Tranquilidad en las localidades despobladas al sentirse más seguros

El Bierzo menos poblado se siente mejor ante esta crisis que los que lo están pasando en las ciudades. O al menos esa es la sensación general de los consultados, manteniendo todos la prudencia con una mezcla de incertidumbre y preocupacion por el Coronavirus.

El Ayuntamiento de Barjas apenas tiene estos días 80 habitantes confinados en sus casas por el problema. El alcalde, Alfredo de Arriba, es claro en el resumen. «Lo llevamos como todos, aguantando», dice, al tiempo que resalta que no hay incidencias en sus aldeas. «Ningún problema, los arcones de congelados están llenos, estamos acostumbrados a pasar los inviernos y siempre estamos prevenidos, aunque este ano apenas ha nevado», indica.

Dicen desde Barjas que los paisajes hacen mas llevadera estas penurias de encierro. Alfredo de Arriba recuerda que su abuela le contó una historia tremenda de hace cien anos, cuando recordaba que murió casi la mitad de la población de Busmayor por un problema de salud. Ahora no es el caso, la sanidad es otra un siglo después y todos se sienten respaldados. Ante cualquier incidencia usarán el teléfono y los servicios del Ayuntamiento y asistenciales están alerta.

En Vega de Valcarce, son 23 pueblos, uno de ellos despoblado. Su alcaldesa, María Luisa González Santín, explica que han agrupado en su municipio a los de Trabadelo y Balboa, que tienen a dos médicos y dos ATS ateniendo. Tienen un wasap de avisos sanitarios en caso de alerta. «Aquí, la media de población es altísima y hay mucho más grupo de riesgo», recuerda Santín. La alcaldesa de Vega lo lleva como todos y cuenta no ve a sus res hijos, que viven en Ponferrada. Solo a través del teléfono, que ahora permite verlos en directo. En cuanto a incidencias, han sido mínimas. Hubo dos forasteros que iban caminando hacia el castillo, fueron increpados a gritos y rectificaron. «Yo aplaudo por la ventana a las ocho, aquí somos pocos, y nos comunicamos desde balcones y ventanas, nos vamos a quedar afónicos», bromea Santín. «Dile a tus lectores que dice la alcaldesa que todos en casina, ya que tenemos un paisaje maravilloso», alienta desde su teléfono quien se ha llevado la maquina de coser al consistorio y hace allí utensilios previstos para eventos.