El temor y el límite a las reuniones paraliza las obras en comunidades

Se propugnaron como uno de los grandes dimanizadores del sector de la construcción a través de las múltiples obras y rehabilitaciones que han quedado pendientes durante el confinamiento, pero no han recibido respuesta oficial. Sin embargo sufren ahora además las restricciones a la hora de organizar las reuniones de vecinos para aprobar los proyectos pendientes, tanto como el miedo de estos vecinos a la hora de dejar trabajar en sus edificios a los trabajadores del sector, porque «hay mucha gente mayor y temen los contagios».

El presidente autonómico de los administradores de fincas reconoce que este miedo de los vecinos está paralizando buena parte de las obras pendientes en las comunidades. Una actividad que anualmente genera en León un volumen de negocio de casi 400 millones de euros, pero que se encuentra «atascado entre varios frentes». Mientras muchas de las obras que estaban ya previstas en edificios se han iniciado «a toda velocidad, incluso adelantándose a otras programadas pero que plantean dudas»; muchos otros proyectos «se encuentran con el handicap de que no tenemos espacios suficientemente grandes o medidas de protección suficientes como para hacer las reuniones necesarias para aprobar los proyectos. Y enseguida llega el verano y la gente se va a los pueblos. Temo. y es una opinión personal, que estos proyectos no repuntarán definitivamente hasta al menos septiembre».