Diario de León

El virus entró en León por Italia

El transportista Benjamín Fernández dio positivo el 1 de marzo, días después de llegar al Bierzo desde Italia. El suyo fue el primer caso conocido en León. Los sanitarios que le atendieron no llevaban protección.

RAMIRO

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León

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El 31 de enero de 2020 llegaba a España un grupo de 19 españoles repatriados desde la ciudad china de Wuhan. Entre ellos viajaba la leonesa Dácil Sánchez, de 26 años. Por entonces la alarma por la expansión del Covid-19 apenas había afectado a España pero ya empezaban a hacerse familiares términos como ‘cuarentena’, ‘protocolo’, ‘positivo’ y ‘asintomático’. Dácil fue la primera leonesa que tuvo que guardar cuarentena, nada más aterrizar en Barajas procedente del territorio asiático donde se tuvo que quedar su marido, Sun, de origen chino y a quienes las autoridades prohibieron salir del país.

BENJAMÍN FERNÁNDEZ BAÑOS

TRANSPORTISTA LEONÉS

Me dio el bajón. Se me puso la lengua de trapo, me desvanecí y no supe más. Perdí el conocimiento y toda luz. Estuve sedado y entubado con respirador. Me desperté cuando estaba en el Hospital El Bierzo. Me había hecho famoso por ser el primero que había tenido coronavirus en León

La verdadera alarma saltó un mes después, el 1 de marzo, cuando un camionero leonés procedente de Milán dio positivo en coronavirus. Benjamín Fernández Baños, de 62 años, llegó al Bierzo el 28 de febrero al terminar su tercer viaje en el mes a Italia. «Me dio el bajón. Se me puso la lengua de trapo, me desvanecí y no supe más», así describió sus primeros síntomas en una entrevista que concedió al Diario de León una vez recuperado, apenas un mes después de llevarse el susto de su vida. Su mensaje —«hay que tener esperanza, ahora que ya pasé el virus no lo veo tan grave»— contrastaba con el impacto que causó en León su caso, después de haber sido atendido en el Hospital El Bierzo por una treintena de sanitarios sin ninguna protección ya que los síntomas que presentaba Benjamín no se relacionaban entonces con la enfermedad. Tenía muy poca fiebre y un cuatro de convulsiones atípico. Todo el personal que le atendió tuvo que ser aislado.

Pocas horas después ya se hizo evidente que la pandemia se había instalado en León. El 2 de marzo ya se habían contabilizados cuatro contagios en la provincia, entre ellos un policía nacional en prácticas que había tomado declaración a dos ciudadanos surcoreanos. Todos ellos estaban pasando la enfermedad en sus domicilios, con fiebre y tos. Uno de los pacientes, una mujer de 55 años, pertenecía a la Zona Básica de Salud de Trobajo del Camino y había pasado unas recientes vacaciones en Lombardía. El otro caso respondía a un joven leonés residente en Madrid, que había trabajado en una embajada oriental.

Pero el peligro se ocultaba en los asintomáticos, aquellos que, sin saberlo, eran portadores del virus y lo diseminaban en su entorno. El impacto en las residencias de mayores no se hizo esperar y también empezaron a conocerse los primeros casos en el resto de la provincia.

En la segunda semana de marzo se comenzaron a detectar los primeros casos en La Bañeza —un varón de 66 años, que dio positivo con PCR— y en Astorga.

Pronto el goteo sería incesante. En la zona de Riaño se registró el fallecimiento de un hombre de 70 años, desplazado desde Valladolid, sospechoso de coronavirus. En el Crucero, en la capital, se diagnosticó el día 10 a un hombre joven que había estado en Madrid por trabajo y cuyo centro laboral estaba en Valencia de don Juan.

Al día siguiente se pidió el cierre del colegio Don Bosco al detectarse un foco relacionado por un encuentro de profesores de varias provincias. El 16 de marzo ya había diagnosticados 156 casos, con un goteo incesante de brotes en casi todas las comarcas. En la zona de Valderas, se localizó el primer contagio el 21 de marzo. En Boñar, el primer paciente fue una mujer diagnosticada el 25 de marzo, que murió el 22 de abril.

El primer fallecimiento confirmado por covid se produjo el 13 de marzo. Un salesiano de 86 años con patologías previas con el que se estrenó el protocolo funerario especial para las muertes causadas por el virus.

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