Diario de León

El desconfinamiento sin horarios

Un paseo por el pueblo sin estar pendiente del reloj

Más de 162.000 leoneses de 200 municipios son los afortunados que pueden salir a disfrutar del aire libre sin restricciones de tiempo y recorrido. «Somos unos privilegiados», afirman

Javier Martínez y su hijo Daniel disfrutan del buen tiempo en La Velilla de Valdoré. CAMPOS

Javier Martínez y su hijo Daniel disfrutan del buen tiempo en La Velilla de Valdoré. CAMPOS

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Más de 162.000 habitantes de 200 municipios de la provincia disfrutan de libertad de horarios y recorridos para salir a la calle y aliviar el confinamiento, siempre que lo hagan dentro de su término municipal. Es la ventaja que esta pandemia permite a los vecinos de los p Es una pag doble. Lo tienes que meter en la 19 abajo. Hay dos noticias con pueblo. Coge una de ellas ueblos, a la espera de que el Gobierno y las comunidades autónomas tomen una decisión definitiva sobre el territorio al que afectará la desescalada.

Las Tierras bañezanas han sido una zona azotada duramente por el covid-19. Una de las localidades que más lo ha sufrido es Jiménez de Jamuz, en la que se contabilizan más de una decena de fallecidos por coronavirus y numerosos casos de contagios, muchos de ellos ya recuperados. Pese a ello, vuelven poco a poco a la normalidad y al ser un pueblo de poco menos de 800 habitantes —dentro del municipio de Santa Elena de Jamuz—, los vecinos tienen la ventaja de poder salir a calle en el momento que quieran de 08.00 a 23.00 horas.

El maestro alfarero del Alfar-Museo, Jaime Argüello, asegura que «somos unos privilegiados de vivir en un sitio como este y poder ir a pasear o andar en bici por cualquiera de los tres pueblos del municipio. Puedes ir a la sierra o por las zonas de la bodegas e igual ni te encuentras a nadie». Pese a los problemas originados por el covid-19 en el pueblo, destaca que «tenemos la suerte de vivir en casas y no en pisos y creo que esa es otra de las grandes ventajas de los pueblos»; aunque matiza que «mi ocio durante el confinamiento ha sido seguir trabajando».

En su caso, sigue dando forma a la arcilla en el torno a puerta cerrada en el Alfar-Museo, a la par que prepara folletos digitales para las futuras visitas, aunque indica que «todavía estamos a la espera de cuándo y cómo podremos recibir a los primeros visitantes porque no está nada claro». De hecho, afirma que han perdido la visita de más de 800 escolares de la mano de programas de la Diputación.

A la espera de su cita en el consultorio, José Manuel Álvarez —propietario del restaurante Casa Aniceto—, asevera que vive la situación de una forma «bastante triste y dramática», puesto que explica que «yo he perdido a mis padres por el coronavirus en cuatro días estando los dos perfectamente de salud». Por ello, se muestra un poco más reacio en la libertad para salir a calle. Pese a que reconoce que «el 99% de los vecinos están respetando las medidas de la desescalada», cree que entre los jimeniegos «se percibe el miedo al salir a la calle y se evitan todo tipo de corrillos». Un delicado momento que vive con «impotencia» ante la imposibilidad de ayudar a sus padres y, que a su juicio, «es debido a la mala gestión que han realizado todos los políticos». A la postre, concluye: «a los que sí que hay que dar la enhorabuena es a todos los sanitarios que se están jugando la vida».

En el sur de León muchos vecinos señalan que el confinamiento no ha sido tan traumático. Es el caso de Juan Avellaneda Serra (67 años) quien asegura que «he tenido bastante libertad bastante libertad porque vivo en un pueblo que es muy diferente a las ciudades Yo he salido todos los días a pasear el perro, ase sí sin alejarme de casa. Ahora, prácticamente hago lo mismo, los hábitos apenas han cambiado desde el sábado, aunque ahora podemos pasear y alejarnos un poco más. Aquí todo el mundo ha cumplido con las normas que nos han puesto. Antes y ahora. La mayor diferencia es que ya ha abierto algún comercio más en Santa María del Páramo y ahora se puede comprar alguna cosa que antes no podíamos».

OCHO KILÓMETROS EN EL PATIO

De una opinión muy similar es José Luis Álvarez Ludeña (70 años), de Santa María del Páramo, quien afirma que ha llevado «bien, muy bien» tanto el confinamiento como el inicio de la desescalada que permite salir de casa sin horarios. «Sobre todo porque yo he salido todos los días por mi patio que es amplio. He hecho entre siete y ocho kilómetros diarios caminando. Antes los hacía en el patio de mi casa y desde el sábado ya puedo salir a la calle». Un caso diferente es el de José Miguel Martínez Martínez (38 años), vecino de Santa María del Páramo quien ha vivido el confinamiento con tres hijos pequeños. Ha sabido sacarle el lado positivo a estos dos meses sin poder salir de casa. «Lo hemos llevado bien, aunque ya tengo ganas de volver al trabajo. Ha sido una buena experiencia. Yo no había tenido tanto tiempo para estar con mis hijos y con mi mujer en la vida. En estos días he podido disfrutar de la familia, estar con ellos, jugar, participar en las tareas de la casa…». De todos modos señala que la apertura que se vive desde el sábado le ha venido especialmente bien a los niños «que ya necesitaban salir de casa. Eso sí, cumpliendo las distancias y todas las medidas sanitarias de seguridad que nos han mandado».

Vecinos contados
«Somos tan pocos que el virus ese no se atreve a venir», afirma Joaquín, de La Velilla de Valdoré

En el pueblo de La Velilla de Valdoré, en el municipio de Crémenes, ocho personas que están pasando esta cuarentena. Javier Martínez y su hijo Daniel dice que lo llevan muy bien. Ambos pasan el tiempo realizando trabajos en la huerta, en varias tierras y con las colmenas así como atender a los animales, entre ellos a una oca que se llama Beethoven. Aunque Daniel tiene que realizar previamente las tareas escolares que le llegan cada día por correo electrónico. «Prácticamente no nos enteramos de nada. Vamos tomando contacto con parte de la realidad cuando bajamos a Cistierna una vez a la semana a realizar compras».

Otro de los vecinos es Joaquín García, que afirma que «somos tan pocos que el virus ese no se atreve a venir». Pasa el tiempo con unas cabras que tiene. La farmacéutica de Crémenes le trae los medicamentos y Javier le hace la compra. La mayoría de los días ni se ven y no entienden que las medidas de confinamiento sean las mismas en una ciudad que en un pueblo.

 

Una familia de Caboalles cumpliendo con el paseo. DL

La comarca de Laciana no cuenta con restricciones horarias para hacer deporte o dar paseos, aunque sí para los niños y las personas mayores de 70 años.

En Caboalles de Arriba, a pesar de no registrarse ningún caso por coronavirus, la gente está muy concienciada y toma las medidas de seguridad establecidas «hay vecinos mayores que tienen miedo, pero poco a poco la gente sale a pasear» explica el pedáneo, Jesús Rodríguez. Por otra parte, los niños del pueblo salen a las calles durante una hora con sus juguetes «saben lo que hay que hacer y lo respetan». Otra vecina de Caboalles de Arriba, Guadalupe Lorenzana quien vive con sus padres afirma que el pueblo «está tranquilo», aunque con un poco de miedo, especialmente por sus mayores «mi padre sólo sale hasta el corral de casa, todavía no dio un paseo», matiza.

Información elaborada por: Vanessa Araujo, José Mª Campos, Armando Medina, Alejandro Rodríguez y Maite Rabanillo

tracking