Diario de León

El Bierzo

Un reencuentro sin abrazos tres meses después del último

Las primeras visitas a la residencia Mirador del Cúa de Cacabelos están marcadas por la obligada falta de contacto humano y la emoción contenida

Ponferrada

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Ángel y Salvadora llevan 62 años casados y solo el alzheimer los ha separado. Desde hace uno, ella vive en la residencia Mirador del Cúa de Cacabelos y hasta que el coronavirus obligó a imponer un confinamiento severo y a cerrar las puertas del centro a las visitas, Ángel iba como mínimo tres veces por semana a ver a su mujer y se podía pasar el día entero con ella. Ahora, solo podrá permitirse una visita a la semana y sin ningún tipo de contacto. Y gracias.

A dos metros de distancia. Así se reencontraron ambos una vez que la fase 2 de la que ya disfruta el Bierzo ha permitido reabrir las puertas de la residencia a las familias. Cada uno sentado a un lado de la mesa y él conteniendo el impulso de agarrarle la mano a ella y acercarse cada vez un centímetro más. Así durante media hora, que es lo que duran los encuentros. «No pude ni cogerle la mano y eso que llevo guantes y me desinfecté muy bien, pero ha sido muy triste», reconoció Ángel. Pese a esa tristeza derivada de la ausencia de contacto humano, está contento de haber podido volver a ver de frente a su mujer y haberla visto como está. «Aquí los tratan muy bien», asegura. Ángel volverá el martes.

En el exterior

Las visitas se organizan en el jardín y se han creado corredores de seguridad para los residentes

Angustias o ‘Chuchas’, que es como le gusta que la llamen, también tuvo visita en el primer día de los reencuentros familiares. Sus hijos viven lejos y es un pariente con el que tiene mucha relación quien acude frecuentemente a conversar con ella. Hacía tres meses de la última vez y aunque la obligación de mantener la distancia de seguridad camufla cualquier emoción, ‘Chuchas’ estaba pletórica. A sus 95 años conserva una buena memoria y capacidad dialéctica suficiente como para aprovechar bien el tiempo que tienen. Respeta las reglas a rajatabla y asegura que, durante este tiempo que ha estado aislada de su entorno familiar, eran sus hijos y nietos su mayor preocupación y no ella.

Maximina y su hijo se reencuentran en la distancia que impone una mesa . L. DE LA MATA

Hace ya un mes que la residencia Mirador del Cúa de Cacabelos inició la desescalada, permitiendo progresivamente a los residentes salir de sus habitaciones y hacer uso de las zonas comunes, especialmente el jardín. Es precisamente aquí donde se ha habilitado la zona de visitas. Se han colocado un par de carpas que diferencian dos zonas específicas: A y B. Cada una se utiliza en función de la situación personal de los residentes.

Las visitas se organiza en horario de mañana y tarde, entorno a una decena diarias, de manera que todos los residentes tengan al menos una a la semana. Antes de entrar, el personal de la residencia toma la temperatura y desinfecta el calzado de cada familiar, al que previamente se le ha hecho una entrevista personal para garantizar la seguridad en todo momento. En la mesa a la que se sientan y sirve para marcar la distancia, hay guantes y gel hidroalcohólico. Nada de besos. Nada de abrazos. De momento hay que conformarse con las miradas, que también lo dicen todo. Como la del hijo de Maximina, que volvió a verla después de 60 días y se emocionó.

En la residencia Mirador del Cúa de Cacabelos no ha habido ningún problema. Nadie presentó síntomas compatibles con el coronavirus y una vez hechos los test y confirmadas las buenas noticias fue cuando se inició el proceso interno de desescalada, incluida la creación de corredores de seguridad que utilizan los residentes en los accesos a las zonas comunes.

Angustias, contenta con su visita . L. DE LA MATA

Las 75 personas que viven en este centro residencial para la tercera edad han mantenido el contacto con su familia en todo momento, desde que el 6 de marzo se empezaron a tomar las primeras medidas de aislamiento para protegerles. En cada planta se ha instalado un teléfono para la comunicación con sus allegados y también se creó un grupo de whatsapp a través del cual el centro mantiene informadas de todo a las familias. Cualquier incidencia, cualquier avance, cualquier paso se ha ido poniendo en conocimiento de ellas.

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