Peligran las granjas porque no se vende lechazo y cochinillo

«La verdad es que este año, después de unos cuantos años malos y la desaparición de unos cuantos ganaderos y muchos miles de ovejas, la situación del sector prometía mejorar bastante», afirma José Antonio Gaitero Martínez, ganadero de Villaornate con una explotación de ovino con 626 cabezas, que asevera que «tenía ganas de ver la luz al final del túnel en el sector y mira tú por donde llega el famoso coronavirus, lo hecha todo a perder y nos pone en una situación de tremenda incertidumbre y de gran desconcierto».

Una visión, que al igual que Gaitero Martínez, comparten todos los ganaderos de ovino, caprino y porcino de la provincia que ven como el cierre de los establecimientos de restauración a raíz del estado de alarma decretado por el Gobierno a causa de la crisis sanitaria por el COVID-19 pone en jaque a un sector ganadero que vive en gran parte de los lechazos, cabritos y cochinillos que venden destinados a la consumición en restaurantes y a los que ahora no pueden dar salida; situación que también ha sido alertada por todos los sindicatos agrarios.

«Esto va a ser la ruina porque muchos ganaderos ahora mismo están para cerrar su explotación. Hay intermediarios que ya no quieren los corderos ni regalados», asegura el presidente de la Cooperativa de ovino Las Vegas, José Antonio Martínez Castelo, quien se encarga de negociar con los intermediarios la venta de los animales. El también representante del sector ovino de UCCL explica que «el problema agravado es que nos encontramos en el periodo de parición del ganado y si hay que cebar a todos los corderos que nacen obligaría prácticamente a los ganaderos a cerrar porque requeriría un gran esfuerzo económico difícil de asumir».

Al respecto, José Antonio Gaitero Martínez, miembro de la citada cooperativa, detalla que «el jueves nos avisaron para que de momento solo llevásemos los lechazos machos y que las hembras las dejáramos en casa». Sin embargo, añade que «el problema es que las hembras que van a matadero son las que no valen para reposición y al tener que dejarlas hay que seguir dándoles de mamar, ocupan un espacio, hay que vacunarlas, etc. para que después de todos estos costes no sepamos que vamos hacer con ellas; siendo el problema doble si encima no se llevasen los lechazos machos».

El propio ganadero señala que, en su caso, «actualmente me quedan alrededor de 200 lechazos y unas 100 ovejas por parir. Si no me los llevan pues 300 lechazos a 34 euros son 10.200 euros que perdería». A mayores, apunta que «a esos 300 lechazos habría que seguir manteniéndolos y calculo que por lo bajo cada lechazo me cuesta 17 euros al mes, por lo que tendría que añadir otros 5.100 euros de costes».

Una situación «inviable» para él —y que también viven otros muchos ganaderos— porque «si esta crisis se alarga tres meses tendría más de 25.000 euros de pérdidas», indica Gaitero Martínez, que ve entre las posibles soluciones que el Gobierno intervenga las canales hasta que pase el coronavirus «porque dentro de cuatro meses se podrán volver a meter en el mercado».

A juicio del presidente de la cooperativa, «otra de las soluciones podría ser que los supermercados empezarán a vender el producto nacional de una vez por todas porque muchas grandes superficies lo traen de fuera pero en algún momento se tendrán que quedar sin reservas».