Diario de León

Solidaridad

El temor al Covid merma la donación de sangre un 50% y altera las reservas

Donantes de León realiza un esfuerzo titánico para animar a los altruistas y lograr 20 bolsas diarias

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León

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Las reservas de sangre todavía están garantizadas, pero empiezan a encontrarse al límite por la caída del 50% del flujo habitual de donantes. En el semáforo simbólico que identifica las necesidades, los grupos A+, A- y O- se sitúan ya en amarillo y una cierta preocupación empieza a extenderse para intentar revertir la situación.

El miedo a salir de casa, al Covid-19 y a los controles policiales en un estado de alarma han frenado el impulso para colaborar de gran parte de los voluntarios, de modo que la asociación de Donantes de Sangre de León está realizando un esfuerzo titánico para, teléfono en mano, llamar cada día a centenares de altruistas para animarles a acudir a donar su sangre y explicarles que la extracción se efectúa con todas las garantías de seguridad y sin riesgo de contaminarse con el coronavirus.

«Nos hemos marcado el objetivo de no bajar de 20, 21 bolsas diarias para cubrir las necesidades de los hospitales, pero está exigiendo efectuar muchas llamadas y organizar las citas para que no coincidan dos donantes juntos», explica el médico Fabián García, que cubre el horario de mañana. Antes de la irrupción de la pandemia se acercaban de media entre 35 a 40 personas para donar su sangre sin necesidad de ‘empujarles’ a hacerlo. A ellos se sumaban las grandes colectas en los pueblos, en la Universidad y en otras instituciones. Por supuesto esas campañas con el autobús se han suspendido completamente, pero las extracciones en la ciudad continúan, aunque a un ritmo más lento, porque las bolsas de plasma son absolutamente necesarias para salvar vidas y en el trabajo diario de los hospitales.

Tres grupos en alerta

Las reservas de A+, A- y O- se encuentran en amarillo, lo que indica que van disminuyendo

Por suerte, los centros sanitarios requieren menos bolsas de sangre en estos momentos al haberse aplazado la mayoría de las intervenciones quirúrgicas no urgentes y al haber disminuido singularmente los accidentes de tráfico y laborales. Así que la situación es un tanto irreal, porque en cuanto se recupere la actividad normal hospitalaria se requerirán unas 50 unidades de sangre cada jornada.

Máquina-báscula de mover y pesar la sangre . MARCIANO PÉREZ

«Es verdad que la caída de donaciones se ha compensado en cierto modo con la interrupción de la actividad en quirófanos de otras patologías, pero también el hecho de que partíamos de unas reservas muy buenas», puntualiza García. Cuestión diferente son las necesidades de los pacientes oncológicos, que no se pueden interrumpir y requieren todos los días plaquetas. Ese líquido vital se debe renovar con frecuencia con nuevas donaciones, porque solo se conserva en la bolsa siete días, a 22 grados y solamente en constante agitación. Los glóbulos rojos o el plasma alcanzan mayor duración. Los primeros se conservan a cuatro grados centígrados durante 42 días y los segundos, congelado a -30 grados hasta 2 años.

El presidente de la asociación, Martín Manceñido, dice que «es cierto que se acusa la reticencia de algunos voluntarios a donar en las últimas seis semanas. Por eso explicamos que las instalaciones son seguras, se desinfectan todos los días y entre donante y donante, se mantiene la distancia de seguridad y se cumplen todos los protocolos», matiza.

Sala de espera de las instalaciones abierta al jardín. MARCIANO PÉREZ

De hecho, los Donantes se han trasladado, además, por seguridad y espacio del ambulatorio de José Aguado (para evitar el contacto con otros pacientes) al chalé municipal de Padre Isla 57, donde el Ayuntamiento de León les ha cedido una sede amplia en la planta baja con salida al jardín, mucha luz y ventilación.

En ellas están abiertos de 9 a 14.00 horas y también de 16.00 a 20.30 horas. Delante del edificio, en la calle, se han reservado varias plazas de aparcamiento «para que quien quiera venga con su propio vehículo y encuentre todas las facilidades para no demorarse en la donación», explica.

La recepción de los voluntarios se gestiona con un triaje en el que se descartan que posean síntomas de tos, fiebre o pérdida de olfato. Después se les pasa a un baño para que se laven las manos durante un minuto y a una sala donde rellenan el formulario para descartar incompatibilidades. Incluso se facilita unos bolígrafos que se queda cada usuario para no ser reutilizados.

En el espacio de extracciones se han colocado tres camillas con sus máquinas de mover la sangre para que no se coagule y que también la pesan para extraer solo los 450 centímetros cúbicos establecidos. La bolsa, en realidad, es un conjunto de varias. Una pequeña de referencia de donde se separan varios tubos para analizar que el donante carece de hepatitis B, C, sífilis, VIH u otras enfermedades contagiosas y que sirve para dar o no de paso la sangre recogida, y las que se llenan con plaquetas, glóbulos rojos y plasma.

La extracción con protocolos. MARCIANO PÉREZ

«La situación del coronavirus ha reducido la población de donantes, pero tenemos que realizar un esfuerzo para conseguir esas veinte bolsas como mínimo al día para garantizar el stock de sangre y que no haya problemas de déficit. Hay que lucharlo algunos días mucho, porque no es fácil. Antaño venían hasta en grupos varios jóvenes amigos y ahora les rogamos que se acerquen. No hemos llegado al punto de mandar sms masivos y esperemos que no haga falta, de momento llamamos y llamamos a nuestro amplio listado hasta conseguir esos 20», señala García.

Con una sola donación se pueden beneficiar hasta a tres enfermos distintos.

El beneficio

Con una sola donación se pueden beneficiar hasta a tres enfermos diferentes con distintos procesos

El consumo de sangre para los pacientes es muy variable: en una intervención quirúrgica se pueden utilizar como mínimo dos unidades de sangre, que en un trasplante hepático se elevan a las donaciones de sangre de entre 20 y 40 personas. «Dado que la sangre se puede necesitar en cualquier momento, es imprescindible disponer de ella en cantidades adecuadas para hacer frente a cualquier emergencia», precisa.

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, reconoció esta semana que varios grupos sanguíneos ya no se sitúan en verde, sino en amarillo sin llegar al rojo de alerta. Agradeció a los donantes de sangre el gesto solidario, así como a los profesionales por el sobreesfuerzo que supone mantener el servicio.

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