Una red ciudadana sostiene el día a día de los bercianos

En pleno estado de alarma, es la solidaridad la que no tiene fronteras en el Bierzo. No han sido pocos los momentos en los que esta comarca, acostumbrada a las crisis, ha necesitado de la ayuda de todos. Y cuando ha hecho falta, los bercianos han estado ahí, dispuestos a colaborar unidos. La ‘Plataforma de Ayuda Covid-19 El Bierzo’ es un buen ejemplo de ello. Creada hace menos de una semana en redes sociales, ya contaba ayer con más de 2.400 miembros y por encima de un centenar de voluntarios dispuestos a hacer todo lo que otros no pueden, sobre todo las personas de mayor edad, que son las que más riesgo corren.

En los tiempos actuales, algo tan básico como pasar consulta con el dentista, ir a clases particulares, resolver problemas con la antena de la televisión, mantener la actividad deportiva o pasar una revisión médica de cualquier índole es impensable. Imposible físicamente, pero no a través de las redes sociales, Internet o el teléfono. Esto es lo que permite la plataforma ciudadana constituida en el Bierzo. Profesionales de diversa índole (profesores, logopedas, personal de enfermería, preparadores físicos, odontólogos, ingenieros, otorrinos, psicopedagogos y orientadores familiares, psicólogos, etcétera) ofrecen sus servicios a la población de manera desinteresada.

Además, la red gestiona también a un grupo de voluntariado que se ofrece para hacer la compra, ir a la farmacia o pasear al perro. Hay voluntarios en Ponferrada, Berlanga, Borrenes, Cabañas Raras, Cacabelos, Camponaraya, Carracedelo, Congosto, Cortiguera, Cubillos del Sil, Dragonte, Lombillo, Magaz de Abajo, Matarrosa, Narayola, San Andrés de Montejos, San Juan de la Mata, San Lorenzo, Susañe, Valdecañada, Vega de Espinareda y Villafranca del Bierzo. No obstante, la lista es viva y está en constante movimiento ya que cada vez se suman más personas de diferentes puntos de la comarca.

La iniciativa partió de la idea de Valerie Martínez, que tomó ejemplo de una plataforma similar creada en Marbella. No dudó de que en el Bierzo, una comarca eminentemente rural y de población envejecida, podría ser de gran ayuda para suplir los servicios en los pueblos con más problemas. La respuesta ciudadana le ha demostrado que no se equivocaba. De hecho, asegura que la red de apoyo ya es mayor que la marbellí.

Junto a Valerie, María Luisa Sobrín, Raquel García y Juan Carlos Abad se encargan de controlar que todo se desarrolla con un orden, sobre todo para garantizar la seguridad de los usuarios que decidan hacer uso de este servicio solidario. Nada se reparte al azar, los casos se estudian y se aseguran de que el comportamiento de los voluntarios es el correcto.

Los bercianos han vuelto a demostrar que unidos se hace fuerza y de la mano se puede superar cualquier crisis.