Diario de León

Rubalcaba sí lo sabía

El secretario general del PSOE recibió hasta tres correos de la agrupación local de los socialistas de la capital en los que se le detallaba lo que estaba sucediendo con la moción de censura de Ponferrada. Óscar López se inmoló ante los medios y cargó con todas las culpas sobre la decisión de llevar adelante la moción de censura de Ponferrada. Y lo hizo para exculpar a su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, de toda responsabilidad después de que éste en la tarde-noche del viernes exigiera la dimisión de Samuel Folgueral, por haber llegado a la Alcaldía de la mano de Ismael Álvarez. El secretario de Organización de la Federal vino a decir que Rubalcaba no sabía lo que se estaba haciendo. La realidad dice lo contrario.

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f. ramos | león
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Sí lo sabía. El secretario federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, estaba al corriente de lo que estaba sucediendo en Ponferrada y de cómo se fraguó la moción de censura, que esté viernes aupó a Samuel Folgueral a la Alcaldía y echó al popular Carlos López Riesco, con el apoyo del líder de IAP, Ismael Álvarez.

Al menos tres correos recibió el líder de los socialistas, en los que se le ponía la corriente de qué es lo que estaba sucediendo. Unos e-mails que le fueron enviados desde la agrupación local del PSOE de la capital leonesa.

El primero de estos correos, a los que ha tenido acceso DIARIO DE LEÓN, es del pasado 6 de marzo, a las 13.52 horas, y va dirigido directamente a la atención del Alfredo Pérez Rubalcaba.

En él se lee textualmente que «ante la imposibilidad de debatir dentro de los órganos del PSL-PSOE el acuerdo sobre la firma de una moción de censura con un condenado por acoso sexual en Ponferrada, más de 360 militantes del PSOE de nuestra provincia hemos tomado el acuerdo de remitir a nuestros órganos superiores nuestra posición en relación a este tema».

Un texto, en el que ya queda claro que la moción está firmada sin que Ismael hubiera dimitido. Lo que echa por tierra la argumentación del secretario de Órganización, Óscar López, en la noche del viernes pasado, cuando asumió toda la responsabilidad y del «error» de pactar con el líder de IAP y salvaguardo a Rubalcaba.

«Por la defensa de nuestros valores, de nuestros principios, por nuestra lucha y la de los y las que nos han precedido en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, y por la dignidad de las víctimas, no podemos, de ningún modo compartir la decisión de presentar una moción de censura sustentada en el voto de un condenado por acoso sexual. Tolerancia cero es cero». Así es como finaliza el e-mail enviado por la agrupación local de León, a través de su vicesecretario general, José Giménez.

Ferraz responde

Por si ese correo no fuera prueba suficiente que demuestra que Rubalcaba estaba al corriente de lo que se hacía en Ponferrada, ese mismo día 6 de marzo, a las 16.34 horas, la agrupación de León recibe la respuesta de la direccón de Ferraz: «Hemos recibido su correo en Secretaria General del PSOE. Lo hemos reenviado a la Secretaria de Organización por ser un tema de su competencia».

O lo que es lo mismo, Rubalcaba o su personal de confianza, que tanto da, acusó el recibo del correo eléctronico, lo respondió y dio traslado del mismo a Óscar López.

Una respuesta que no dejó satisfecha a la agrupación de León que, horas después, en concreto a las 18.42 aseguró darse por enterado y pese a dejar claro que entendían que Organización —Óscar López— estuviera al tanto, pedían que «por su especial relevancia nos gustaría que el compañero Alfredo, nuestro Secretario General, tenga conocimiento de ello».

A partir de aquí se acabaron las respuestas. Ni falta que hacían, porque el propósito ya estaba conseguido: hacer ver a Rubalcaba lo que el PSOE estaba llevando a cabo en el Ayuntamiento de Ponferrada.

Unos correos que tumban la tesis de Óscar López de que Alfredo Pérez Rubalcaba no conocía los entresijos de las negociaciones. Es cierto que López llevó el peso de la negociación y que fue el secretario de Organización quien dio el visto bueno a la moción, tal y como él mismo reconoció, pero no lo es menos que Ferraz acabó tragando con Ismael Álvarez, extremo que ya asdelantó este periódico al día siguiente de firmarse la moción de censura.

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