Diario de León

La pandemia en la provincia

El pueblo que ve el Covid-19 por la tele

Los 18 habitantes de San Facundo, en el Bierzo, viven ajenos a la crisis del coronavirus, aunque mantienen también los protocolos de higiene y distancia Se adelantaron a las medidas y suspendieron en febreo su Festival de la Trucha

Vista de una de las calles de San Facundo, un pequeño pueblo del municipio de Torre del Bierzo. ANA F. BARREDO

Vista de una de las calles de San Facundo, un pequeño pueblo del municipio de Torre del Bierzo. ANA F. BARREDO

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San Facundo, en el municipio de Torre del Bierzo, fue un pueblo minero, aunque no tuviera minas. Un pueblo de apenas 18 habitantes que hoy se ha convertido en referente de desarrollo rural gracias a sus iniciativas y a la belleza de su entorno y donde la crisis del Covid-19 se está siguiendo por la televisión después de haberse visto obligado a suspender su Festival de la Trucha. Un evento multitudinario que todas las primaveras reúne en una gran carpa a más de 500 comensales.

«Lo suspendimos ya en febrero a la vista de lo que estaba empezando a pasar. Viene no sólo gente de la comarca del Bierzo; también de fuera y hasta del extranjero, pero lo primero es la seguridad y la salud», comenta Ricardo Vila, el presidente de la Junta Vecinal.

El Festival de la Trucha de San Facundo reúne todos los años a más de 500 invitados en primavera

Las calles de San Facundo se han quedado vacías, sin los muchos visitantes que se acercan hasta el restaurante del pueblo o para disfrutar de la playa fluvial o las rutas por la montaña. Sus habitantes están estos días en casa y para las pocas compras bajan a Torre o a Bembibre. «Si no fuera por la televisión, la crisis del Coronavirus pasaría desapercibida», comenta el presidente vecinal. «De todas formas lo vemos con preocupación, porque en el fondo también nos afecta», insiste.

Ricardo Vila y su hermano abrieron un bar en San Facundo en el año 1983, cuando apenas las furgonetas de la venta ambulante podían llegar al pueblo por una estrecha carretera. Vila fue minero como otros vecinos, y también como alguna vecina mayor. Picaba carbón pero ya por entonces pensaba que el único futuro pasaba por desarrollar un proyecto turístico que pusiera en valor su ubicación en lo más perdido de un pequeño valle en la raya del Bierzo con la Maragatería, tallado por el río Argutorio.

«No tenemos casos y vemos esta crisis como si estuviéramos viviendo en otro mundo. No es fácil de explicar. Al final, somos unos privilegiados, aunque también nos afecta porque nos gustaría ver el bar lleno y el pueblo con gente. Porque hay mucha gente que ya conoce San Facundo fuera del Bierzo y de España», comenta el presidente vecinal.

Los vecinos apenas salen y guardan las distancias de seguridad y otras medidas higiénicas, añade Vila. Esperan a que esto pase porque pronto otra casa se abrirá con una familia de Mallorca que ha decidido quedarse en el Bierzo. Esa España vaciada, en boca de tantos hasta hace muy poco como uno de los retos a medio y largo plazo para este país, es hoy un valor en alza. «Nos afecta económicamente pero pensamos que de todo esto se puede sacar una gran reflexión. Pueblos como San Facundo, que estuvieron a punto de desaparecer por la despoblación, por su aislamiento secular, son hoy una voz a tener en cuenta», resalta Ricardo Vila esperando a que esta pesadilla pase, para que el pueblo tenga más vida.

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