lo que no hemos tenido problemas de especulación ni carencias», asegura Alejandro. De hecho, han regalado monodosis de soluciones hidroalcohólicas a algunos de los profesionales ubicados en el mismo edificio en el que está su consulta.

Ellos, como también el óptico Víctor Javier García, entraron en el estado de alarma bien provistos de material pero como todos han notado un bajón brutal de las consultas, una caída del 90% que confían en que empiece a recuperarse en las próximas semanas. Poco a poco irán recuperando la normalidad en los horarios de atención, pero funcionando bajo estrictos protocolos. Todo para garantizar la seguridad de los pacientes, a quienes quieren enviar un mensaje de tranquilidad, conscientes de que el miedo sigue latente y, de momento, la actividad no será la habitual anterior a la pandemia.

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