Diario de León

La desescalada se atranca en el resto de la provincia

El primer paso a la nueva realidad

El sector hostelero fue el que menos se animó a abrir sus puertas en el debut de las zonas básicas de salud que ayer entraron en la fase 1 Pese a todo, no dejó de notarse la animación en las calles y la expectación entre los vecinos

En Sahagún se notó la animación en las calles. ACACIO

En Sahagún se notó la animación en las calles. ACACIO

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León

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Las zonas básicas de salud de Laciana, Mansilla de las Mulas, Sahagún y Valderas debutaron ayer en la fase 1 con un recibimiento desigual de las nuevas condiciones. En Villablino, municipio que ronda los 9.000 habitantes la apertura de comercios fue prácticamente total, no así de terrazas, mientras que en los cinco municipios de la zona leonesa del área de salud de Valderas solamente abrió sus puertas un bar.

Los hosteleros de Valderas anunciaron en bloque que ninguno abriría hasta pasar a fase 2. El de Gordoncillo que, al menos, hasta fin de semana. Y uno de los dos de Cimanes de la Vega está a la espera de que el Ayuntamiento le autorice este miércoles la ampliación de su terraza.

Así las cosas, sólo en Villaquejida dos de los cuatro bares del pueblo habían adelantado que ayer retomarían su actividad. Finalmente fue uno solamente, el bar San Isidoro, el primero en dar un paso al frente, quizá el único en toda la zona básica de salud en su territorio leonés. «Ya había ganas», dice uno de sus dueños. Detrás de este negocio hay una historia de emprendimiento, de apuesta por el mundo rural, que la crisis del coronavirus pilló casi nada más empezada su aventura. Pero en sus jóvenes promotores no hay sitio para el desánimo.

En Sahagún se notó la animación en las calles. ACACIO

Rebeca Barrio, natural de Castrocalbón, y Óscar Mateos, de Moscas del Páramo, son una joven pareja que el pasado 30 de noviembre emprendieron esta nueva aventura en sus vidas. Se hicieron cargo del bar San Isidoro de Villaquejida, que dejaban los antiguos dueños. Incluso se han ido a vivir a esta localidad de la Vega del Esla. Sin apenas tiempo para asentarse, nada más pasar la campaña de Navidad, les pilló la crisis provocada por la pandemia del coronavirus y, como todos, a principios de marzo tuvieron que cerrar sus puertas. Dos largos meses con el negocio parado. «Teníamos ganas de empezar, más se ganará abiertos, por poco que sea, que parados en casa», señalan. Ayer arrancaron a las once de la mañana. «Pues han venido unas veinte personas, que no está mal», decían a mediodía. Eso sí, han detectado que aún hay quien tiene miedo al contagio. «Hemos visto clientes que han pasado por delante a ver cómo estaba y seguro que irán viniendo en los próximos días». Esta reapertura se ha hecho cumpliendo con las medidas de distanciamiento e higiene que marca la normativa como la desinfección de cada mesa una vez que se va cada cliente, tener a disposición geles y guantes a disposición del público… «La gente se está portando bien. Está respetando».

En toda la zona de Valderas solo abrió este bar. MEDINA

Encaran el verano, que ya está a la vuelta de la esquina con una doble sensación. «Por un lado creemos que mucha de la gente del pueblo que está en las ciudades va a venir aquí a pasar las vacaciones por miedo a ir a otros lugares más masificados. Y eso es bueno porque supondrá que habrá más gente que años anteriores. Pero por otro pensamos que igual no tienen dinero ni para salir a tomar algo con la crisis que estamos pasando».

INYECCIÓN DE MORAL

En Sahagún el ambiente estuvo bien animado desde primeras horas. Terrazas, comercios, administraciones de loterías abrieron sus puertas aunque no fueron todos. La incertidumbre, a pesar del ambiente, pesó sobre unos cuantos y solo estaban disponibles la mitad de los establecimientos hosteleros. Son pocas las mesas que se permiten y, por tanto, la recaudación es reducida, pero pudo más la voluntad de mantener vivo el negocio. «Tratamos de reunir unos ingresos, que cuando menos nos permitan poder afrontar alguno de los muchos gastos que el negocio nos genera, permaneciendo abierto o cerrado. Abrimos por razones de necesidad, y tratar de no caer en la desilusión y desgana», afirma uno de los afectados. .

En la plaza Mayor dos terrazas permanecían abiertas mientras el resto espera a ver los resultados para animarse. Las tiendas de moda sienten la satisfacción de la apertura y los clientes no defraudaron aunque siguen contemplando con preocupación el futuro.

Una de las pocas terrazas de Villablino. V.A.

La sensación en las calles en este primer día de faes 1 es que el cambio de situación ha supuesto una inyección de moral para los vecinos.

Desde el otro lado, un hostelero afirma que en esas condiciones «no se me ocurre abrir». «No es momento de sumar más deudas en nuestros maltrechos negocios. Poner unas mesas en servicio en estas condiciones no resulta solución alguna», afirma.

En el Burgo Ranero, el restaurante bar El Peregrino ha colocado mesas en su terraza y esto ha supuesto un acicate para los vecinos que se han acercado a lo largo de la mañana.

La comarca de Laciana comenzó la nueva fase con una relativa normalidad. Las calles empiezan a tener vida, aunque prácticamente la mayoría de las personas se dedicaron a pasear, hacer la compra en los supermercados o farmacias, como en días anteriores. Las tiendas de ropa, calzado o complementos estaban prácticamente todas abiertas, con nuevos horarios y en sus puertas, disponibles los guantes y el gel hidroalcohólico para los clientes.

Una trabajadora de un establecimiento de calzado, Pili Cachón, explicaba que en este primer día se sentía nerviosa porque «no sabemos como van a actuar los clientes», aunque según fue pasando la jornada, los nervios fueron calmando, ya que la gente está muy concienciada y saben lo que tienen que hacer».

Elenea García, propietaria de una tienda de ropa y complementos afirmaba ayer que «me siento como el primer día que abrí, con muchos nervios». Recuerda que este momento es delicado y por eso «tanto clientes como nosotros tenemos que actuar con mucha responsabilidad», además espera que la gente no tenga miedo, se anime a comprar «es una manera de tener ilusión para volver a la calle».

Donde hubo menos éxito fue en el sector de la restauración. La mayoría de los bares decidieron no abrir sus terrazas a los clientes y fueron muy pocos los que han dado un paso al frente.

Información elaborada por Armando Medina, Vanessa Araujo, Acacio Díaz y Maite Rabanillo.

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