La vuelta al cole sin salir de casa

El ritmo del curso escolar se ha visto truncado por la irrupción del coronavirus que ha dejado en casa a cerca de 60.000 alumnos de todos los niveles educativos, sobre todo, los de los alumnos de Bachillerato, ya que los que están en segundo curso «tienen en el horizonte complejo la Ebau», como explica el catedrático de Latín y profesor en el instituto Legio VII Jaime Osorio. Los docentes, de todos los niveles, están trabajando intensamente en las últimas horas para ver cómo consiguen seguir formando a sus alumnos a pesar de las distancias, con las aulas cerradas. Las diferentes plataformas educativas se han convertido en un aliado, aunque desde los sindicatos lamentan que la web de la Consejería de Educación, donde se accede a los recursos educativos, «está saturada», como apunta desde la Junta de Personal Docente Javier Fernández, que también critica la «falta de instrucciones claras», la «indefinición» y el hecho que esta circunstancia puede generar entre los alumnos con menos recursos que carecen de ordenador.

El ordenador se ha convertido en pieza clave. DL

Muchos centros aún no han comenzado a concretar las tareas de sus alumnos. Jaime Osorio explica que aún está buscando qué formula emplear para llegar a todos sus alumnos, principalmente los de Bachillerato que estudian Latín, porque «es necesario llegar a toda la clase a la vez, se trata de explicaciones complejas y no podemos estar contestando a los alumnos uno por uno, tanto por la organización del profesores como por los propios alumnos, que necesitan respuestas inmediatas a sus dudas». En este sentido, baraja impartir sus clases a través de Skype para estos estudiantes, mientras que para el resto, los de la ESO, apuesta por otras vías como correos electrónicos o grupos de Whastapp, para ir desarrollando la materia. «Nosotros tenemos que ir avanzando, sobre todo con los bachilleratos, porque es imprescindible. No sabemos si retrasarán la Ebau o qué harán, pero las clases tienen que seguir adelante», matiza.

AJUSTAR HORARIOS

El problema está ahora en ajustar los horarios, porque a la educación de los hijos se suma el teletrabajo de los padres, con lo que muchos tienen que compartir ordenador para cumplir cada uno de los miembros de la familia con sus obligaciones correspondientes. En los niveles más bajos van llegando tareas, principalmente de repaso y para reforzar los aprendido en clase las semanas previas. Los deberes se han convertido también en una fórmula para tener ocupados a los pequeños en casa, mantener una rutina y hacer más fácil la reclusión de estos próximos quince días. De hecho, el pasado viernes, todos los alumnos salieron del colegio con todo el material que emplean en sus aulas para poder continuar, de alguna forma y en la distancia, con su educación. Los pequeños, de hecho, están en su mayor parte, esperando a recibir las tareas para tener una vida lo más normal posible.